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Los israelíes esperan una nueva embestida: «Sabemos que responderán con más fuerza»

Amenazados por todas partes, la población se prepara entre el temor y la resignación a ataques inminentes de Hizbolá y Hamás

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«Estamos en una situación que nunca antes habíamos pasado». David, un joven estudiante israelí, escribe este mensaje el 1 de agosto, 24 horas después de que Israel anunciara la muerte de dos importantes líderes militares de los grupos terroristas de Hizbolá y Hamás. Un golpe contra los principales enemigos de los judíos en plenas negociaciones por un alto el fuego en Gaza. «Nadie sabe qué pasará aquí. Todos estamos tensos y alerta», comentaba el joven. El miedo continúa casi una semana después y la tensión hace difícil llevar una vida normal. «Es imposible concentrarse para estudiar. Yo solo quiero vivir en paz y tranquilidad», se queja el joven.

El ataque contra dos importantes líderes militares en dos capitales de Oriente Próximo (Teherán y Beirut) con pocas horas de diferencia ya ha sacudido la región en un momento crítico, en el que se corre el riesgo de un conflicto a mayor escala. Y la sensación general de la población en Israel es de ansiedad y tensión, combinadas con la resignación de vivir siempre amenazados por todos los frentes.

«Uno duerme con un ojo abierto y otro cerrado para estar alerta de lo que pueda llegar a pasar», cuenta Ricardo Nachman, forense israelí que trabajaba en la identificación de cuerpos carbonizados por Hamás el 7 de octubre. «La tensión es fuerte, pero confiamos mucho en el poder del Ejército de Israel, el cual nos hace sentir seguros. También con los aliados que nos apoyan para poder salir adelante de este ataque inminente. No es fácil, son momentos de mucha tensión las 24 horas del día, pero tenemos confianza de que tenemos defensas para poder salir adelante de todo esto. Además, estamos acostumbrados a la alerta».

Mayor confianza

Los asesinatos de los líderes de Hizbolá y Hamás han restablecido cierto nivel de confianza pública en el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el Ejército, después de los ataques del 7 de octubre, considerados tanto por los expertos como por el pueblo israelí como un fracaso total de la Inteligencia israelí.

Esta misma preocupación también la muestran imágenes grabadas por el medio árabe ‘Middel East Eyes’ en las calles de Tel Aviv. En ellas, una mujer dijo que «no me siento segura» y que canceló sus planes de la semana tras los asesinatos. Otra aseguraba sentirse «feliz» por los asesinatos, pero que eran conscientes de que podría causar una guerra a gran escala.

Como consecuencia de este miedo, muchas familias que vivían cerca de las fronteras amenazadas han decido mudarse a Tel Aviv y otras zonas que aparentemente tienen menos peligro. Es el caso de Orly Felman y su familia. Felman, maestra de educación especial y madre de gemelos, vivía en los Altos del Golán muy cerca a la ciudad Quiryat-shemona, a pocos kilómetros de Líbano. «En diciembre nos mudamos a Tel Aviv porque nuestra casa está en una zona de guerra y los niños estudian ahora en un colegio aquí. El próximo año nos quedaremos aquí. Yo no puedo seguir en mi trabajo que está en el norte de Israel. La situación es muy complicada, no nos sentimos seguros en ningún lugar del país, pero el norte es el más peligroso ya que tampoco tenemos refugio», cuenta.

Sin embargo, este temor y angustia no es nuevo. La sociedad israelí lleva viviendo en una amenaza constante desde casi su fundación como Estado. «Aunque hay miedo y temor, la sociedad israelí tiene una gran resiliencia. Estamos preocupados, pero intentamos seguir con nuestras vidas», apunta desde Jerusalén Tal Rabin, director de comunicación de la Asociación Judía Europea. «La gente intenta seguir con sus rutinas, porque no hace falta esperar a que Irán lance misiles o drones. Tanto por el norte como por el sur, Israel está siendo atacada por Hamás y Hizbolá. Existe preocupación y alerta, pero no tenemos una parálisis de nuestras vidas por esta amenaza iraní».

«La vida sigue»

Según diversos informes de inteligencia, Irán, Hizbolá y posiblemente «otros miembros del ‘eje de la resistencia’» tienen la intención de atacar Israel en los próximos días «como venganza por los asesinatos de Haniyeh y Shukr», escribe el analista Danny Citrinowicz

«La vida sigue y uno trata de seguir de la mejor manera que puede. Trabajar, ir al colegio, salir a comprar. No es sencillo, pero lo hacemos», señala Nachman.

La sensación en este rincón de Oriente Próximo es que este es el destino de Israel y la gente cree que el país tendrá siempre que defenderse de sus enemigos en la región. La población en Israel está acostumbrada desde hace tiempo a las sirenas que advierten de ataques de Hamás por un lado y de Hizbolá por otro, los dos apoyados por la república islámica de Irán. Ya pasó en abril con la repuesta de Irán lanzando más de 300 misiles contra la Cúpula de Hierro tras los ataques al consulado iraní en Damasco. Israel supo defenderse. Ahora esperan la nueva embestida: «Sabemos que responderán y lo harán con más fuerza».

 

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