DictaduraEconomía

Rumbo propio

 

Nestor Suarez (@NestorSuarezRB) / X

 

Por. Néstor Suárez 

Msc y Phd en Economía.

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Rumbo Propio no es un Partido Político, sino un movimiento ideológico, así nacimos hace 20 años. Rompimos así unos cuantos paradigmas, de entrada, pues en Venezuela los partidos nacen electoralistas: por y para las elecciones. Y caudillistas: no tras una doctrina y un programa, sino tras un caudillo «carismático». Y además de electoralistas y caudillistas, los partidos nacen clientelistas: arrimados a algún Tesoro público, repartiendo puestos, contratos y prebendas.

Siendo así, alguna gente nos dijo que RP no tendría éxito. A ellos les dijimos en esa oportunidad: Amigos, esos no son los únicos paradigmas rotos. Porque como partido, de hecho, Rumbo Propio:

Nació como un partido Regional liberal y autonomista, y no meramente regionalista y descentralizador. No queremos la descentralización del estatismo, sino la desestatización de la sociedad. Por eso nunca fuimos ni somos soñadores separatistas, pero tampoco estatistas «descentralizadores», menos aún regionalistas folklóricos. Más paradigmas rotos.

Por fin, el gran tabú en la mayoría de los partidos: Rumbo Propio es de derecha, sin miedo ni complejos. Porque ser de derecha no es delito ni deshonra: es tomar las banderas del Libre Mercado contra el socialismo, de la ley y el orden contra la criminalidad, de la propiedad privada contra las invasiones y expropiaciones, de crear riqueza contra la pobreza y la miseria, del trabajo y la producción contra el estatismo distribucionista, y por fin, de la familia venezolana contra la pauperizacion, desintegración y degradacion que hoy la destruyen. Ser de izquierda es lo contrario. Y ser de «centro» es evitar definirse.

Claro, eso rompe muchos paradigmas colectivistas, populistas…y socialistas «democráticos». En el socialismo el Estado es gran dueño y señor de todo, y en su nombre todo lo gobierna una camarilla despótica. Pero hay dos variantes. 1.- En la democrática, cada tanto la camarilla despótica y su jefe son sustituidos, conforme a los votos respectivos, por otros, iguales o muy parecidos. 2.- En la no democrática, se eternizan siempre los mismos. Pero si los amos son electivos, y los esclavos pueden elegirlos, y cambiarlos a veces, cambia eso la condición de esclavitud y servidumbre?

EL PROBLEMA DE FONDO

La pobreza del discurso ha sido imposible de disimular o encubrir. Pone de relieve cuál ha sido la verdadera crisis en América Latina: la dramática ausencia de alternativas políticas inspiradas en el Liberalismo Clásico. 

El problema de fondo es que la satanizacion del Capitalismo Liberal ha impedido de América Latina el surgimiento de partidos 100% antiestatistas y libres de Socialismo, términos intercambiables que significan lo mismo en todas partes: pobreza y opresión. Es el mismo problema de Europa Oriental, y de casi todo el mundo: no hay fuerzas económicas, sociales y políticas identificadas con el Libre Mercado y el sistema de Gobierno Limitado. 

HAY QUE PENSAR DE OTRO MODO

El camino a la verdadera liberación es cambiar la mentalidad y cultura estatista. Hay que salir del pensamiento marxista y socialista que predomina en los conceptos, diagnósticos, explicaciones y análisis, y en las propuestas.

Esa salida comienza por una vigorosa campaña de alfabetización política en toda Latinoamérica. Con los argumentos económicos, sociológicos, y cientifico-politicos, pero también con la Santa Escritura, palabra de Dios para quienes reconocemos su autoridad como tal. Bien interpretada y estudiada. Como bien lo ha dicho María Corina Machado, “esta es una lucha entre el bien y el mal, y el bien siempre triunfa» .

Como dice Armando Martini en su artículo publicado esta semana sobre lo que Sir Winston Churchill pensaría sobre la política venezolana 

El liderazgo requiere habilidad, también capacidad de prever y evitar calamidades. Winston Churchill admiraría la resiliencia venezolana y estaría orgulloso de los venezolanos que luchan por su futuro.

Rumbo Propio es democrático, pero entendemos la democracia no como un fin en si mismo, sino al modo de Karl Popper: como un medio, para cambiar a los gobernantes, de manera incruenta. La Vieja Oposición, nutrida de Socialismo Democrático, por eso nunca cuestionó al socialismo como modo de vida. Por esa  razón fracasaron. María Corina Machado es sin duda alguna el liderazgo moral para hacerlo. Y construir nuestro Rumbo Propio.

El Socialismo del Siglo XXI tiene un solo oponente de similar contextura, y es el Liberalismo Clásico del Siglo XXI, la Nueva Derecha: el Liberalismo autonomista de las regiones, el verdadero Federalismo. Por eso hay que enterrar el socialismo para siempre. Hay que cambiar el sistema.

 

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