Camila Acosta: La intolerancia ante los mitos y las mentiras
En un programa dominicano, le intentaron rebatir que en la Isla hubiese una dictadura, asegurando que el país era “un referente para la región en muchos aspectos”.
LA HABANA, Cuba.- Hace unos días, el intento de los presentadores del programa de televisión dominicano El Show del mediodía de opacar y rebatir los argumentos de la periodista independiente cubana Camila Acosta volvió a poner de manifiesto el terco deslumbramiento y consiguiente complicidad de cierta prensa internacional por el castrismo, a pesar de todas las evidencias en su contra.
Camila Acosta había sido invitada a participar en el programa para entrevistarla sobre la situación en Cuba luego del colapso del sistema energético nacional y el paso del huracán Oscar por el extremo oriental del país. Pero uno de los presentadores interrumpió a Camila, rebatiéndole que en Cuba hubiese una dictadura, poniendo en duda sus explicaciones y asegurando que Cuba era “un referente para la región en muchos aspectos”, entre ellos, la prevención de desastres. Y unos minutos después la silenciaron, alegando que el segmento había concluido.
Refiere Camila Acosta: “Aun así, llegué a dejar claro que en Cuba hay una dictadura criminal, que no es referente de nada bueno, que el pueblo cubano vive sin libertad y en la total miseria y que, por ello, era una falta de respeto afirmar que se debía reconocer que el Gobierno también ha hecho cosas buenas”.
“En donde quiera que me pare o hable dejaré eso claro, porque eso es defender la verdad, los hechos, el dolor de este pueblo. Es ser también responsable con mi profesión y con un contexto histórico. Si mis criterios no son del agrado, mejor entrevisten a esos estudiosos ideológicos que adoran a la revolución cubana desde la tranquilidad y libertad que les proporciona vivir en democracia y que, por haber visitado la Isla en par de ocasiones como turistas e ir a Varadero, ya se creen que saben más que uno que vive y sufre día a día los apagones, la represión o la falta de comida y medicinas”.
Muy digna la actitud de Camila Acosta. Se enorgullece uno de ser su colega en CubaNet. Bochorno debe sentir el auto-titulado “estudioso” que la acusó de intolerante por defender la verdad. Lo que él cree saber de Cuba se lo han contado mal y ha decidido creerse –por ingenuo o alcahueta, vaya usted a saber– el cuento a pie juntillas.
Hay muchas personas así en el mundo, principalmente en Latinoamérica, que desde los años 60, a pesar de las décadas transcurridas, siguen testarudamente idealizando a la revolución de Fidel Castro y Che Guevara.
Aferrados al mito castrista, cuando posan de ser objetivos, si acaso admiten alguna falla, problema o error, lo justificarán, le buscarán atenuantes, e inevitablemente se lo achacarán al embargo norteamericano que, cómo no, siempre calificarán como “bloqueo” y le añadirán unos cuantos adjetivos.
Si en algo ha sido exitoso el castrismo, además de en la represión, es en la propaganda, el marketing político para presentarse ante el mundo –aunque esté matando de hambre a los cubanos– como abanderado de la justicia social.
La escritora Zoé Valdés cuenta que en cierta ocasión en que un francés la acusó de querer matarle sus sueños por explicar la realidad de Cuba, bien distinta a la que creía, ella le contestó que sus sueños eran la pesadilla de los cubanos.
Por suerte, en este mundo, donde pesan más las narrativas tendenciosamente interesadas y los encubrimientos y complicidades con dictaduras como la castrista, existen personas como Camila Acosta y Zoé Valdés que defienden la verdad a cualquier costo.