Parolin: Todos debemos contribuir a una paz justa y duradera, no a imposiciones unilaterales
En una entrevista concedida a “L’Eco di Bergamo” publicada ayer, 15 de febrero, el cardenal Secretario de Estado habla del alto el fuego en Gaza, esperando que sea permanente. Hay que acompañar a Siria “por el camino de la inclusión y la coexistencia armoniosa”, afirma. En diplomacia, es esencial promover “el diálogo inclusivo, la paciencia y la construcción de confianza entre las partes”, “creer en el ‘multilateralismo’ y fortalecer el papel de las instituciones internacionales”.
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La tregua entre Hamas e Israel, la guerra en Ucrania, la situación en Siria, la presencia de los cristianos en Oriente Medio, la paz en el mundo, los problemas de la realidad contemporánea y de la Iglesia, las esperanzas que inspiran el Jubileo: son algunos de los temas abordados por el Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, en la entrevista concedida al director del diario “L’Eco di Bergamo”, Alberto Ceresoli, y publicada el 15 de febrero. La primera pregunta se refiere al alto el fuego en Gaza y el cardenal espera que éste sea “permanente y que ponga fin al sufrimiento del pueblo palestino” en la Franja “y en el resto de Palestina”. “Ahora tenemos que dar señales de esperanza a ambos: a los israelíes y a los palestinos”. En cuanto a Siria, «es necesario comprender hacia dónde vamos» y es necesario acompañar «en el camino de la inclusión y la coexistencia armoniosa». El cardenal espera que la comunidad internacional, y en particular las naciones vecinas, ayuden a que el país permanezca territorialmente intacto, «ayudando a la población en la pobreza que la guerra ha generado en estos largos años».
Los cristianos en Oriente Medio
Las difíciles realidades sociopolíticas de Oriente Medio llevan a preguntarse sobre el papel que pueden tener allí hoy los cristianos, no una minoría, precisa Parolin, sino un “componente” esencial e indispensable, que “siempre ha contribuido al desarrollo y al progreso de sus países”. En cuanto a Tierra Santa, «todo cristiano debería poder ir allí libremente y sin restricciones», afirma el Purpurado, sin olvidar los demás lugares santos de Egipto, Líbano, Siria y Jordania.
Paz en Ucrania y en el mundo
Respecto a Ucrania, sin embargo, el Secretario de Estado Vaticano afirma que «todos pueden contribuir a la paz», pero que «nunca se deben buscar soluciones mediante imposiciones unilaterales», con el riesgo «de pisotear los derechos de pueblos enteros, de lo contrario nunca habrá una paz justa y duradera». La diplomacia requiere “un enfoque que vaya más allá de la lógica del conflicto y favorezca el diálogo inclusivo”, añadió, “la paciencia y la construcción de confianza entre las partes”, y por ello “es fundamental creer en el ‘multilateralismo’ y fortalecer el papel de las instituciones internacionales”. Pero para “hacer la paz”, subraya el Purpurado, se necesita “valentía”, como insiste el Papa Francisco, y también “justicia y perdón, tres valores que parecen cada vez más ausentes en la sociedad contemporánea”.
Europa y los retos del futuro
A Europa, pues, para que «sepa afrontar los grandes desafíos», tanto «culturales» como «comerciales», Parolin repite «la advertencia de san Juan Pablo II, retomada también por el Papa Francisco: «Europa, redescúbrete a ti misma, sé tú misma», mientras que frente al «ateísmo práctico, al populismo, al analfabetismo religioso y a la religión del «hazlo tú mismo», si bien hay motivos para preocuparse, hay que fijarse también en fenómenos alentadores, como la petición de muchos jóvenes en Francia de ser bautizados. Pero los católicos deben preguntarse si, con el propio testimonio, la fe, la esperanza y la caridad, el Evangelio sigue siendo «interpelante».
Los laicos en la Iglesia y el Jubileo
Otro tema profundizado en la entrevista con el periódico bergamasco es la presencia de los laicos, y en particular de las mujeres, en la Iglesia. Para el Purpurado, se trata de un “protagonismo” que “debe encontrar una aplicación concreta en todos los ámbitos eclesiales, a partir de la parroquia”, también “en la promoción de las vocaciones sacerdotales”. Por último, el Jubileo: «es un tiempo de reconciliación, porque exige el arrepentimiento de los propios pecados y la conversión», pero para ello «quizás un camino cotidiano», sugiere el cardenal Parolin, «es el de redescubrir el sentido del pecado y hacer la experiencia liberadora del perdón del Señor, especialmente en el sacramento de la Penitencia».-
Vatican News