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Carlos Malamud: El escándalo de $Libra y el liberalismo de Milei

Qué opina la comunidad bitcoiner sobre Milei y el caso LIBRA?

 

El escándalo en torno a la criptomoneda $Libra y el protagonismo de Javier Milei hicieron replantear algunas preguntas sobre el presidente de Argentina, en línea con su popularidad, su liberalismo y el impacto de lo ocurrido en las elecciones parlamentarias de octubre próximo. Gracias a sus innegables logros económicos, como la reducción de la inflación, el ajuste fiscal o el descenso del riesgo país, Milei se convirtió en un símbolo y un referente para una parte de la opinión pública internacional. Sus intervenciones en Davos y su proximidad a Donald Trump y a otros personajes del nacional populismo, como Jair BolsonaroViktor OrbanGiorgia Meloni y Santiago Abascal, no hicieron más que potenciar su imagen global. Incluso The Economist le dedicó una portada y lo presentó como un gran desregulador.

Probablemente mal asesorado, Milei publicó el viernes a la noche un post apoyando a $Libra, en teoría vinculada a un proyecto para impulsar las pyme argentinas. Henchido de orgullo patrio e ideológico agregó: “¡La Argentina Liberal crece!!!”. Una vez desinflada la burbuja, que dejó un tendal de perjudicados, se supo que entre ellos había muchos de sus más fanáticos adeptos. En un intento de deslindar responsabilidades, grabó un mensaje exculpatorio diciendo: “Si vas al casino y perdés plata, ¿cuál es el reclamo?… Yo no lo promocioné, solo lo difundí. Soy un tecnofanático y ese proyecto era para financiar a aquellos que son emprendedores y que no tienen acceso al mercado formal. Me pareció una herramienta interesante. Cuando se hace público el proyecto de Libra le doy difusión”.

Tomado asépticamente, el razonamiento de Milei es coherente. Si uno va al casino, salvo que sea un ludópata, sabe los riesgos y sus opciones de ganar y perder. Sin embargo, la forma en que Milei se comunica con quienes lo siguen no mueve a la interpretación racional de la realidad, sino que apela, directamente, a movilizar sus pasiones. Con el mismo fin, polarizar, crispar, disciplinar, su discurso recurre, incluso, a los insultos más vulgares, en muchas ocasiones de un marcado contenido escatológico. De ahí que muchos de quienes se identifican con él en las redes sociales, solo en X tiene 3.800.000 seguidores, se han convertido en creyentes y obedientes de su mensaje.

Un mensaje constantemente retransmitido, casi en directo, por los numerosos influencers que lo apoyan. En esta oportunidad, de forma casi mayoritaria, las “Fuerzas del cielo” también respaldaron a $Libra de forma entusiasta. El Gordo Dan, uno de sus mayores aliados mediáticos y un gran impulsor de la creación de un brazo armado en apoyo de Milei, posteó convencido que invertiría todo lo que tenía en el proyecto.

Por más “tecnofanático” que sea el presidente, hay determinadas líneas rojas que no puede cruzar en tanto usufructuario de la máxima magistratura de un país democrático. Para eso están sus asesores, para aconsejarle y ponerle límites, lo que esta vez no han hecho. Resulta difícil creer que Milei haya aprovechado la ocasión para beneficiarse personalmente, pero aun así se metió en un charco del que le será complicado salir y que ha comenzado a afectar su imagen tanto nacional (ya circula alguna encuesta en este sentido) como internacional.

Las opciones electorales de Milei

Una pregunta repetida en las últimas jornadas es cómo esto afectará las opciones electorales de su partido, La Libertad Avanza (LLA). Mientras mantenga a raya a la inflación, continúe su línea descendente, y, de ser posible mejore el mercado de trabajo y suban los salarios reales, mantendrá sus opciones. Sus votantes no lo apoyaron por ser libertarios o anarcocapitalistas, algo demasiado sofisticado, sino porque creyeron en su promesa de que era capaz de solucionar la profunda crisis económica que desde hace décadas los afecta de manera brutal. Salvo que el viento económico cambie, Milei logrará mantener sus apoyos y más si la principal voz de la oposición sigue siendo Cristina Kirchner, con grandes niveles de rechazo entre la ciudadanía.

Queda finalmente la cuestión del liberalismo de Milei. ¿Es Milei liberal como muchos sostienen? ¿O como él mismo se percibe, al afirmar que con su apoyo a $Libra la Argentina liberal crece? Un gran historiador argentino, como Natalio Botana, ha dicho recientemente que éste encarna “un liberalismo derogatorio” que busca “eliminar todo tipo de gasto público para dejar que la espontaneidad humana a fuerza de los mercados solucione todo”, acabando incluso, de ser posible, con el Estado. Sin embargo, se da la gran paradoja de pretender “fabricar un partido desde las entrañas del Estado” para acabar con él. Algo así como enterrar la democracia desde dentro, ya que sin Estado la democracia es imposible.

Si algo no entra en el ideario de Milei es el disenso, al proclamar de forma permanente una verdad absoluta, su verdad. Quien no piensa como él es sometido a los mayores escarnios, a los mayores insultos, siendo sus allegados, o los más próximos política o ideológicamente, los más perjudicados. En los catorce meses que está en el gobierno cesó, o hizo renunciar a casi 120 altos cargos, un promedio de 2 por semana. Uno de los casos más sangrantes es el de la embajadora argentina en la Organización de Estados Americanos (OEA), Sonia Cavallo, cesada de forma fulminante después de que su padre, Domingo Cavallo, criticara la política cambiaria del gobierno. Donde Milei se siente cómodo es en la batalla cultural, en el ruido, incluso en el fango, en la cancelación. Pero un liberal no es un conservador ni un libertario. De modo que Milei no es un liberal. Tampoco lo son sus grandes amigos políticos dentro y fuera de Argentina.

 

Artículo publicado en el Periódico de España

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