Canadá: fuerte y libre
Canadá, segundo país del mundo en extensión territorial, con bellos paisajes que incluyen grandes bosques, innumerables lagos, cataratas, elevadas montañas, extensas planicies y variada fauna, es atractivo para el turista amante de la naturaleza, pero también lo es para quienes tienen necesidad de emigrar. La calidad de vida y su generosidad con el recién llegado son inigualables. Acertamos quienes escogimos este país como nuestra segunda patria y es obligatorio rechazar las medidas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para debilitar nuestra economía, así como sus bravatas descalificadoras.
En sus inicios no fue fácil integrar a los habitantes de las denominadas primeras naciones, con los inuit conocidos antiguamente como esquimales, con los franceses e ingleses y con los mestizos producto de las interrelaciones. Hubo enfrentamientos armados y se cometieron injusticias al separar a los hijos de los indígenas de sus familias para darles “educación” acorde con la civilización de los blancos. Sin embargo, se han ido superando, aunque todavía hay fallas.
Muchos ignoran la protección que canadienses y abolicionistas estadounidenses brindaron a los esclavos fugitivos a través del llamado “Ferrocarril subterráneo”, que era una red de buenos ciudadanos que se comunicaban mediante palabras relacionadas con el sistema ferroviario para facilitar el cruce de la frontera y el establecimiento de quienes huían de la aborrecible esclavitud.
Canadá ha sido un aliado confiable del mundo occidental y ha sido activa en la defensa de los derechos humanos en el mundo y en las críticas a la dictadura totalitaria venezolana de Maduro. Sus ciudadanos disfrutamos de buena calidad de vida y de protección social. Los servicios médicos son gratuitos, aunque se requieren más especialistas para atender la creciente población. La educación universitaria es costosa, lo cual evita que haya estudiantes profesionales y estimula que los muchachos trabajen en sus vacaciones, pero dan becas y facilidades de pago.
Los principales rubros de exportación son petróleo, gas, carbón, hierro, aluminio, madera, vehículos, maquinaria y productos agropecuarios tales como trigo, canola y carne, y el sector de servicios es fuerte. En 2024, Canadá exportó a Estados Unidos bienes y servicios por casi 413.000 millones de dólares e importó del vecino cerca de 350.000 millones de dólares. En 1992 se firmó el Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, que se modificó en el 2020. Intempestivamente, el presidente Trump penalizó a Canadá con un impuesto arancelario de 25% en casi todos los rubros y 10% al petróleo, aunque anunció hace pocos días que lo pospuso por un mes. Desde luego, Canadá va a responder aumentando las tarifas a las exportaciones de Estados Unidos. Por otra parte, está incentivando que empresas se muden a Estados Unidos. Algo similar aplica Trump a México y quiere hacerlo con Europa y con China. Se visualiza una guerra económica que perjudicará a todos.
Canadá ha acogido a varios miles de refugiados que huyeron de sus países por persecución política o para lograr una mejor calidad de vida. Algunos canadienses de origen, así como recién llegados que son residentes o ciudadanos se quejan por el elevado número de inmigrantes, que saturan los servicios. Lamentablemente, no toman en cuenta que eso es puntual y que, a mediano y largo plazo, está comprobado que los inmigrantes han sido factor importante en el crecimiento y desarrollo de los países que los acogen. Además, los más favorecidos deben ser solidarios con quienes huyen de las violaciones de derechos humanos o del hambre. Caso contrario seríamos seres insensibles ante el dolor ajeno. Por otra parte, compartir con ciudadanos de muchas nacionalidades y culturas enriquece.
Hoy expresamos nuestra solidaridad al pueblo canadiense y a su gobierno ante los intentos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de debilitar nuestra economía. Así mismo, rechazamos sus groseras declaraciones de que debemos ser el 51 estado de la Unión y el atrevimiento de llamar gobernador a nuestro primer ministro, Justin Trudeau.
Apostamos a una Canadá fuerte y libre, como dice nuestro Himno Nacional.
eddiearamirez@hotmail.com