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Gambitos de damas

Evelyn Matthei y Carolina Tohá nos han regalado con una sensacional muestra de lo que serán sus estrategias electorales.

 

Garry Kasparov fue campeón mundial de ajedrez a los veintidós años y conservó el título durante quince. Se retiró del ajedrez profesional cinco años más tarde, en 2005. Algún tiempo después fundó en Rusia el movimiento Frente Cívico Unido y se convirtió en crítico del gobierno de Vladimir Putin. Por ello debió dejar su país y adquirir otra nacionalidad. Se trata, pues, de una persona que desde la más tierna infancia no ha hecho otra cosa que tomar dificilísimas decisiones, frente a un tablero o lejos de él. En su libro Cómo la Vida Imita al Ajedrez (Debate, Buenos Aires 2007), nos ofrece una clave de cómo lo hizo: “Cada decisión es fruto de un proceso interno, ya sea en el tablero, en la Casa Blanca, en una sala de reuniones o en la mesa de la cocina. El tema de esas decisiones puede ser distinto, pero el proceso puede ser muy similar”.

Ese proceso puede sistematizarse y es el que lleva a lo que comúnmente se conoce como “estrategia”. Famosos o no, importantes o no, todos los días, todos definimos estrategias que orientan nuestro quehacer. Y eso es, más o menos, lo que hemos visto desplegado frente a nuestros ojos durante los últimos días en lo relativo a los famosos e importantes. Sí, porque una vez tomadas la decisión principal -ser candidatas-, Evelyn Matthei y Carolina Tohá nos han regalado con una sensacional muestra de lo que serán sus estrategias electorales. 

Evelyn Matthei define su estrategia jugando una simultánea en dos tableros. Uno que la enfrenta a los candidatos que surgieron a su derecha y que hasta el momento son de seguro dos, con posibilidades de tres (José Antonio Kast y Johannes Kayser, seguros, Rojo Edwards, posible). Y un segundo tablero en el que enfrentará a la candidata o candidato que resulte vencedor de la primaria del oficialismo.

En el primer tablero Matthei comenzó con una jugada que Kasparov definiría como “gambito” y, tratándose de ella, espero que nadie objete que yo la llame “gambito de dama”. Como candidata de la centro derecha, Matthei ha estado proponiendo con singular entusiasmo a los otros candidatos de su sector la realización de una primaria de todos ellos para definir quién enfrentará más adelante al candidato o candidata del oficialismo. Pero, como en el gambito de dama del ajedrez en el que parece que se regala un peón, pero es un engaño para ganar una mejor posición en el tablero, aquí también hay un engaño o, para que no suene tan feo, una verdadera “cachaña” futbolística. Porque en realidad Matthei espera que le rechacen su proposición, como se han apresurado a hacer José Antonio Kast y Johannes Kaiser. Porque lo que de verdad le conviene es que los candidatos de derecha vayan divididos a la primera vuelta presidencial, esto es que la extrema derecha divida sus votos entre dos o tres candidatos en esa primera vuelta, lo que aumenta sus posibilidades de pasar a la segunda vuelta así sea detrás del candidato del oficialismo.

Ya en la segunda vuelta al electorado de extrema derecha (o a la mayor parte de él por lo menos) no le quedará más remedio que votar por ella lo que, unido a la votación de centro, le garantizaría su victoria frente al candidato del oficialismo. Se habría consumado así el gambito (la cachaña, pues): en una primera instancia el rechazo de Kast y Kaiser a la proposición de Matthei parecería una derrota de ésta, aunque a la larga, como en el ajedrez, la estarían dejando en una mejor posición en el tablero para alcanzar la victoria final.

Por el lado del oficialismo, Carolina Tohá se encuentra en una situación casi idéntica. En este caso ella juega igualmente en dos tableros: en su propio sector primero y, luego, con quien enfrente en la elección presidencial en sus dos vueltas. En este momento Tohá no tiene ninguna seguridad de ganar en su primaria y todo depende de las candidaturas que levanten sus rivales más serios en ese evento: el Partido Comunista y el Frente Amplio, así como si el Partido Socialista la apoyará o levantará una candidatura propia para esa primaria. Y hay que decir que cierta combinación de eventos significaría para Tohá la caída de la noche más oscura. Por ejemplo, si el Frente Amplio decide apoyar la candidatura del PC y el PS levanta candidatura propia (aunque, a decir verdad, para que el día se le nuble bastante bastaría con el primero de esos dos eventos). Es posible que cuando usted lea estas líneas, algunas de estas contingencias ya hayan sido aclaradas por decisiones de los respectivos partidos, pero quedará en pie la incertidumbre respecto de la primaria que deberá enfrentar Tohá.

Así las cosas, en donde de momento ella debe aplicar su mayor esfuerzo es en asegurarse los votos de la “izquierda democrática” (socialistas, liberales, verdes regionalistas, democristianos) y del electorado de centro que decida participar en esa primaria. Para ello, en ese tablero Tohá debe cargarle las tintas a su perfil socialdemócrata, mostrarse como la candidata que es capaz de escuchar a todos y dialogar con todos, de llegar a consensos.  De ahí pueden venir los votos que le permitan imponerse en esa elección primaria. Después de conseguido ese primer objetivo podría sentirse segura de contar con todos los votos del oficialismo en la primera vuelta presidencial, lo que, ante una derecha dividida, podría llevarla al primer lugar en esa primera vuelta.

Es por lo que, durante la semana, Tohá hizo su primer movimiento que resultó ser también… un gambito. Y nuevamente, tratándose de ella, un “gambito de dama”. Comenzó criticando nada menos que a Daniel Jadue, posible candidato del Partido Comunista a la primaria (aunque todos saben que él no va a ser). La crítica apunta vagamente a la “incomodidad” que ella sentiría al tener que competir con alguien que apoya a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. El ataque no fue frontal, como se ve, pero bastó para marcar una sutil diferencia con quienes han sido sus leales compañeros en tareas de gobierno durante los últimos años. Es posible que alguien le haga ver que, en Chile como en todo el mundo, lo que distingue al PC es la disciplina de sus militantes y que la posición de apoyo a Maduro no es de Jadue sino del PC y la va a sostener cualquier candidato o candidata de ese partido. Pero esa opinión no importaría porque el gambito ya está jugado. Y se trata de un gambito, esto es de una “cachaña” (para no decir engaño, que suena feo), porque de ganar esa primaria Tohá necesitará a continuación angustiosamente de los votos del PC y del Frente Amplio para enfrentar la primera vuelta presidencial. En ese momento, probablemente, olvidará las diferencias y se abrazará con ellos. Pero eso será entonces.

Así, pues, los movimientos en el escenario político comenzaron con dos gambitos efectuados por dos damas. Como diría Kasparov, quizás imitando a Julio Martínez, “la política, como el ajedrez, es así”.

 

 

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