La mejor comedia romántica de la historia del cine, según Clint Eastwood
Lejos de su apariencia de tipo duro, se esconde un romántico empedernido
Alguien como Clint Eastwood no necesita presentación. El veterano saltó a la fama en la década de los sesenta, convirtiéndose en una leyenda del Viejo Oeste a la altura de John Wayne. Aún así, a pesar de todos los elogios que ha recibido a lo largo de los años, ya sea en su faceta de director o actor, Clint Eastwood nunca ha escatimado en elogios para quiénes más lo merecen.
Pese a su apariencia de tipo duro, el cineasta esconde una figura sensible que demuestra sobre todo a la hora de hablar de sus filmes preferidos. Y es que resulta que Clint Eastwood no es tan fácil de encasillar. Su gusto cinematográfico es mucho más amplio, e incluso admite sin pudor que una de sus películas favoritas de todos los tiempos no es solo una comedia, sino una comedia romántica.
í, el propio Harry el Sucio tiene debilidad por las historias de amor, y la que más le gusta es, paradójicamente, una de las mejores de la historia. Durante una entrevista de 2010 con el American Film Institute, el director de Sin perdón declaró abiertamente: «Luna nueva (His Girl Friday) sigue siendo una de mis películas favoritas».
Estrenada en 1940, la película de Howard Hawks está protagonizada por Cary Grant, que interpreta a Walter Burns, el editor de un periódico de Chicago que descubre que su exmujer y ex reportera estrella, Hildy Johnson (Rosalind Russell), está a punto de casarse y dejar su carrera para convertirse en ama de casa.
Decidido a evitarlo, Walter la convence para que escriba un último artículo para el periódico sobre un asesino convicto que se enfrenta a la pena de muerte. La historia desencadena en una serie de contratiempos a medida que Walter intenta incriminar repetidamente al prometido de Hildy por robo y mientras ella se involucra cada vez más en su trabajo periodístico.
Adaptada de la obra teatral The Front Page, de Ben Hecht y Charles MacArthur, ofrece una fascinante perspectiva del vertiginoso mundo del periodismo y a lo largo de un solo día, algo sorprendente para la época. Sin embargo, el principal punto a su favor, al igual que muchas de las comedias de la época como La fiera de mi niña o Historias de Filadelfia, es la química de la pareja protagonista y la vertiginosa velocidad de sus diálogos. Walter y Hildy discuten lanzándose insultos cáusticos con una precisión que la mayoría de nosotros, divorciados o no, ni siquiera podríamos llegar a imaginar.
Y es precisamente esto lo que conquistó a Clint Eastwood, junto a su protagonista. «Era un gran admirador de Cary Grant. Era otro de esos tipos con una personalidad muy distintiva en la pantalla; probablemente nunca recibió el reconocimiento que merecía, pero era uno de los reyes de la comedia romántica. Tenía un timing brillante», explicó, en referencia al intérprete.
En aquel momento, Grant ya había demostrado su aptitud para el género con películas como Trágica verdad (The Awful Truth) y La fiera de mi niña (Bringing Up Baby), pero Russell era una auténtica desconocida como actriz cómica en aquel entonces. Katharine Hepburn, Irene Dunne y Carole Lombard habían rechazado el papel, y su elección fue una apuesta arriesgada. Sin embargo, resultó ser una de las mejores compañeras de Grant en pantalla y se aseguró de que la película mantuviera su ritmo increíblemente rápido sin perder su encanto.