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¿Y si el Peugeot era robado?

Mientras, el más listo de la clase, Koldo, descubre que la UCO le está vigilando y se dedica a grabar a sus antaño colegas para que larguen todo lo que puedan y atesorar así material interesante para no comerse él solo el marrón, marrón que sabe que llegará tarde o temprano

Vídeo difundido por el Partido Popular creado con IA

Un Peugeot 407 negro recorre España. El 29 de octubre de 2016 se pone en marcha la reconquista. A bordo, cuatro personas. Todos con carné del PSOE. Ha nacido la banda del Peugeot. También los denominan en Ferraz los gañanes de la carretera. Son cuatro iluminados que se creen «los cuatro hombres justos», salidos de la novela de Edgar Wallace.

Puedo dar testimonio de que ese viejo coche, que fue vendido en cuanto terminó el periplo, solo se usaba para las fotos porque el grupo cambiaba ese utilitario por una vanette de alta gama en cuanto las cámaras se apagaban. Con ese vehículo, los amigos ya habían hecho 40.000 kilómetros dos años antes, en el primer intento exitoso de ganar Ferraz.

Cuesta meter juntos a esos voluminosos pasajeros en el cubículo del buga: los tres son de los que no se pierden el postre. José Luis Ábalos, Koldo García (por momentos chófer de la comitiva) y Santos Cerdán, caben apretaditos. Pero es que la amistad vence cualquier estrechura. Los tres serán recompensados por su entrega en cuanto el jefe recupere el poder en el PSOE del que le echaron los barones por su deslealtad y su bloqueo a la gobernabilidad de España, al negarse a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy.

José Luis trabaja a marchas forzadas para situar a su amado candidato en las portadas de todos los diarios y en los programas más vistos de la tele. Con Jordi Évole queda en un hotel y en esa entrevista caen bombas de racimo contra los empresarios del Ibex, el aparato del PSOE y parte de la prensa. Los viajeros necesitan agitar a la militancia para dar la puntilla a los barones. El primer acto se celebra en el municipio de Xirivella, Valencia. Es la cuna de José Luis Ábalos, que está feliz. De hecho, hay un colchón en el que los Sánchez-Gómez pernoctan como si estuvieran en su propia casa. Es el mismo pisito bajo que fue registrado por la UCO el martes –aunque la verdadera pomada estaba en Navarra, adonde se desplazó el jefe de los investigadores, Antonio Balas. La etiqueta ‘yoviajoconpedro’ acompaña cada movimiento en las redes. Escuchan en el coche a David Bowie, Iggy Pop y Supersubmarina. La banda sonora de los cuatro del Peugeot.

Los amigos se citan allí donde pueden, muchas veces en cafeterías del centro de Madrid. Cuando llegan a Andalucía, lo hacen en AVE y luego toman un Golf prestado por los militantes. Es el feudo de Susana Díaz y hay que echar el resto. Como ocurrió en el famoso mitin de Dos Hermanas, cuyo alcalde también está entregado. Santos Cerdán ha recordado después que la gente lloraba cuando veía a Pedro, como «si fuera un mesías». Exhiben en los actos públicos pancartas con el «no es no» a Rajoy, la carta fundacional de estos esforzados de la ruta.

El resto de esta historia ya se conoce. Una urna escondida tras una cortina, el error del aparato socialista de no haber echado a un candidato que dio un pucherazo y que ya solo vivirá para vengarse de su partido, la manipulación de la militancia, el falso relato de que el inmaculado David tenía que ganar al implacable Goliath: así que la banda del Peugeot vuelve a pisar moqueta. Un año y medio después gana una moción de censura al PP y accede al Gobierno de España invocando la transparencia y la lucha contra la corrupción. Koldo se convierte en la mano derecha del nuevo ministro y número dos del PSOE, José Luis Ábalos. Santos está contento porque él ha presentado al portero de burdeles a sus amigos y es todo un hallazgo. Llega la pandemia y en el Ministerio de Transportes se forran con las mascarillas; y, por si fuera poco, el ministro convierte el departamento en un harén con cargo al presupuesto. Pero Santos apunta más alto y se dedica a las adjudicaciones de obra, sobre todo la del túnel de Belate, no muy lejos de su pueblo navarro de Milagro. Todos han cambiado el veterano Peugeot por el superpuma y el Falcon. Ni tan mal.

Mientras, el más listo de la clase, Koldo, descubre que la UCO le está vigilando y se dedica a grabar a sus antaño colegas para que larguen todo lo que puedan y atesorar así material interesante para no comerse él solo el marrón, marrón que sabe que llegará tarde o temprano. Tiene que cubrirse las espaldas. Hasta refiere un mensaje de Cerdán en el que reconoce que amañó las primarias en las que venció Sánchez en 2014: «Cuando termine apunta como que han votado estos dos que te faltan sin que te vea nadie y metes las dos papeletas», indicó el fontanero de Ferraz a Koldo el 13 de julio de ese año.

Es el final del viaje. En febrero de 2024, la Guardia Civil accede a una memoria externa encriptada en casa de Koldo donde todos hablan más de la cuenta; de hecho, de esos audios se desprende que el hasta ayer secretario de Organización gestionaba pagos de 620.000 euros en mordidas. Era el más receloso de todos: Koldo largaba sobre lo que se embolsaban y el navarro intentaba que callara. No era para menos.

Hoy ya sabemos que en ese automóvil alguien sufría un síndrome de Diógenes a lo bestia. Era el cuarto pasajero: Pedro Sánchez. No se puede tener dos manos derecha de porquería hasta los dientes, ambos dimitidos y camino del banquillo, y hacernos creer que no sabía nada hasta el miércoles por los medios de comunicación. Podrá impostar, como ayer, esa voz lastimera, pedir perdón con el mismo convencimiento que inscribió como propia su copiada tesis doctoral, embadurnarse de maquillaje, pero ni el cemento armado facial con el que ayer se presentó ante los españoles esconden su responsabilidad directa en este alud de corrupción y mordidas.

Falta que se vaya y que responda antes de apagar la luz a una pregunta: ¿el Peugeot era robado?

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