Ramón Peña / En pocas palabras: Finalmente, prevaleció la justicia
Comienza la sentencia de prisión domiciliaria e inhabilitación política de Cristina Kirchner, líder postrera del fenómeno político más longevo de la América Latina contemporánea: el Peronismo. Nacido en 1946 bajo la conducción de Juan Domingo Perón, militar fascistoide, populista, ultranacionalista, antiimperialista, discípulo del corporativismo mussoliniano.
Contando con la prédica obsequiosa de su carismática esposa Eva Duarte, sembró en el corazón de los argentinos, especialmente entre los más humildes, “mis descamisados” los llamaba Eva, un perdurable populismo asistencialista del Estado. De tal arraigo, que se opina que el peronismo más que ideología se hizo “un sentimiento argentino”.
El establecimiento del peronismo marca la obstinada decadencia de la que había sido la más próspera nación de Latinoamérica, desde la administración de los presidentes de la república integrantes de la llamada Generación del Progreso (1880-1914). En 1905 el PIB de Argentina superaba al de Francia, negociaba exitosamente tecnología y capital por alimentos con la poderosa Gran Bretaña, era el principal granero del mundo, Buenos Aires retaba en grandiosidad a las capitales europeas, en 1920 había desterrado el analfabetismo.
Durante ocho décadas, el peronismo, en su amplio espectro, albergó desde Montoneros comunistas hasta el conservador Carlos Menem, alcanzando finalmente su expresión más decadente y gravosa para los argentinos en el Kirchnerismo. Este último caracterizado por voraz apetencia pecuniaria. Lo ilustra un amanuense de Néstor Kirchner, de nombre Claudio Uberti, quien, arrepentido, confesaba ante el tribunal, entre otros hechos, recaudarle a éste, en efectivo, su “comisión” de US$25 millones por una negociación de bonos de la deuda argentina con Venezuela… Y agregaba: “Cristina Kirchner estuvo presente varias veces en las que fui a dejar bolsos de dólares, ella sabía todo lo que se hacía” …
Ha correspondido a la sobreviviente de la delictiva pareja, luego de un larguísimo proceso, recibir finalmente el peso de la justicia. Hoy, la Argentina decente celebra la prevalencia de la autonomía de los poderes públicos…