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Ramón Peña / En pocas palabras: La demografía como problema  

Consecuencias de la disminución de la población europea | El Mundo de Mañana

 

En países europeos, España, Italia, Polonia, entre otros, crece la preocupación ante la merma de nuevos nacimientos y el envejecimiento cada vez mayor de su perfil demográfico. La tasa promedio de alumbramiento por mujer en Europa es de 1.4 niños. Entre los factores asociados a esta baja fecundidad, se cuenta el creciente celibato, la maternidad tardía, la necesaria ocupación laboral de la mujer, la atenuación de la procreación como propósito de toda familia y la incertidumbre del porvenir económico del grupo familiar.

Esta tendencia proyecta una población económicamente activa declinante, en contraste con el cada vez mayor segmento de retirados. Los mayores de 65 años, en algunos países, como Italia, ya representan 25% del total. Para mantener una demografía estable y productiva, se estima que la tasa de reemplazo ha de ser no menor de 2.1 niños por mujer.

Lo anterior contrasta con reciente información estadística de la UN World Population Prospect referida a los 20 países con mayor tasa de fertilidad, 18 de los cuales se encuentran en el continente africano. El promedio es superior a 5 alumbramientos por mujer, más del triple de los países europeos. Como resultado, casi 50% de su población es hoy menor de 18 años, cuyo destino social y económico está sujeto a limitadas oportunidades de educación y de trabajo. En el caso de un solo país, Nigeria, son 112 millones de teenagers, cifra semejante a la población total y conjunta de Italia e Inglaterra.

La considerable disparidad demográfica y económica se dinamiza en perturbadoras marejadas migratorias africanas hacia Europa. Ésta, con responsabilidad histórica sobre la situación de sus antiguas colonias, ha carecido de iniciativas para fomentar el desarrollo que frene el desplazamiento humano. Por supuesto, una opción que sin duda no irá al nudo del problema es la cada día mayor arremetida xenofóbica. 

 

 

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