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Francia y la solución palestina

El gobierno de Emmanuel Macron propone una salida diplomática al conflicto entre Israel y Hamas

El presidente francés, Emmanuel Macron

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante una visita a Berlín, Alemania, el 23 de julio de 2025.// Foto: Efe

 

El reconocimiento del Estado de Palestina por Francia se suma a los más recientes de España, Irlanda y Noruega y a los reclamos históricos de la ONU, otorgando a la vieja idea de la solución de dos Estados una nueva posibilidad en el siglo XXI. Cuando todo parecía perdido para la causa nacional palestina, ahogada entre la crueldad de Israel y Hamas, vuelve a vislumbrarse una salida diplomática.

La decisión del gobierno de Emmanuel Macron abre una importante brecha dentro del bloque occidental. La reacción adversa de Estados Unidos e Israel no se ha hecho esperar. El secretario de Estado Marco Rubio ha dicho que el reconocimiento francés de Palestina es “imprudente” e “irresponsable”, que “sólo sirve a la propaganda de Hamas” y que es una “cachetada a las víctimas del 7 de octubre”.

Por su parte, Benjamin Netanyahu sostuvo en X que la propuesta de París es una “vergüenza y una rendición ante el terrorismo”. De acuerdo con Tel Aviv la creación de un Estado palestino sería la instalación de otra plataforma contra Israel en el Medio Oriente. Hace treinta años, la posición oficial de Israel era favorable a los acuerdos de Oslo y la existencia de dos Estados. Hoy, Tel Aviv rechaza esa salida diplomática.

La propuesta de Francia adquiere más valor al transferir a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas la autoridad para extender lo más posible el reconocimiento del Estado palestino, que ya conceden 148 de los 193 miembros de la ONU. En un momento de creciente tensión entre Estados Unidos e Israel, por un lado, y la ONU y la Unión Europea, por el otro, el paso dado por Francia puede inclinar la balanza a favor de la paz.

La iniciativa de París propone también un urgente desbloqueo de la ayuda humanitaria, a través de la ONU, que permita hacer frente a la hambruna desatada a Gaza y que ha sido denunciada por la relatora Francesca Albanese y más de cien agencias de derechos humanos en el mundo. Enfurecido por los reportes de Albanese y sus acciones contra Estados Unidos e Israel en la Corte Penal Internacional, el Departamento de Estado impuso sanciones contra la jurista y diplomática italiana.

La reacción de Washington y Tel Aviv en contra de Francia expone con claridad la profunda coincidencia entre los gobiernos de Netanyahu y Trump. El primero no ve otra solución que el exterminio de los gazatíes, mientras el segundo ha optado, a lo sumo, por una distensión que legitime internacionalmente la ofensiva de Israel. Washington, que alguna vez propició un desenlace diplomático por medio de la creación de dos Estados, es hoy un baluarte de la guerra.

Habrá que observar en las próximas semanas le reacción de otras naciones europeas al proyecto de Francia. Por lo pronto, Alemania ha descartado un “reconocimiento de Palestina en el corto plazo”, pero podría haber un efecto dominó en los Países Bajos y Europa del Norte. En Gran Bretaña, al igual que en Alemania, la presión interna a favor del reconocimiento crecerá de manera notable.

Es inevitable relacionar el paso de París con el gran despliegue del activismo juvenil a favor de Palestina en Europa y, específicamente, en Francia. El gobierno de Macron está respondiendo a una demanda que resume, como pocas, la exigencia de paz en el Medio Oriente.

Este artículo fue publicado originalmente en La Razón.

 

 

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