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Beatriz Pineda Sansone: La primacía del hombre sobre el individuo

Antoine de Saint-Exupéry: 100 frases y citas brillantes

 

Antoine de Saint-Exupéry fue un reconocido escritor, poeta, periodista y aviador francés. Nació el 29 de junio de 1900 en Lyon, es mundialmente conocido por su famosa obra titulada «El Principito».

Su vida estuvo profundamente ligada a la aviación, una pasión que se refleja en gran parte de su obra. Trabajó como piloto de correo aéreo en rutas peligrosas, transportando correspondencia a través de lugares como el desierto del Sahara y los Andes. Sus experiencias como aviador le sirvieron de inspiración para muchas de sus novelas y escritos, donde explora temas como la soledad, la amistad, la humanidad y la búsqueda de sentido.

Algunos de sus libros más destacados, además de «El Principito» (1943), son: “Vuelo nocturno” (1931),”Tierra de hombres” (1939), “Piloto de guerra” (1942), “Ciudadela” (publicada póstumamente en 1948). Más allá de su faceta como escritor, Saint-Exupéry fue un humanista que buscó conectar a las personas a través de su obra y sus acciones, denunciando peligros ecológicos y reflexionando sobre la condición humana.

Saint-Exupéry expresó en “Piloto de guerra”, editada en 1942, un año antes que “El Principito”:

«Combatiré por la primacía del hombre sobre el individuo, como de lo universal sobre lo particular».

Con estas palabras está expresando la idea central de su humanismo y su filosofía de vida, especialmente en el contexto de la Segunda Guerra Mundial acaecida entre 1939 y 1945. Se considera que el conflicto comenzó el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de Alemania, lo que provocó que Francia y el Reino Unido le declararan la guerra.

El individuo es la faceta de la persona que prioriza su bienestar personal por encima de todo lo demás. Se refiere al ser humano en su aspecto egoísta, aislado, centrado en sus propios intereses, deseos y comodidades.

El hombre representa la esencia de la humanidad, lo que nos une como especie: la capacidad de sacrificio, la solidaridad, la dignidad, el sentido de comunidad, la trascendencia y los valores universales que nos hacen humanos. El «Hombre» es la suma de las virtudes y el potencial que existe en cada uno de nosotros cuando actuamos por un bien mayor.

Saint-Exupéry lucha por los intereses y el destino de la humanidad en su conjunto (el Hombre), esta idea  debe prevalecer sobre los intereses egoístas y limitados de cada persona por separado (el individuo). En tiempos de conflicto, esto implica que el sacrificio personal por la comunidad, la nación o los valores superiores constituye un acto de nobleza que engrandece al ser humano. No se trata de anular al individuo, sino de que el individuo se eleve y se integre en algo más grande que sí mismo.

Lo particular se refiere a las diferencias, las particularidades, las divisiones que existen entre las personas, los grupos, las culturas, las naciones. Incluye también los intereses específicos, las costumbres locales, las creencias individuales que pueden generar separación y conflicto.

Lo universal: Saint Exupéry puntualiza aquellos valores, principios, ideales y verdades que son comunes a toda la humanidad, que trascienden las barreras y unen a las personas. Hablamos de conceptos como la justicia, la libertad, la dignidad humana, la paz, la fraternidad. Así expresó en “Piloto de guerra”: “La libertad es la elevación del hombre”. Saint-Exupéry estaba dispuesto a “combatir por el hombre”,contra sus enemigos, pero también contra sí mismo”.

En este sentido, el autor, aboga por la trascendencia de las diferencias y los intereses particulares en favor de aquello que nos une como seres humanos. En lugar de luchar por imponer una particularidad (una ideología, una cultura, una nación específica) sobre otras, se debe buscar la unidad en los valores universales que compartimos. La guerra, para él, no debe ser un choque de particularidades, sino una defensa de lo universalmente humano.

Saint-Exupéry, en «Piloto de Guerra», se enfrenta a la barbarie y a la deshumanización de la guerra. Su frase es un llamado a la solidaridad, el sacrificio y la trascendencia del egoísmo. Estaba convencido de que el verdadero valor y la grandeza del ser humano no residen en su individualidad aislada, sino en la capacidad de unirse a otros por un propósito común y defender los principios que dignifican a toda la humanidad, por encima de cualquier interés personal o división artificial. Los ideales de Saint-Exupéry, hoy, más que nunca, están vigentes, porque están enmarcados en una visión profundamente humanista que busca la elevación moral y espiritual del hombre frente a la adversidad.

Antoine de Saint-Exupéry desapareció trágicamente el 31 de julio de 1944 durante un vuelo de reconocimiento sobre el mar Mediterráneo, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Su misteriosa desaparición contribuyó a crear una leyenda en torno a su figura.

 

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