Un simposio defiende que Colón, Cervantes o Da Vinci eran catalanes
Es difícil procesar tantas revelaciones en una sola tarde. Tomo asiento en una silla plegable al final de la sala polivalente del ayuntamiento de Arenys de Munt (Barcelona), junto a la mesa de los bocadillos y de las bebidas. Mi bolígrafo echa humo y el apoyo de la mesa me ayuda a tomar mejor las notas. En las últimas cinco horas del XIV Simposio El Descubrimiento Catalán de América me han dicho que Colón, Cervantes, Leonardo da Vinci, Américo Vespucio, Hernan Cortés, Bartolomé de las Casas, el Lazarillo de Tormes y muchos más eran catalanes, y por catalanes el Institut Nova Història (INH) entiende también a valencianos. Héroes de los países catalanes que un fraude orquestado durante siglos convirtió en españoles.
Da Vinci y Montserrat
El INH ya no es una agrupación de nacionalistas excéntricos. Los representantes destacan que mucha gente fuera de su círculo los ve así, aunque la verdad es que ha dejado de ser una cosa marginal. En su órbita hay 107 estudiosos dedicados a revisar los capítulos más destacados del pasado para descubrir huellas catalanas.
El presidente, Albert Codinas, y la estrella de la INH, Jordi Bilbeny, aparecen en programas de radio y de televisión, también en artículos de prensa. Sus últimas intervenciones en TV-3 y Catalunya Ràdio han sido este 2014 a raíz de la película ‘Desmuntant Leonardo’, con la que quieren demostrar que Da Vinci era catalán porque su escudo de armas eran las tres barras de la casa real de Nápoles, “la casa real catalana”. La Mona Lisa es Isabel de Aragón, hija del valenciano Ferran de Nápoles, según Bilbeny. Para él, de Da Vinci no conocemos ninguna mujer porque si las conociéramos, descubriríamos sus raíces catalanas. Aún hay más: las montañas de los cuadros de Da Vinci son las de Montserrat, según Bilbeny.
Apoyos de peso
Aparte de numerosos medios españoles que han querido reproducir con burla la historia de la INH, en Cataluña hay gente que se ha sumado a sus teorías revisionistas. Entre otros, Manuel Cuyàs, articulista y autor de las memorias de Jordi Pujol, escribió en septiembre pasado que Bilbeny le convence. Cuyàs no solo asume que Colón sería catalán sino que Cervantes también lo era y que realmente se llamaba Miquel Sirvent, como la famosa horchatería de Barcelona. También Patrícia Gabancho ha apoyado por escrito a las tesis del INH. La fundación que controla el INH recibió el 2010 una subvención de la Generalitat de 3.200 euros.
El XIV Simposio fue inaugurado el viernes por los alcaldes de Arenys de Munt y Arenys de Mar y por Miquel Sellarés, el hombre que dice estar detrás de todos los movimientos a la sombra de la seguridad catalana. Otro de los miembros más destacados del INH es Víctor Cucurull, miembro del secretariado nacional de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). El expresidente de la comunidad autónoma de Madrid Joaquín Leguina parece obsesionado con Cucurull.
Leguina, que acaba de publicar ‘Los 10 mitos del nacionalismo catalán’ (Planeta), no pierde oportunidad de reírse de la teoría de Cucurull según la cual santa Teresa de Jesús era de Barcelona, una abadesa del monasterio de Pedralbes. Cucurull asegura que no tiene ni idea de quién es Leguina: “Yo me dedico al conocimiento de la nación catalana. La nación española no me interesa nada”. Cucurull confirma que no ha tenido tiempo de ser ponente del simposio de este año porque su trabajo en la ANC para liberar Cataluña le ocupa mucho tiempo.
Josep Mir es un informático de 30 años que trabaja en Hamburgo. Es uno del centenar de asistentes del simposio. Ha aprovechado que el fin de semana para acompañar a un amigo suyo, ponente del INH. Para Mir, lo que se explica en el simposio tiene paralelismos con el proceso de independencia: “Los intelectuales españoles se ríen pero después asumirán el choque y finalmente entrarán en argumentos. Como con la independencia”.
La farsa del SIDA
En la entrada del auditorio hay dos puestos con libros a la venta. Los destacados son los libros de Bilbeny como ‘La vida de Llàtzer de Tormos’, con el que pretende demostrar que el Lazarillo era de la Marina Alta. La obra está publicada por Llibres de l’Índex, empresa del miembro del INH Josep Maria Orteu. Entre las obras de Bilbeny, ejemplares de ‘Victus’ y merchandising patriótico, destacan numerosos libros de medicina alternativa y, en concreto, sobre el sida. Son libros que vende la Asociación Plural 21. El encargado de esta asociación reparte unos impresos donde se puede leer “Desmontar el SIDA. El sida no es una enfermedad a tratar (tampoco alternativamente) sino un montaje made in USA que hay que deshacer”. “Queremos vivir en una Cataluña que se declare territorio libre del montaje SIDA”. También hay información sobre el cáncer como enfermedad exagerada para ganar dinero.
Maratón documental
Después de ponerme al día con las teorías de la conspiración en el sector sanitario, me dispongo a tomar nota de una docena de ponencias que ponen la historia patas arriba:
Isaac Mestres mostró un grabado belga que probaría que Colón fue recibido en 1493 por los reyes católicos en el actual Palacio de la Generalitat.
Francesc Jutglar desarrolló una serie de cálculos estadísticos que apuntarían el descubrimiento de América por parte de catalanes a partir de los nombres de seis animales.
Lluís Maria Mandado preparó un complejo análisis para demostrar los vínculos entre la primera edición en inglés del Quijote y el original, escrito en catalán. Mandado cita a menudo al historiador inglés Francis Carr, que asegura –erróneamente– que el Quijote lo escribió Francis Bacon.
El italiano Paolo Pellegrino hiló toda una serie de documentos gráficos de ‘Diálogo de los Perros’ que determinarían la catalanidad de Cervantes y que en este libro, cuando se habla de Valladolid, en realidad el autor menciona Valencia, y que cuando habla de Sevilla, Cervantes piensa en Barcelona.
Joan Cassola hizo una interpretación del padre Bartomeu Cases –fray Bartolomé de las Casas- como precursor de los derechos humanos y del ecologismo. Cassola acabó la ponencia dando por hecho que un hombre del siglo XVI con unos principios democráticos tan sólidos no podía ser sevillano sino de Molins de Rei.
Joanjo Albinyana ofreció todo tipo de documentos que apuntaban a que el conquistador griego Pedro de Candía era de Gandía.
Bilbeny, estrella del colectivo, fue el último ponente para presentar el descubrimiento de un libro publicado en Praga el 1505 que asegura que Américo Vespucio viajó a América en nombre “del rey de Cataluña”. Vespucio era la adaptación italiana del apellido Despuig, un navegante de casa nuestra que cuando escribía italiano, lo hacía con catalanadas de manual.
El combate de Reyes
Eduardo Reyes, presidente del colectivo Súmate, cerró el Simposio con un mitín independentista. Reyes explicó que la primera vez que visitó Arenys de Munt fue hace 45 años, para participar en un combate de boxeo que perdió injustamente, según repitió. Bilbeny lo presentó tres veces como Fernando –a pesar de los intentos de la audiencia para que lo corrigiera- el hombre que “ha sido capaz de entrar allí donde nosotros en 35 o 40 años al pie del cañón no habíamos podido entrar”. Su participación se había anunciado con la conferencia ‘En busca de una historia verídica para un futuro plural’.
Reyes renunció a la conferencia y prefirió que uno de los miembros del INH le planteara preguntas y él las respondería. Se le preguntó con insistencia si él creía que el que hacían el INH tenía alguna utilidad. Reyes dijo que él no tenía estudios pero que creía en la verdad: “He hablado con todos los líderes políticos catalanes, mirándoles a los ojos, y seré el primero que les escupiré en la cara si les pillo con una mentira”. Reyes concluyó que el trabajo del INH es positivo si descubre las mentiras que difunde la dictadura española. Para Reyes, todavía vivimos en una dictadura. El presidente de Súmate acabó preguntándose: “¿Colón era catalán o genovés? Pues si hay interés en que sea catalán, adelante con que era catalán”.