Polonia amenaza a Putin con derribar el próximo caza ruso que entre en su espacio aéreo
Tras la incursión de un avión de reconocimiento militar ruso Il-20M, que fue interceptado el fin de semana sobre una plataforma petrolífera del mar Báltico polaco por dos cazas alemanes Eurofighter

Avión de combate ruso MiG-31 sobrevolando el mar Báltico tras violar el espacio aéreo estonio la semana pasada
Ha vuelto a pasar. Un avión de reconocimiento militar ruso Il-20M fue interceptado el fin de semana sobre una plataforma petrolífera del mar Báltico polaco por dos cazas alemanes Eurofighter que despegaron desde su base en Rostock-Laage. Para el primer ministro, Donald Tusk, es más que suficiente y por ello Polonia reaccionará resueltamente a cualquier otra violación de su espacio aéreo.
«El Gobierno está listo para tomar la decisión de derribar objetos voladores que ingresen en territorio polaco y puedan representar una amenaza», dijo Tusk este lunes, en una conferencia de prensa en Sierakowice, en la que añadió que «no hay absolutamente ninguna discusión sobre eso». Tusk enfatizó además el papel de los aliados y afirmó que Polonia debe estar segura de que Varsovia no estará sola en caso de una escalada del conflicto.
Por si quedaba alguna duda, el ministro de Exteriores polaco, Radosław Sikorski, declaró en el marco de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que «si otro misil u otro objeto vuela hacia nuestro espacio, intencionalmente o por error, si es derribado y los escombros caen en territorio de la OTAN, no vengan aquí a quejarse. Han sido ustedes advertidos». El Gobierno de Polonia se convierte así en el primero de los europeos en zanjar el debate sobre cómo responder a las reiteradas provocaciones rusas, una pregunta que planea también sobre el resto de las capitales.
«La frontera de la OTAN en el noreste no se está poniendo a prueba y testando sistemáticamente sin ningún motivo», ha alertado el ministro de Defensa de Lituania, Dovilė Šakalienė, partidario de una respuesta en la línea de Turquía, que en 2015 derribó sin contemplaciones un avión de combate ruso que había violado el espacio aéreo durante 17 segundos. Desde entonces, Rusia nunca más ha violado el espacio aéreo turco. «Tenemos que ser serios», concluye Šakalienė. También el presidente checo, Petr Pavel, ha calificado de «irresponsables» las provocaciones rusas y ha subrayado que las concesiones al agresor «no son posibles». «Tenemos que reaccionar, incluido el posible derribo de aviones rusos», ha dicho.
En Alemania, el diputado cristianodemócrata Jürgen Hardt, miembro de la delegación alemana en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN y que pertenece a la CDU del canciller Friedrich Merz, está convencido de que los aviones de combate rusos deberían ser combatidos militarmente en caso de nuevas violaciones deliberadas del espacio aéreo porque el régimen de Rusia necesita «una señal de alto clara» y cree que »sólo tendrá efecto un mensaje claro a Rusia de que cada violación militar de la frontera será respondida por medios militares, incluido el derribo de aviones de combate rusos sobre territorio de la OTAN«. »La alternativa sería que la lógica rusa de la guerra siguiera acelerando. Ahora se trata de violaciones del espacio aéreo, pronto el bombardeo de objetivos individuales, luego vendrán los soldados rusos«, ha advertido Hardt sobre las siguientes jugadas de Putin. El inspector general de las fuerzas Armadas Alemanas, Carsten Breuer, también ha declarado que »una cosa está clara para mí: al final, probablemente el asunto tendrá que reducirse a que usemos drones contra drones«.
Una línea más dura contra Rusia
Nico Lange, desde la organización la Conferencia de Seguridad de Múnich, advierte que «o derribamos aviones y drones rusos que violan nuestro espacio aéreo, o asumimos otras consecuencias, como cancelar visas diplomáticas rusas o detener barcos de la flota en la sombra». Y, desde el Reino Unido, el exministro de Defensa Ben Wallace pide una línea mucho más dura contra Rusia y presentar a Putin un «dilema estratégico», una reacción que demuestre que las provocaciones tienen su precio.
Estonia, sin embargo, pide prudencia y deja traslucir preocupación por el peligro de gatillo flojo. El ministro de Defensa, Hanno Pevkur, ha rogado a los aliados que eviten discutir públicamente los métodos para disuadir a Rusia desde la OTAN. «Les pido que comprendan que tales cosas no se discuten públicamente», ha solicitado. Su colega en la cartera de Exteriores, Margus Tsahkna, ha recordado que »la OTAN tiene sus propias reglas y análisis de amenazas para el uso de la fuerza» y que «derribar los aviones de combate rusos invasores significaría llevar un conflicto militar real a un nuevo nivel. No hay base para esto, porque nosotros, la OTAN, tenemos la situación bajo control«. Tsahkna asegura que entiende muy bien a las personas que piensan que si alguien viola el espacio aéreo ilegalmente, hay que derribar a los intrusos, pero recuerda que »el objetivo de la OTAN es, ante todo, prevenir ataques reales, frustrarlos y demostrar que la situación está bajo control«, ha insistido.