Democracia y PolíticaÉtica y Moral

Alberto da risa

El presidente del PP resiste mejor ante Vox que Puigdemont ante Aliança Catalana o Macron frente a la Agrupación Nacional

Alberto Núñez Feijóo

 

Se ha puesto de moda despreciar a Feijóo porque Vox se le acerca en las encuestas y el comentario es que se le hará un infierno gobernar y que los socialistas recuperarán La Moncloa en menos de un año. Si el PP suma con Vox y Feijóo gana a Abascal, otro gallego volverá a ser presidente, y lo será hasta que decida marcharse, y no tendrá más problemas para gobernar de los que hoy tiene Sánchez. Yo de Alberto he escrito que tiene cara de sobra dentro de un táper, que es torpe y gafe, que está siempre como malito, que desde que se operó de la vista parece que haya perdido las gafas; y que no estoy seguro de que pueda mantener la ventaja que ahora le dan las encuestas para ser presidente: ni en la suma con Vox, ni en quedar por delante de Abascal. A mí me gusta más Isabel Ayuso, y pienso que sería una mejor candidata para su partido, y que en una elección general tendría unos fantásticos resultados tanto en Cataluña como en Andalucía, y por descontado en Madrid. Y pienso también que la presidenta aseguraría la mayoría de la derecha y desde luego quedaría la primera. Pero aunque con algunos retrocesos, Feijóo resiste bien en las encuestas, por encima del 30 por ciento. Si hoy se celebraran elecciones sería presidente con más margen del que fue elegido el canciller Merz y con el mismo porcentaje que el primer ministro Starmer. El presidente del PP resiste mejor ante Vox que Puigdemont ante Aliança Catalana o Macron frente a la Agrupación Nacional.

Alberto da risa cuando se hace un lío por parecer más de derechas, pero es la risa que damos todos cuando hablamos de inmigración sin tener ni idea y disparando al bulto. Más allá de su parte parodiable es un candidato aseado, decente, educado, que se toma en serio la política como servicio a los ciudadanos y el respeto a la institucionalidad; y hay que reconocerle que no es fácil, dadas las circunstancias y sus contrincantes, aguantar el tipo sin ser un macarra. Y esto es importante decirlo porque en esta era nuestra las virtudes tranquilas suelen pasar desapercibidas y son las que en realidad decantan la suerte. No tengo duda de que como presidente sabría torear a Vox, un partido que si se fijan bien sólo gana cuando calla y cuando no gobierna, y que puesto en la tesitura de servir, aunque sea por fuera, lo más probable es que, con tantas ínfulas, acabe no mucho mejor que Sumar, Ciudadanos o Podemos.

Cualquier ensoñación de ‘dulce derrota’ que pueda tener Pedro Sánchez se demostrará tan falsa como la de Alfonso Guerra. Y Vox, si no gana las elecciones y vota la investidura de Feijóo, tendrá que aprender a medirse muy mucho en sus exigencias si no quiere acabar como los demás pequeñitos, que no supieron entender el sentido de su existencia, y enseguida y en la irrelevancia descubrieron que en realidad no, no tenían tanta fuerza.

 

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