Ciencia y Tecnología

I.A. llegó para quedarse

Pocas personas deben todavía esperar que el fenómeno de la inteligencia artificial pasará pronto de moda, porque, al contrario, sus tentáculos invaden cada día nuevos e inéditos territorios y se consolida la certeza de sus vastísimas perspectivas.

Es cierto que, por ejemplo, un sector de la industria  cinematográfica se siente amenazado por la competencia de actores virtuales en la protección de derechos de autor y, en general, el proceso creativo tradicional, pero otro considera que la IA es indetenible y la única opción es navegar en su corriente.

De allí, en noviembre, el festival Omni 1.0 en Australia, para películas completamente producidas con IA que deben armonizar la innovación tecnológica con la integridad artística, basado en la premisa de que si tal vez es imposible sustituir el factor humano sí puede ampliar el campo creativo de personas, sobre todo las más jóvenes, que jamás hubieran podido expresarse bajo las condiciones industriales en vigor y, sobre todo, el control en los países sometidos a regímenes autoritarios.

Las democracias, en cambio, no tienen nada que temer y sí mucho que ganar.

Alemania anunció en días pasados una agenda de modernización para reducir la burocracia en un 25% en 2029, ofreciendo más servicios públicos en línea y utilizando la IA en el gobierno y los tribunales como una de las seis herramientas clave, junto a la biotecnología y la microelectrónica.

Las ventajas son obvias para un país que enfrenta un declive demográfico que se refleja en la escasez de personal y hay ciudades como Colonia que emplea la IA para mejorar la planificación urbana, Munich en la recolección de desechos y Heidelberg en la detección temprana de enfermedades.

Y más lejos ha ido Edi Rama, el dinámico Primer Ministro de Albania,  designándola ministra contra la corrupción, para detectar patrones irregulares y optimizar los servicios públicos.

Diella la Ministra Avatar

Diella se llama la nueva funcionaria de absoluta honestidad, sin intereses personales ni vínculos políticos, encargada de la supervisión de procesos administrativos y la gestión de datos estatales con una transparencia que, en teoría, debería yugular las prácticas ilícitas que afectan de manera endémica a esa nación balcánica y obstaculizan sus aspiraciones de ingresar a la familia europea.

Es una apuesta que sitúa la IA a la vanguardia mundial y abre un capítulo inédito en las relaciones de tecnología y administración pública, y, por eso,  la revista NATURE llega a vaticinar un Nobel a la vuelta de la esquina, a la luz de sus avances en el análisis de datos, experimentos de diseño y hasta la formulación de hipótesis originales.

Es lo que piensa el investigador Ross King de la Universidad de Cambridge, contra la cautela de colegas que sugieren esperar cambios drásticos en los procedimientos y el financiamiento de los proyectos antes de poder exhibir logros encuadrados en los principios del famoso galardón, en condiciones de elevada e incluso absoluta autonomía de la participación humana.

 

Varsovia, octubre de 2025.

 

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