Chitty La Roche: Algunos episodios de ética y poder en la Venezuela actual
“Si tengo que elegir entre la paz y lo correcto, elijo lo correcto.« Teodoro Roosevelt
Una de las tentaciones más difíciles de superar para el poderoso, es aquella que lo coloca ante una escogencia entre lo que complace sus intereses o se alinea en su perspectiva y lo otro que, aunque contrariándolo, implica proteger o asegurar un beneficio para el colectivo, el cual está llamado a dirigir como su hombre de poder.
Una suerte de aporía o al menos un dilema intenso se postula, imagino, en la circunstancia en que se vea confrontada la permanencia en el poder de su titular, aun sabiendo que, esa permanencia compromete la seguridad del combinado que conduce.
Ya sabemos que hay mucho más que lucha contra el narcotráfico en las acciones norteamericanas en la zona del Caribe. Hay una inusitada presión para forzar la salida del alto gobierno venezolano, llamándolos Cártel de los Soles y declarándolos grupo internacional terrorista, aun cuando Trump ha dicho que no persigue ese efecto.
Y es aquí donde, una vez más, divisamos la colisión ética que supone para Maduro y otros dignatarios, aceptar apartarse y asegurar la paz o jugársela a cualquier costo que sabemos, puede ser encarar medidas extremas de naturaleza militar con los riesgos que para la comunidad y no solo para ellos mismos, puede esto conllevar.
Es sano anotar que ese gobierno exhibe graves carencias, como la ilegitimidad de origen y la de desempeño, por lo cual, no cuenta con otro respaldo que las fuerzas militares y policiales asociadas a su gobierno y quienes lo ha mantenido al frente de un régimen que desde hace 27 años gobierna y cuyos resultados son, la suma de todos los fracasos posibles y algo más diríamos, no desprovistos de objetividad.
Más pobres que nunca, desarraigados, desesperanzados, ultrajados, sin servicios públicos aceptables, con un colapso institucional de la justicia, educacional y sanitario innegable, des asalariados y temerosos, asustadizos por la represión brutal que se ha convertido en la regla y no la excepción, sin libertades de comunicación, ni protesta, ni libertad de prensa expían los venezolanos haberlos colocado a su predecesor y al epígono al frente de la cosa pública.
Empero, volvamos al momento, ahora sí se advierte en la gente expectación y, muchos piensan que es inminente un desenlace. Más gente permanece en casa, pareciera que hay menos tráfico de vehículos y después de tres meses de tensión, es legítimo que así sea.
¿Qué habrá pensado el presidente Lusinchi cuando se cumplía el ultimátum para mover la corbeta Caldas? ¿CAP y aquel 20 de mayo de 1993? ¿Hugo Chávez y su rendición en 1992 o su renuncia en 2001, como asimiló y escogió su camino? Hay situaciones que ponen a prueba a los hombres para hacer o dejar de hacer, por lo que llamaría Weber, ética por convicción o ética por responsabilidad o más pedestre, por mero cálculo.
El país todo esta concernido, aunque es claro que no son los mismos los inocentes que los culpables de habernos traído hasta esta coyuntura llena de innumerables peligros.
Siempre hay un instante de soledad o consigo mismo de examen de consciencia del poderoso, aún rodeado de tantos alabarderos y de los leales confundidos en ese entorno. Veremos, pareciera o, sabremos que anida en la decisión de Trump y Maduro y sus equipos, qué privilegiarán entonces, como para definir una secuencia que no aguanta más postergación.
Nelson Chitty La Roche, @nchittylaroche, nchittylaroche@gmail.com
