Julio César Moreno León: El diálogo es una trampa para impedir el revocatorio
“El diálogo MUD-Gobierno abre las puertas a Nicolás Maduro para frenar el revocatorio e impedir la aplicación de la Carta Democrática”. Así nos lo dice Julio César Moreno León, ex embajador de Venezuela en Chile, en declaraciones a lapatilla.com.
Los términos en los que los dirigentes de la Mesa de la Unidad anuncian su disposición a acudir a ese diálogo son ambiguos, confusos y oscuros y debilitan su posición ante el país, y ante los sectores de la comunidad internacional que se ha solidarizado con la lucha de los venezolanos por su democracia.
El reciente comunicado de la Mesa de la Unidad es endeble y carente de combatividad en la respuesta a las escatológicas declaraciones que de manera reiterada lanzan Nicolás Maduro y toda la dirigencia civil y militar chavista a la hora de referirse a las propuestas de la oposición.
No hay una sola declaración del gobierno que abra la posibilidad de aceptar en una mesa de diálogo el referéndum revocatorio, la libertad de todos los presos, el retorno de todos los exiliados, o el reconocimiento de la Asamblea Nacional.
No hay posibilidad de que el gobierno se someta a la decisión electoral democrática si no siente la presencia activa de una población decidida a imponer sus derechos. Por lo tanto, la candorosa declaración de la MUD en este momento de grave tensión social y de indignación creciente por el fraude que pretende institucionalizar el CNE, sólo sirve para confundir a los aliados internacionales de la democracia venezolana, para desmontar la Carta Democrática, y para desmoralizar a una población dispuesta a salir a la calle a defender sus derechos y a superar una crisis que ya no puede esperar por salidas acomodaticias.
Es absurdo que la oposición proponga la inclusión del Vaticano como “mediador”, porque en Venezuela no estamos en un conflicto en el que se enfrentan dos partes de una población dividida, a la que hay que reconciliar superando intolerancias religiosas, políticas o raciales.
Lo que en Venezuela está planteado, tal y como lo ha señalado claramente la Conferencia Episcopal, es la lucha entre una dictadura con vocación totalitaria y una abrumadora mayoría que aspira restituir las libertades públicas, los derechos humanos, la democracia, y superar la escasez, la pobreza y la miseria. De manera que frente a esas metas irrenunciables no hay nada que mediar.
La declaración de la MUD no está a la altura de una dirigencia política apoyada por una abrumadora mayoría de la población, que inequívocamente exige la salida de Nicolás Maduro este mismo año.
Esa declaración trata de vendernos como confiables a tres ex presidentes vinculados al régimen por razones políticas o de intereses económicos, cuya tarea es remendar la crisis venezolana, negociando concesiones por goteo para permitirle a Maduro superar estos momentos y continuar en el ejercicio del poder.
«Para ellos los objetivos centrales son dos: detener el referéndum revocatorio e impedir la aplicación de la Carta Democrática”, dice el ex embajador de Venezuela en Chile.