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«A la izquierda chilena hoy le resulta más útil la Constitución de Pinochet para su proyecto refundacional»

Beatriz Hevia Willer, presidenta del órgano que redactó la nueva Constitución, que este domingo se vota en referéndum, ofrece a ABC las claves del proceso

Beatriz Hevia Willer

 

Beatriz Hevia Willer (Osorno, 1992) fue la presidenta de la Convención Constitucional de Chile, el segundo intento para elaborar una nueva Carta Magna. Pertenece al Partido Republicano, la formación de derecha radical que tuvo la mayoría en el órgano redactor,

-¿No es una paradoja que el partido que menos ganas tenía de cambiar la Constitución tuviera que hacerlo?

-Quizá hizo sentido lo que (los republicanos) venimos diciendo hace mucho tiempo y es que las urgencias sociales no se van a solucionar por una nueva Constitución. Además, quienes más presionaban por el cambio constitucional demostraron que no eran capaces de liderarlo: ahí está la fracasada Convención. Pero también se demostró que estaban desconectados de las exigencias sociales, seguían hablando de procesos constitucionales cuando la demanda es por mayor seguridad, por empleo. Y nosotros supimos hacer ese clic y eso está traspasado al texto constitucional que tiene ese sello con el foco en la seguridad y en otras materias que son relevantes para el Chile de hoy. Sin perjuicio de que la Constitución tiene que mirar mucho más allá y ser funcional al Chile de las décadas que vienen.

-¿Le sorprende que la izquierda esté en contra?

-En ningún caso me sorprende que la izquierda esté en contra. Por esas vueltas de la vida, hoy le resulta mucho más funcional la Constitución vigente (la que dictó Pinochet) que la que es fruto del proceso democrático que ellos tanto exigieron.

-En realidad la izquierda está en la posición de ‘rechazar para reformar’ porque la que llamaban ‘Constitución de Pinochet’ es mucho más fácil de cambiar hoy que la que ustedes proponen.

-Para la izquierda hoy es mucho más fácil continuar con su proyecto de refundar el país por la vía de modificar la Constitución que está en vigor que si se aprueba la nueva propuesta. Por dos motivos: uno, porque los quórums de reforma suben y, dos, porque se les cae el principal argumento que han usado para convencer a la ciudadanía que es la cuestión de la legitimidad de origen del texto de 1980. Si el 17 de diciembre se ratifica este texto, nadie podrá dudar de que ha sido aprobado democráticamente por la ciudadanía, por tanto ese argumento se les acaba al Partido Comunista y a otras fuerzas de izquierda.

-¿Cree que va a continuar el debate constitucional si no se aprueba este texto?

-Hay que preguntarles a ellos la noche del 17 de diciembre. Hay sectores que no van a renunciar a su proyecto refundacional… El año pasado, el Gobierno dijo que después del plebiscito de septiembre esto se acababa y lo han vuelto a decir ahora. No me supone ninguna garantía que me digan hoy que no va a haber más discusión después del 18 de diciembre. Soy muy consciente de que necesitamos respuestas a las urgencias sociales y hay que poner el foco ahí. Los chilenos no pueden seguir esperando. De lo que pasó en el año 2019 hay que distinguir entre el 18 y el 25 de octubre. El 18 de octubre hubo violencia, vandalismo, saqueo. Pero el 25 de octubre hubo una marcha multitudinaria por mejores pensiones, mejor salud, mejor educación, mejores viviendas. Han pasado cuatro años y la gente no tiene mejor salud, las pensiones han mejorado un poco con la Pensión Garantizada Universal, pero no hay mejor salud, no hay mejores viviendas.

-¿Y eso lo va a cambiar la nueva Constitución?

-En algún momento tenemos que parar esto y decir que vamos a atender las demandas sociales. No sé si el Congreso es capaz de ponerse a trabajar en esto si no tenemos un profundo cambio en el sistema de elección. Con parlamentarios que hoy representan nichos y que para asegurar su reelección basta que le sigan hablando a sus nichos es muy difícil construir acuerdos. Y ese es uno de los principales problemas del país.

-Lo que no sé es si el país va a empezar a crecer por arte de magia, porque haya una nueva Constitución

-El texto constitucional no es una varita mágica, pero cerrar el capítulo constitucional da certezas. Y al menos por varios años será muy difícil que vuelvan a reabrir un nuevo proceso constitucional como el que han diseñado ya dos veces, porque no va a tener respaldo ciudadano.

-¿Qué tiene de mejor este texto que la Constitución de 1980?

-Diría que el sistema político, para empezar, que reducirá gradualmente la fragmentación. Y se pone un freno para que el Poder Judicial deje de hacer políticas públicas.

-¿Y en el tema territorial?

-Se avanza en participación ciudadana, se permiten iniciativas ciudadanas de ley, hay consultas presupuestarias y, segundo, se avanza en algún mayor grado de autonomía para la toma de decisiones de los gobiernos locales y regionales sin perder el foco en el control del buen uso de recursos públicos. Se avanza en esa línea pero entendiendo siempre que somos un país unitario, descentralizado, pero unitario y somos una sola nación. Aquí no somos ni 17 pueblos, ni 25 pueblos: somos una nación, todos iguales en derechos.

 

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