«A Pedro Sánchez se le han olvidado todos los muertos de ETA por seguir en La Moncloa»
La Fundación Víctimas del Terrorismo homenajea a los funcionarios de prisiones a los que la banda convirtió en objetivo
El 14 de octubre de 1983 ETA mató a Alfredo Jorge Suar Muro, médico de la cárcel de El Puerto de Santa María. Cuatro días después reivindicó el crimen en un comunicado que es historia del terrorismo, en el que amenazó catalogándoles de «objetivos militares» a los funcionarios de las prisiones de toda España donde hubiera reclusos de la banda, lo que se traduciría en un descarnado acoso hacia ellos que duró décadas, en cinco muertos más y en el secuestro más cruel, el de José Antonio Ortega Lara.
La Fundación Víctimas del Terrorismo reconoce hoy con su premio en Defensa de los Derechos Humanos Adolfo Suárez el sacrificio de este colectivo personificándolo en las familias de los seis funcionarios que fueron asesinados. En nombre del doctor Suar estará su hija, María Ana, que recuerda aquel día –dice– «como si se me hubiera congelado el alma». Ella tenía 6 años. Explica con serenidad sobrecogedora que aquello le hizo «dura como una roca». «Me ha servido para ayudar a otros. Te prepara para cualquier tipo de dolor». Pero su madre, María Teresa Decarlini, nunca volvió a ser la misma. Tampoco sus vidas. Aunque lo más duro, reconoce, es ver al propio Gobierno normalizando a los pistoleros como si no hubiera pasado nada.
El asesinato de su padre sigue impune, ¿cómo se convive con eso?, ¿no ha habido una pista en estos años?
No ha habido nada. Yo agradezco a la Fundación y a la asociación de víctimas del terrorismo, a Teresa Jiménez Becerril, que son luchadores incansables y nos ayudan una barbaridad, pero no hay pistas. Probablemente el asesino esté en un paraíso, en Venezuela... Pero para nosotros, y en mi casa se habla mucho, lo que más rabia da no es el caso de mi padre, que ya es muy difícil que se solucione. Lo peor es que les disfracen de hombres de paz y la palabra paz se la pongan a Arnaldo Otegui. Que no me digan que han cumplido condena… sí, pero no han soltado palabra.
Se referirá a la entrevista de Otegui en TVE o a que Pedro Sánchez esté recurriendo al entorno abertzale para gobernar, y no solo Navarra.
La entrevista… te lo venden como si fuera una bellísima persona, pero vamos a llamarnos cada uno por nuestro nombre: tú y yo no somos iguales y nunca lo vamos a ser. En el País Vasco uno no se puede pasear con una bandera de España en la muñeca y siguen con homenajes, y con pintadas… Bombas no hay, pero ¿y la paliza a los guardias civiles en Alsasua, dónde la dejamos?. Y ahora tenemos al Gobierno pactando con ellos solo por un sillón y una casa, La Moncloa… ¿qué precio hay que pagar por tener tú una Presidencia?. Todo no vale por estar allí, también por respeto a tu partido y a la ideología de tu partido. Se están apoyando cien por cien en esa gente porque si no no van a ninguna parte… pero yo prefiero no ir a ninguna parte y dormir tranquila. Y más cuando hay tantos muertos detrás, pero se le ha olvidado todo por un sillón… ¡se vivirá muy bien de presidente!.
¿Cree que se ha ido imponiendo una desmemoria sobre ETA para facilitar esa normalización?
La desmemoria es muy fácil, barremos y lo dejamos todo como está, partimos de cero. Eso es imposible. Nos ocupamos de sacar a Franco del Valle de los Caídos y eso sí es memoria histórica, pero ETA no… un país cuarenta años atemorizado, cuarteles de la Guardia Civil volando por los aires con niños dentro, asesinatos, extorsión, secuestros… eso no es memoria. En EE.UU. tienen como héroes a quienes han dado la vida por su país, aquí los tapamos y como si no hubiera pasado nada. A esta gente que le den carrete, que un día se les cruzan los cables y empezamos otra vez.
Es parte de lo que llaman la gestión del fin de la banda, como los acercamientos
Con cientos de muertos, los de ETA están en el mismo sitio que donde empezaron, pero además en las instituciones metidos. Podían haber comenzado por ahí y nos podríamos haber ahorrado mucho miedo y mucho dolor. Esta gente va pidiendo concesiones, como diciendo «nos disolvemos y os perdonamos la vida a los que quedáis». Que quieren acercamiento… cada vez que yo tengo que poner flores me tengo que desplazar al cementerio, que se muevan ellos también. Las leyes son las que son, con la doctrina Parot la mitad se fue a casa, el que estaba a punto de morir, De Juana, está vivo perfectamente… en el castigo llevan la penitencia. Y yo me pregunto, ¿tantos años de cárcel no han tenido nunca un pequeño momento de arrepentimiento?, ¿cómo pueden dormir sabiendo que han matado, que lo han ordenado?… debemos tener corazones distintos. No me entra en la cabeza… a mí que me dejen sola en una celda un día, le doy un repaso a mi vida entera y salgo que soy otra.
Usted tenía solo 6 años cuando mataron a su padre, ¿cómo lo recuerda?
Verdaderamente lo recuerdo como si se me hubiera congelado el alma. La felicidad exisitó de los cero a los seis, la época en la que vivía mi padre y éramos una familia, después fue muy difícil, aunque no creo que más que la de cualquier niña huérfana. No me considero especial, pero nuestra vida hubiese sido diferente con él. No me refiero a lo material, sino a que falte tu padre. A él lo mataron pero mi madre se hundió. A mí esto me ha hecho muy fuerte, tengo 42 años y dos hijas, hemos pasado muchas cosas.. y a mi esto me ha servido para ayudar a otros, te hace dura como una roca. Te prepara para cualquier tipo de dolor. Pero recuerdo aquel momento… la gente se volcó con nosotros pero nuestra vida fue un antes y un después, aunque tú sigues, tu vida avanza y sigue pero… ¿él sufriría desde que se lo llevaron hasta que murío?, ¿en qué pensaría?, ¿qué le dirían?… eso te atormenta. Seguramente se acordaría de nosotros… Nadie me va a solucionar estas preguntas. Lo que hago es tirar de él como si fuera un ángel de la guardia y le digo «échame una manita aquí, que las niñas tienen un exámen, echa una manita a mamá…». Yo tengo presente a mi padre todos los días.