Activistas cubanos: No puede apagarse la llama de San Isidro
Tras la protesta en la sede del Ministerio de Cultura de Cuba, activistas de la Isla consideran que todos los sectores del pueblo deberían seguir el ejemplo de los jóvenes artistas.
MIAMI, Estados Unidos. – Tras la presión de cientos de jóvenes artistas e intelectuales, el pasado viernes el Ministerio de Cultura (MINCULT) del régimen cubano se vio obligado a escuchar las denuncias sobre el hostigamiento contra el arte independiente en la Isla.
Luego de que las autoridades cubanas desalojaran y arrestaran a 14 personas de la sede del Movimiento San Isidro, un hecho sin precedentes tuvo lugar en la sede del MINCULT. Alrededor de 300 artistas, activistas e intelectuales se reunieron espontáneamente en las afueras del Ministerio, exigiendo que el titular cubano de Cultura diera explicaciones por la represión contra los artistas y particularmente contra el Movimiento San Isidro.
Sobre los hechos de este 27 de noviembre en La Habana, la coordinadora principal de Cuba Decide, Rosa María Payá Acevedo, expresó: “La gran victoria es la movilización ciudadana, los cientos de cubanos en la calle exigiendo ‘el derecho a tener derechos’, como decía mi padre. El pueblo está listo y dispuesto a conquistar la libertad y eso fue lo que demostró la jornada del viernes. El acoso no ha cesado, debemos salvar a Maykel Castillo y Luis Manuel Otero (…). Unámonos en el reclamo de libertad y vida para Luis Manuel, para Maykel, para Denis y para Cuba”.
También Boris González Arenas, periodista independiente y activista consideró la jornada como una victoria.
“Se consiguió que muchísimas figuras del arte y la intelectualidad cubana coincidieran en torno a una causa que se llama ‘libertad para Denis Solís’; a una organización de la oposición cubana, el Movimiento San Isidro; y a un liderazgo opositor que es el de Luis Manuel Otero.
Para González, el origen, la base y el motor impulsor de la congregación fue en primer lugar el reclamo por la liberación de Solís; en segundo, el cese de las detenciones arbitrarias contra los miembros del Movimiento San Isidro y las organizaciones que no son subordinadas al Estado cubano. Por último, el fin de la represión contra todos los líderes opositores.
Berta Soler, la coordinadora principal de las Damas de Blanco dijo a CubaNet que los cientos de jóvenes que inundaron la sede de la institución del régimen dieron una lección el pasado viernes.
“Así mismo como lo hicieron esos jóvenes, que sin ninguna experiencia protestaron, lo deberían hacer los constructores, los carretilleros, los cocheros, cada cual reclamando lo que le preocupa y molesta. Si eso se hiciera en cada punto del país, de verdad que la dictadura tiembla y se cae. Lo hicieron a su manera, mostraron mucha valentía y yo los aplaudo”.
Por su parte, José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y activo promotor de Cuba Decide valoró de “positivo” el acontecimiento.
“Fue una respuesta valiente, patriótica de artistas y otros ciudadanos ante los excesos contra el MSI. Es la hora de sumar voluntades y esfuerzos de los valientes que en la vanguardia arriesgan sus vidas en huelga de hambre y de los cubanos conscientes que asistieron a ese llamado. No podemos dejar morir la llama que se prendió con fuerza, hay que mantener los contactos, la unidad, las acciones vivas y crecientes”, declaró Ferrer a CubaNet.
Para el opositor, el viceministro de cultura no accedió al diálogo con la intención de cumplir ningún compromiso. De hecho, este sábado, durante un programa especial de la Televisión Cubana, los artistas independientes cubanos fueron nuevamente tildados de “contrarrevolucionarios” y “mercenarios”. Por otro lado, el viceministro Fernando Rojas reconoció que la institución se había comprometido a abrir espacios de diálogo, respetar derechos al sector en cuestión e interesarse por Otero y Solís.
“No se puede confiar en el régimen tiránico, y solo están ganando tiempo, pero eso no le quita mérito a lo que ocurrió el viernes. Eso lo que nos dice es que los artistas deben seguir planteando sus exigencias mientras se van estructurando de la forma más sólida posible y con apoyo de toda la sociedad, de disidentes, opositores, profesionales, campesinos, amas de casa, estudiantes, creyentes y no creyentes”, aseguró Ferrer.
Con respecto a la solidaridad que el Movimiento San Isidro ha generado a nivel nacional e internacional apuntó:
“La libertad de Cuba no se alcanza en una noche, llevamos 60 años de lucha y lo que viene ocurriendo hace dos semanas con el MSI ha sido importante para la causa. Hemos visto cuántos cubanos, artistas, activistas, instituciones, gobiernos, parlamentarios europeos… han mostrado interés en lo que está pasando. Si estas personas que protestaron allí, con el apoyo de todos, profundizan en sus acciones y demandas de libertades y derechos fundamentales, será muy valioso para la sociedad civil y para el pueblo cubano”.
Debido a los reclamos de los 300 jóvenes reunidos en las afueras del MINCULT, este 27 de noviembre las autoridades accedieron a dialogar con 30 de los presentes, a los cuales prometieron, luego de varias horas de discusión, interesarse por la revisión de los casos de Denis Solís y Luis Manuel Otero, respetar los espacios de arte independiente, celebrar nuevos diálogos y no hostigar a ninguno de los presentes.
A raíz de estas acciones, diversas reacciones se han suscitado. Para muchos, en dichos acuerdos faltaron nombres como el de Maykel Osorbo y Anamely Ramos. Otros consideran que los presentes no debieron retirarse hasta que no fuesen liberados Solís y Otero.
La historiadora del arte y profesora Omara Ruiz Urquiola aclaró en su cuenta de Facebook que el MSI sí quiere unidad, “pero con Denis libre, con la presencia de Luis y Maykel y los 15 en cualquier negociación”.
Hasta el momento, el acoso y persecución policial se mantienen contra los miembros del MSI y otros artistas y activistas cubanos. El rapero Maykel Castillo se mantiene en huelga de hambre exigiendo la liberación de Solís. Por su parte, Luis Manuel Otero se encuentra internado de manera forzada en el hospital Manuel Fajardo de La Habana.