Álvarez de Toledo y Arrimadas arrinconan a Batet y a TV3
Piden la dimisión del director y moderador y acorralan a la socialista, que evita descartar los indultos
Cayetana Álvarez de Toledo llegó y agitó. Vestida de amarillo -«porque los colores no son de nadie»- la cabeza de lista del PP por Barcelona irrumpió en el debate de TV3, el último de esta campaña, con tres propósitos: denunciar los daños generados por «el golpe separatista», la alianza socialista con sus promotores y el papel determinante de la televisión pública catalana para promocionar el referéndum ilegal del 1-O.
Un turno de palabra bastó a la popular para marcar territorio y asumir un protagonismo que ya no abandonaría durante las dos horas de debate. Tras escuchar cómo los candidatos independentistas y el de los comunes tildaban de «anomalía» que ni Oriol Junqueras ni Jordi Sànchez pudieran participar en el debate pese a encabezar las listas de ERC y JxCat, la aspirante del PP rebatió que la «anomalía» residía en que el director de TV3 fuera el elegido para moderarlo, pues, recordó, «está procesado por el 1-O». Vicent Sanchis fue sólo el primer señalado, pero la carta de presentación prosiguió con dedicatoria a los «violentos» de la UAB, al «forajido de la Justicia de Waterloo» y a su sustituto «racista».
Una descolocada Arrimadas comprobaba cómo la apuesta de Pablo Casado para anularla surtía efecto. La cabeza de lista de Ciudadanos se vio obligada a doblar la apuesta, entregando en mano una carta de dimisión al director de TV3 y explotando la única baza que Álvarez de Toledo no puede arrebatarle: su presencia en el Parlament durante la aprobación de las leyes de desconexión y la declaración unilateral de independencia. «Yo estuve allí», repitió en varias ocasiones Arrimadas para intentar retener al votante constitucionalista tentado de borrar de su memoria sus años de batalla en la Cámara catalana para apostar por la candidata popular.
No hubo reproches directos entre Álvarez de Toledo y Arrimadas que, a partir de ese momento, unieron fuerzas para intentar demostrar que el socialismo continuará estrechando la mano del secesionismo si Pedro Sánchez sale vencedor en los comicios del próximo domingo.
La ministra de Política Territorial y candidata socialista sobrevivió con cierta solvencia mientras la aspirante del PP le recordaba cómo Miquel Iceta apuesta por buscar un «mecanismo» para «encauzar» la independencia o cómo ella misma fue multada por el PSOE por romper la disciplina de voto en el Congreso para apoyar el «derecho a decidir». «La autodeterminación no cabe en nuestro marco constitucional. Con un Gobierno socialista no habrá derecho a la autodeterminación ni independencia. Lo digo claramente», se defendía la socialista parafraseando el «no es no» de Sánchez.
Pero entonces llegó la cuestión clave: «¿Piensan indultar a los golpistas?», preguntó Arrimadas. Batet evitó responder, mientras Álvarez de Toledo insistía fuera de turno para empujar a la socialista a concretar un aspecto capital.
La constancia de la popular tuvo éxito. No obtuvo una respuesta clara -algo que tanto ella como Arrimadas sospechaban y ¿deseaban?- «Debo respetar la división de poderes», se limitó a recordar la ministra escudándose en que el juicio del Tribunal Supremo está en marcha. «Es incapaz de descartar el indulto», constató con celeridad la candidata del PP, antes de apelar al votante socialista a abandonar a una opción política que no evita descartar antes del 28-A que corregirá una eventual sentencia condenatoria.
En segundo plano se proyectaba la película soberanista protagonizada por los comunes, ERC y Junts per Catalunya. Jaume Asens, el candidato de Podemos en Cataluña, mantuvo su compromiso de promover un referéndum de autodeterminación en Cataluña. El republicano Gabriel Rufián le acusó de prometer en campaña y acobardarse después en las Cortes Generales y Laura Borràs se centró en subrayar que quien se presenta a estos comicios es Junts per Catalunya, «no Convergència».
La lista auspiciada por Puigdemont y la liderada por Junqueras evitaron la batalla televisada que mantienen a diario en el Govern. Prefirieron emplearse con la candidata popular. Borràs volvió acusarla de «buscar la foto de la UAB» -e incluso de nacer, supuestamente, en Argentina- mientras Rufián mostraba una fotografía con las cargas policiales del 1-O. «Viva la Guardia Civil», respondió Álvarez de Toledo y culminó citando, en TV3, el discurso que el Rey pronunció el 3 de octubre.