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Álvaro Márquez Fernández: “La Hora del Cuento” de Beatriz Pineda de Sansone

 

 

 

“La Hora del Cuento” es un libro muy práctico y sugestivo, escrito por Beatriz Pineda de Sansone. En cada página se recoge su ya larga experiencia en la enseñanza de la literatura infantil en varios escenarios privados y públicos de la ciudad de Maracaibo, Venezuela. Esta experiencia vivencial con la literatura es para la autora un modo de vida tan entrañable y vitalista, como mirar a la luz de la luna los luceros en invierno.  Es un texto que estimula la imaginación a través de los usos, sentidos y contrasentidos de las palabras. Es aprender a pensar con las palabras: es innegable esta condición de los seres racionales. Sobre todo, en la vida cotidiana de niños y niñas que en su incesante preguntar van construyendo imágenes y representaciones acerca de lo que miran, escuchan, tocan, gustan y olfatean. Si, son esos pequeños seres que se abren al mundo por la sensibilidad y lo trascienden por la racionalidad, a partir de un contexto de vida que nunca es único o neutro, sino múltiple y compartido con otros.

Beatriz nos impregna de una imagen de la infancia que evita a todo riesgo las burdas idealizaciones, los estereotipos, el apriorismo que ve en los niños y niñas seres para el sometimiento y/o la marginalidad. Otra es su perspectiva y propuesta educativa en torno al crecimiento sensible y racional de los niños que requieren de una libertad espontánea para su creatividad. En consecuencia, recupera para ellos ese respeto al derecho humano como auténticos seres pensantes al habla, desde donde son y están. Aprehender los accesos conscientes e inconscientes a ese mundo de la infancia es, por decir lo menos, un acto de fantasías y de ilusiones que desaparece vertiginosamente hoy día del “mundo” de los adultos.

No es su experiencia literaria un proyecto aislado que se nutre narcisistamente de la individualidad de alguien con mucha capacidad de trabajo y un gran amor por la literatura y su lectura. No, en absoluto. La literatura es para Beatriz, una praxis imaginaria por medio de la cual es interpretable el origen de las cosas y la realidad.  Es una manera de compartir en compañía, un ideal de vida que recibe su significado de otras vidas en una comunicación sin barreras o limitaciones. Para hacernos conscientes de este ideal humanizador, Beatriz nos hace viajar a través de la literatura, porque para ella la literatura es una golondrina aventurera que vuela a cualquier punto cardinal de la tierra donde el en-canto de la voz y la escucha son las invitadas de honor.

La Hora del Cuento” es un libro, decimos, para la vida cotidiana, porque reconcilia a los maestros con el exigente y complejo mundo de la educación en el aula. Es más, este es un propósito expreso de la autora, quien considera inadmisible el abandono de la lectura en la formación cultural de una ciudadanía de la que se espera una auténtica participación en lo político y social.  Por consiguiente, este texto debe ser usado (y advierto que no es un “manual”) para desarrollar las praxis intersubjetivas del aprender en una relación de encuentro con el mundo y la naturaleza, porque los descubrimientos siempre son compartidos con otros. No cumple un destino decorativo como otro libro más que se “guarda y olvida” en el estante de una biblioteca. Este volumen se nos presenta como eso que la autora desea: un espacio biográfico y existencial de encuentros a través del Cuento. Un género literario que considera, por sus características tan especiales, muy idóneo para el aprendizaje de los niños. El cuento es de alguna manera, un teatro de escenas, una sinfonía de palabras, sistemas de vidas reales o imaginarias, donde se cuentan historias venidas de cualquier orden cultural. Y como todo buen ejemplar, afirma que todo lo que se puede aprender implica un enseñar a través de un acto pedagógico siempre plural, personal y colectivo.

“La Hora del Cuento” es más que un pequeño libro. Ante todo, no se trata de un “dossier” de psicología o pedagogía del aprendizaje, o el “slogan” que ya predetermina “como enseñar a…”  Es una obra que nos relaciona con teorías de la inteligencia y las emociones, métodos de análisis e interpretación, razones para argumentar y criticar, el uso de la gramática y la lógica, el sentido y el significado, el juicio y la deducción, el diálogo y el consenso, la pregunta y la respuesta, el yo y el otro, el tú y el nosotros, la naturaleza y la vida, el juego y la astucia, la verdad y la mentira,  la realidad y la fantasía… que hacen posible explorar las experiencias del pensamiento y las formas de conocimiento que se instituyen como legítimas según cada sujeto cognoscente.

Se privilegia la “palabra hablada”, “contada” por unos y otros como mediación de la comunicación escrita. Aprender a “contar cuentos”, o sea, decir o hablar con las palabras en tonos de voz, hacer de ellas sujetos de nuestras acciones y predicados de nuestros cuerpos es recrear el mundo sensible entre quienes lo escuchan y perciben en un festín de colores, sonidos, imágenes, objetos de artes, instrumentos científicos, anécdotas, títeres, dibujos, gráficos, tipos de músicas y ritmos aborígenes.

Este texto orienta a través de cuatro cuentos ejemplares: “La piedra del Zamuro”, de Rafael Rivero Oramas; “El robo de las aes”, de Gonzalo Canal Ramírez; “El árbol de jugar”, de Cósimo Mandrillo; “La abeja haragana”, de Horacio Quiroga, y la Biografía de Marco Polo, el más grande viajero de todos los tiempos. Un espléndido programa de actividades dialógicas acerca del mundo y nuestra existencia en él. Un ejercicio de oralidad, de lectura en voz alta, que estimula a los niños y niñas a hacer prácticas todas sus facultades de entendimiento, comprensión, crítica e interpretación.  Es situarlos en la dimensión lúdica del aprendizaje y en una estética del placer por sentir lo que se aprende. La motivación y el interés por la autosatisfacción en el logro de fines para todos en una comunidad de investigación, hacen posible que las actividades y estrategias para el aprendizaje, que deben desplegar los maestros frente a los niños y niñas, logren un óptimo grado de receptividad y coparticipación. Es obvio que se trata de crear un ambiente proclive al desarrollo de las experiencias intersubjetivas del pensamiento racional y sensible entre niños y niñas, con la finalidad de que éstos aprendan a partir de múltiples experiencias de conocimientos, como analogías, comparaciones, contradicciones, ortodoxas, heterodoxas, conflictivas, verosímiles, inverosímiles, ficticias, metafísicas, filosóficas, éticas, morales, geográficas, cosmogónicas, matemáticas, químicas, sentimentales, familiares, religiosas… La más extraordinaria experiencia del pensar complejo.

La Hora del Cuento” es, por consiguiente, la espera deseada de ese tiempo por un espacio donde estamos más necesitados de la convivencia para departir, intercambiar, comunicarnos, interactuar, conocer, inventar, a través de los sonidos de las palabras (la voz del lenguaje).  Pero también es, además, nuestra apertura al Otro en respuesta a la mediación del cuerpo de quien (es) entona(n) las palabras. Es celebrar la gestualidad de las imágenes que nacen del uso de la voz, la lectura, la escritura. Es el proyecto de educar a través de la lectura de cuentos, que inicia Beatriz Pineda de Sansone en 1985 con sus hijas, luego con los hijos de sus amigos y colegas profesores y, finalmente, con todos los niños que aprenden a escuchar, para dar a conocer de una forma atractiva y estimulante los principales autores y autoras latinoamericanos y de otras culturas que se han destacado en este oficio.

A todos los amantes de la lectura, y en especial de la literatura infantil, desde la figura antañona de la abuela contadora, en su mecedora de bambú y mimbre, hasta los maestros de la escuela más rural y campesina, les invito a disfrutar deLa Hora del Cuento” por la mañana, al mediodía, la tarde o la noche… Para esta lúcida escritora, escuchar un cuento es acompañar a las palabras en su libertad…

 

Álvaro Márquez-Fernández

Centro de Filosofía para niños

Universidad Católica Cecilio Acosta

Venezuela

 

 

2 comentarios

  1. Tu trabajo hermoso y lleno no solo de palabras sino de sentimientos guardados con sabiduria de los cuentos. las historias y ese comunicarse para enseñar a otros. Leer. Y contar nos hace escribir y situarnos en el mundo.

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