Ciencia y TecnologíaGente y Sociedad

Ana Cristina Vélez: Tamaño del pulgar y tamaño del cerebro

Tamaño del pulgar y tamaño del cerebro. Muchos rasgos morfológicos señalan rasgos comportamentales. Los rasgos morfológicos no son caprichosos. El diseño de los cuerpos responde a necesidades impuestas por el nicho. El nicho no es solo el lugar que una especie habita; el nicho es también los animales, bacterias y virus “amigos y enemigos” de…

 

Tamaño del pulgar y tamaño del cerebro 

Muchos rasgos morfológicos señalan rasgos comportamentales. Los rasgos morfológicos no son caprichosos. El diseño de los cuerpos responde a necesidades impuestas por el nicho. El nicho no es solo el lugar que una especie habita; el nicho es también los animales, bacterias y virus “amigos y enemigos” de la misma especie o de otras, que comparten el hábitat.

Es bien conocida la relación que hay entre la diferencia en la apariencia física entre machos y hembras y su correlación con el comportamiento sexual (además de otros comportamientos). En las especies monógamas, como en los pingüinos, los cisnes, los gibones o las águilas, el éxito reproductivo depende del trabajo en equipo. Ambos, machos y hembras, colaboran con el cuidado de las crías, la búsqueda de alimento y la defensa del nido o territorio. Así que ambos son físicamente muy similares. Ser parecidos es muestra de que ambos invierten de manera equitativa en la crianza de su descendencia, es muestra de que no hay presión evolutiva para que los machos desarrollen rasgos extravagantes y, aunque no es una regla absoluta, la relación entre la falta de dimorfismo sexual y la monogamia es una de las observaciones más confiables en el estudio del comportamiento animal.

En las especies polígamas, como los leones, las morsas, las aves del paraíso, los quetzales, los alces o los pavos reales, los machos suelen ser mucho más grandes o llamativos que las hembras. Esto ocurre porque la competencia entre ellos es intensa. Los rasgos exagerados, como una gran melena, un plumaje estrambótico, una cornamenta despampanante o un tamaño corporal mayor son el resultado de la selección sexual, de la competencia entre los machos por tener dominio sobre los otros machos y acceso sexual al mayor número posible de hembras.

Menos conocida, pero bien estudiada por biólogos y etólogos, es la correlación entre el tamaño testicular y la competencia entre los espermatozoides: en los primates, en las especies polígamas, donde una hembra copula con varios machos (la competencia entre los espermatozoides de los distintos machos es alta); por lo tanto, estos tienden a tener testículos proporcionalmente grandes, para producir más esperma, ganar la carrera al óvulo, y asegurar la fecundación. En las especies monógamas, los machos tienen testículos más pequeños en relación con su tamaño corporal, ya que el esperma que el macho produce no tiene que competir con el de otros machos. Los chimpancés son polígamos y sus testículos son grandes. Los gorilas (usualmente un solo macho fecunda todas las hembras del grupo) los testículos son pequeños. Los seres humanos están en la mitad. Biológicamente no estamos diseñados para tener una monogamia perfecta.

Casi desconocida es una investigación reciente que muestra la correlación entre el tamaño del dedo pulgar y el tamaño del cerebro. No se trata de una diferencia entre humanos sino entre especies, al menos entre los primates.

Los investigadores creen que esto es así porque el cerebro coevolucionó con la destreza manual en estos mamíferos. Como dice la doctora Joanna Baker: “Imaginemos un escenario evolutivo en el que un primate o un humano se ha vuelto más inteligente, y con ello viene la capacidad de planificar acciones, reflexionar sobre lo que hace con las manos y darse cuenta de que, en realidad, es más eficiente al hacerlo de una forma u otra”.

Ahora bien, los primates de pulgares más largos y oponibles a la mano, o sea, con mayor capacidad de manipular objetos, necesitan una mente más inteligente capaz de usar estas manos más hábiles. La destreza manual, se ha creído desde hace mucho tiempo, desempeñó un papel importante en la evolución humana. El pulgar oponible es la característica clave, pues aumenta la capacidad de agarrar y manipular herramientas.

 

 

La doctora Baker y sus colegas estudiaron la masa cerebral estimada y la longitud del pulgar de 94 especies de primates, desde nuestros antiguos parientes homínidos hasta los lémures. Los resultados fueron publicados en la revista Communications Biology, y revelan que: “Tener pulgares más largos en relación con el tamaño total de la mano suele ir acompañado de un aumento general del tamaño del cerebro”. Análisis posteriores revelaron que el neocórtex, una región cerebral involucrada en la cognición, la sensibilidad y la planificación de acciones, es más grande en los primates con los pulgares más largos.

El Dr. Fotios Alexandros Karakostis, líder de grupo e investigador principal en Antropología Biológica de la Universidad de Tubinga, añadió que el estudio que hizo la doctora Baker también señala que la longitud del pulgar y el tamaño del cerebro por sí solos no pueden explicar ni representar completamente la destreza manual similar a la humana ni la evolución de nuestro cerebro. Para él: “Una comprensión más completa requerirá la integración de otros rasgos anatómicos clave de la mano, simulaciones de modelos biomecánicos y mayor investigación experimental sobre los mecanismos neuronales específicos vinculados a la destreza manual y al uso de herramientas similar al humano”.

A toda teoría le resultan opositores; sin embargo, hay consenso entre los científicos en que la habilidad manual fue un motor extremadamente importante en el desarrollo de la inteligencia.

No quiero dejar de mencionar algo: en el reino animal hay tres casos muy conocidos de cambio en los roles sexuales: la hiena y la jacana y el caballito de mar. Las hienas manchadas (la especie más común) viven en clanes matriarcales. Las hembras son más grandes, fuertes y agresivas que los machos, y dominan la jerarquía social. Las hembras tienen niveles de testosterona significativamente más altos que los machos, lo que contribuye a su agresividad y musculatura, y poseen un “pseudopene” que es en realidad un clítoris agrandado a través del cual dan a luz, orinan y se aparean. En algunas especies de aves, como la jacana o el falaropo, se da la poliandria: una hembra se aparea con múltiples machos. En estos casos, la hembra es más grande y vistosa que el macho, y es la que compite por los machos, los cuales se encargan de incubar los huevos y cuidar a las crías. Los caballitos de mar son monógamos, y los machos “dan a luz”. Son quienes llevan a cabo la gestación. Después de que la hembra deposita los huevos en su bolsa, el macho los fertiliza y los incuba hasta que las crías están listas para nacer. Este es un proceso único en el reino animal.

Pulgar y cerebro, aquí: Primates with longer thumbs tend to have bigger brains, research finds.

 

Avatar de Ana Cristina Vélez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba