Antonio Vélez: El paseo millonario
Un ensayo de Antonio Vélez
La nave espacial New Horizons, después de un largo recorrido por el vasto espacio interplanetario, llegó al fin al planeta enano, Plutón. Las imágenes divulgadas por la Nasa muestran: «… hielo suelto, una química exótica en su superficie, cordilleras y una amplia niebla… Un halo azul que gira en torno al planeta y el hielo es rojo brillante”. Bellas superficies deshabitadas sin importancia alguna para nosotros, los terrícolas.
¿Para qué ir a Plutón? Para bien de la ciencia, dicen, pero esas montañas de dólares las necesitamos para bien de los humanos, para resolver nuestros problemas terrícolas: hambre, enfermedades, contaminación, injusticias… La exploración espacial es un lujo que debemos dejar para mucho más tarde, cuando en nuestro planeta hayamos resuelto los problemas importantes, los que atañen a nuestro bienestar. O… pensándolo mejor, debemos olvidarla para siempre.
Alfa Centauri es el sistema estelar más cercano al nuestro. Está situado a un poco más de cuatro años luz de distancia (41 billones de km). Desde la antigüedad se le dio gran importancia mitológica por ser la estrella más brillante de la constelación. El sistema contiene un planeta de tamaño terrestre, Alpha Centauri Bb (ACBb), con una temperatura superficial estimada en 1200 °C., mortífera para nuestras formas de vida.
El proyecto SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence) tiene como misión principal buscar vida inteligente fuera de la Tierra. Y de encontrarla, la tarea siguiente será comunicarnos con ella. Miremos ahora con detalle lo que sería un proyecto de comunicación con los habitantes de ACBb. Para el éxito de la misión, deberemos, además de superar los problemas debidos a la pequeña magnitud de la señal que recibirían (consecuencia de la gran distancia que nos separa), suponer que allá existe ahora justamente inteligencia parecida a la nuestra, capaz de recibir y traducir a su cultura nuestros mensajes. Se requiere, además, que sean tan tontos como para gastar un presupuesto tan generoso, en una búsqueda bien difícil e inútil de extraterrestres. Algo como gastar una fortuna para cazar fantasmas. No olvidemos que la especie humana dispone de esa tecnología solo en el último siglo, después de estar evolucionando sobre la tierra durante un periodo de 40 millones de siglos.
Stephen Hawking, el distinguido físico y cosmólogo, nos advierte sobre los peligros de tratar de comunicarnos con otras civilizaciones avanzadas: «Los extraterrestres que reciban nuestra señal, o no dispondrán de la tecnología suficiente para respondernos, o bien tendrán una muy superior que les permitirá venir hasta la Tierra (…) Tales alienígenas avanzados quizá se convertirían en nómadas, buscando conquistar y colonizar cualquier planeta que puedan alcanzar”. Entonces, concluye el físico inmóvil, mejor que enviar señales, lo que deberíamos hacer es escondernos.
La sonda New Horizons salió de Cabo Cañaveral en enero de 2006 y llegó a Plutón en julio de 2015, después de 9 años largos de espera, 5.900 millones de kilómetros de viaje espacial y un costo astronómico para los terrícolas: 728 millones de dólares, costo de este “paseo millonario”, un atraco para la humanidad. Ahora bien, si la sonda continuara su viaje hasta llegar a nuestro vecino más cercano, ACBb, conservando la misma velocidad, esta hazaña espacial le tomaría un poco más de 62.500 años.
En consecuencia, las improbabilidades que están en juego, el enorme tiempo de vuelo y el costo tan elevado nos permiten descartar por completo hipotéticas visitas inoportunas y peligrosas del más allá. Así que las historias de ovnis que nos visitan debemos dejarlas para los libros de historietas infantiles o para los de ciencia ficción. Y usted, profesor Hawking, permanezca quieto en su silla y no diga tonterías. Los genios, imperdonablemente, también las dicen.
En consecuencia –propone un amigo burlón–, parece más sensato que los dirigentes de SETI abandonen sus intenciones de hacerse promoción ante el gran público y contraten una médium para que establezca comunicación barata y a larga distancia.
Con la autorización de Legis