Arturo Pérez Reverte: «Lloro con las películas de John Ford»
El escritor, que acaba de publicar la novela ‘El problema final’ –con detective incluido–, nos da las pistas para entender más lo humano que lo divino. Y dice lo que piensa: ¿es eso un crimen?
JAVIER LÓPEZ
Juguemos. ¿Qué papel elige: el de asesino o el de detective?
El de asesino es más interesante. Hoy, ser detective es una vulgaridad.
¿A quién le gustaría espiar?
Al papa de ahora cuando habla a solas con Dios, para ver si se lo cree de verdad o lo suyo es simple paripé.
¿Y qué descubriríamos de usted si le espiáramos?
Que lloro con las películas de John Ford.
¿Qué cree que deberíamos mirar con lupa?
El discurso de nuestra analfabeta clase política.
¿Cuál es el móvil de los problemas de nuestra sociedad?
La estupidez internacional, altamente contagiosa.
¿Qué castigo nos merecemos?
El que tenemos y el que vamos a tener.
¿Quiénes son sus sospechosos en el delito de apatía?
Sospechosos no sé, pero cómplices somos todos.
¿En nombre de qué se cometen más crímenes?
Del dinero, sin duda. Bajo cualquiera de sus muchas apariencias.
¿Es más listo el que se sale con la suya o el que no se mete problemas?
Es más listo el que se aprovecha de que otros se salgan con la suya.
¿Quiénes son las verdaderas víctimas hoy?
Los niños, pero solamente hasta cierta edad. Luego ya son tan culpables como todos.
¿Cree que hay alguna excusa para matar?
Hay infinidad de excusas para justificar el hecho de matar. Y es asombrosa, o no tanto, la rapidez con que acaban desapareciendo los remordimientos.
Antes muerto que…
Con pantalón corto en un restaurante que no sea un chiringuito playero.
¿Todos los crímenes tienen un castigo?
No, muy pocos lo tienen.
¿La política asesina a la paciencia?
La política, en términos generales, asesina cuanto de decente tiene el ser humano. Sobre todo en España.
¿A qué o a quién le tiene miedo?
A perder los papeles a última hora.
¿Qué le hace a usted estar que fuma en pipa?
La ignorancia voluntaria. Nuestros abuelos quizá tenían excusa, pero hoy nadie la tiene.
¿En qué ocasiones recurre a la mentira?
Cada día, escribiendo novelas. Cobro por inventarme cosas.
No podría vivir sin…
Libros que leer. Lo de escribirlos es secundario.
¿Cuál es su mayor extravagancia?
Ser absolutamente leal a mis amigos.
Dígame las palabras que más utiliza.
“Buenos días, buenas tardes, buenas noches, por favor y gracias”.
¿Su posesión más preciada?
Mis primeras y segundas ediciones de Tintín.
Su capítulo pendiente es…
Estrangular con mis propias manos, sin prisa, a quien maltrata a un perro.
¿Qué le hace sonreír?
Las parejas jóvenes que se besan por la calle.
¿Qué le pide a un amigo para poder llamarle cómplice?
Que esté ahí cuando se le necesita, que pague unas cañas de vez en cuando y que no hable demasiado.
Acabe la frase, por favor: “Es un crimen…
…seguir permitiendo que los jóvenes con talento continúen huyendo de España para encontrar fuera un trabajo decente”.
¿A quién ha seguido más la pista en literatura policial y/o novela negra?
A Conan Doyle, Agatha Christie, Ellery Queen, Hammett, Chandler…
¿Recuerda algún libro de este género que le marcara de pequeño?
Las aventuras de Sherlock Holmes.
¿Y una película?
La máscara de Dimitrios, de la novela de Eric Ambler.
¿Qué continúa siendo un misterio para usted hoy en día?
Soy irremediablemente de letras. Cualquier problema matemático es un enigma para mí, y admiro a quienes son capaces de resolverlos.
¿Le queda algún caso sin resolver?
En la vida real, casi todos los casos quedan sin resolver…
Fascinantes las respuestas