Un asesino anda suelto en el Tour de Francia
Como alguna vez ocurrió en los vagones de un tren que viajaba desde Estambul hasta París, un asesino se esconde ahora en un pelotón de ciclistas del Tour de Francia. Este sujeto se mueve entre sus víctimas, mientras la fuerza del viaje los empuja desde Noirmoutier-en-L’ile hacia la línea de meta en los Campos Elíseos. No está Hércules Poirot incluido en esta historia, aunque podría. Algo del detective permanece pulverizado en Muerte contrareloj (Destino), la cuarta novela del escritor mexicano Jorge Zepeda Patterson, quien en esta nueva entrega homenajea al clásico de misterio de Agatha Christie, al mismo tiempo que inaugura un nuevo capítulo dentro de su propia obra, hasta ahora dedicada a las novelas sobre la corrupción política y el poder oculto. Ahora, una serie de asesinatos en la competición ciclística más importante de Francia será el escenario para retratar la complejidad del alma humana.
«Las primeras tres novelas eran una prolongación que abrevaba en mi experiencia periodística de tantos años. El trato y el roce con la clase política y el poder tras bambalinas que aparece en esas tres novelas eran casi un subproducto de la experiencia periodística. En cambio, esta cuarta novela es una incursión que completa una inmersión en el mundo de la ficción. Porque yo, más allá de aficionado externa no tenía ninguna relación o experiencia biográfica con el ciclismo. Fue una prueba de fuego para mí como escritor el proceso de investigación y acercamiento a este universo, porque me obligó a estar casi un año haciendo investigación de campo: mecánicos, ciclistas, dietistas, periodistas de la fuente, entrenadores, masajistas», comenta Jorge Zepeda Patterson en un viaje a Madrid en el que aporta mayores detalles de esta novela publicada por Destino y con la que el premio Planeta de Novela 2014 aparca, momentáneamente, el género del thriller político para adoptar un tema más universal.
En cada etapa del Tour de Francia hay ciclistas dispuestos a morir contrarreloj en descensos suicidas a más de 90 km/h. ¿Por qué no estarían también dispuestos a matar para ganarlo? Esa es una de las preguntas que empuja la lógica de Muerte contrarreloj, de Zepeda. «Estaba en la búsqueda de una novela de misterio clásica: un asesino dentro del grupo. El pelotón de ciclistas es casi un tren. En más de un sentido: se va moviendo y es un tren a lo Agatha Christie. Hay un asesino entre los vagones. Nos vemos las caras y tenemos que adivinar cuál de nosotros. Me atraía mucho una historia de suspenso de esa naturaleza. Y en efecto, el tour de Francia es un universo cerrado de los corredores. Por la forma en que dan los asesinatos, la policía deduce que el asesino se encuentra en el interior del tour y esto la enmarca en el contexto clásico de la novela de intriga del siglo XX”.
Dos personajes sostienen este libro de Jorge Zepeda Patterson y sobre ellos vuelca uno de los elementos fundamentales. Steve y Marc, amigos desde muy jóvenes y mancuerna más exitosa del ciclismo contemporáneo. Marc es la cadena que lleva a Steve por las montañas, el poseedor de un tercer pulmón, que consigue mantener el ritmo de Steve y llevarlo a la victoria. Steve ha ganado cuatro Tours de Francia consecutivos y ahora, en 2016, está preparado para ganar su quinto Tour y meterse en la liga de las leyendas, junto a Anquetil, Merckx, Hinault e Induráin. Alrededor de ellos se sumirá pronto la duda y el enfrentamiento no sólo por la sombra de los crímenes en medio de la competición sino porque, en un momento dado, el fiel Marc se halla frente a la duda sobre si él sería capaz de traicionar a su mejor amigo para hacerse con el Maillot amarillo.
Esa épica del esfuerzo y el sacrificio fue uno de los elementos que llamó la atención de Zepeda, quien procura así exprimir el lado más jugoso de este deporte en las páginas de Muerte contrarreloj. “El ciclismo tiene un nivel de exigencia que roza el autoflagelo. No es casual que la madurez de un ciclista llegue hasta los 28 años. Es lo que los lleva transformar el cuerpo en un instrumento totalmente dócil para las exigencias de este deporte. Lo que me atrajo es esta épica y esta cuota de sacrificio, no fue sólo en términos de auto exigencia sino en la condición de deporte de equipo que tiene”, dice Jorge Zepeda quien durante un año acompañó al equipo de Movistar.
“En cuanto empecé a conocerlos me llamó la atención qué resortes psicológicos tiene que tener un escudero, que son la mayoría de ellos. El tour lo corren doscientas personas, en realidad 180 porque se reducen los equipos de diez a nueve, de los cuales sólo cinco o seis son reales aspirantes al maillot amarillo. ¿Qué motivaciones puede tener alguien a quien s ele exige tanto sacrificio no sólo en el tour sino a lo largo de todo el año, para en condiciones óptimas, sabiendo que su oficio es perder, decide quemarse en las cuestas. ¿Qué psicología puede justificar llevarte a estos extremos sabiendo que trabajas para la gloria de otro?”, explica Zepeda para ubicar parte de las paradojas sobre las que se levanta esta novela.
Si Los Azules, aquellos periodistas que aparecían en su primera novela Los corruptores, luego en Milena o el fémur más bello del mundo (Premio Planeta 2014) y a los que retomó en Los usurpadores (Destino) son justicieros a quienes la realidad pasa factura y que le permitieron a Jorge Zepeda dibujar un tapiz social en México, en esta ocasión los ciclistas Marc y Steve permitirán poner en escena lo mucho que está en disputa, dentro y fuerte del pelotón. «El ciclismo no es un juego: se dice «Vamos a jugar al fútbol, básquet o tenis», nadie dice «Vamos a jugar al ciclismo» porque el ciclismo no se juega, se pelea, en el ciclismo se combate.», escribe Zepeda en las páginas de esta novela.