Así se une a la derecha
La presidenta ha mandado un doble mensaje con Milei: el más obvio a Sánchez y a Feijóo el más profundo. Al presidente lo ha puesto ante el espejo de su doméstica, histérica, tiránica manera de ensuciar los asuntos españoles con barata incontinencia chavista; a Feijóo le ha enseñado la diferencia entre el poder y la oposición y sin malgastar una palabra con Vox le ha arrebatado el icono. Ni bronca, ni ultraderecha, ni fragmentación del voto. Todo para ella. Todo lo que Milei es y todo lo que representa. Vox en la inanición y más madera contra Sánchez. Así se une a la derecha: comiéndosela. Con inteligencia, con autoridad y ese punto sexy en el que Ayuso se deja ser sin parecer una buscona hortera. Esto es el poder: ganar y que al rival no le quede otra que perseguir fantasmas.
Milei es el choque con la realidad que necesita Argentina, uno de los países más ricos del mundo, humillado y empobrecido por décadas de ladrones sin escrúpulos. Milei es nuestro modo de vida libre alarmado por el devastador saqueo de sus predecesores y la destrucción moral de tantos argentinos que perdieron el orgullo de hacer las cosas bien y se volvieron unos yonkis de los desaprensivos gobernantes y sus demenciales métodos. La importancia de Milei en su país es concreta y su éxito depende del acierto de cada detalle pero su proyección mundial es simbólica y hoy es el referente más moderno, brillante y emergente de una manera de entender la vida y la creatividad que es la contraria del socialismo oportunista de Sánchez. Ayuso ha leído bien que tenía que proyectarse en él porque sin ser nuestra situación tan grave ni estar tan arrasados –aunque a veces nos guste tanto enredarnos en la imitación de las hermanas Catafalco– vamos a necesitar una terapia de ‘shock’ para recuperar el pulso democrático y la autoestima emprendedora tras esta era ominosa en que hasta las sombras van acuchilladas.
Mientras a Feijóo se le trocea la derecha y no le alcanza con Sánchez, Ayuso ni pierde el tiempo con la oposición regional, porque para ella Madrid ha dejado de ser una ubicación concreta para convertirse en una idea de España, ni da motivos a ningún votante de la gran familia popular para que crea que tiene que votar a otro partido porque el suyo no le garantiza posiciones suficientemente claras y fuertes.
Pedro Sánchez sangra por el delirio y la incompetencia de sus socios, sangra por sus problemas y los de sus familiares con la Justicia y todo ello se refleja en una decadencia electoral que beneficia a Feijóo. Pero la única oposición política que le hace sangrar es la que plantea la presidenta y con unas armas y en un terreno de juego que son los propicios para que esta sangría tenga al final consecuencias.
Vox sacaba pecho, Feijóo ni estaba ni se le esperaba y Sánchez se volvía a equivocar dramáticamente de bando. Isabel se ha quedado a Milei tomándolo muy suavemente de la mano.