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Ataque cobarde

Juan Guaidó y su visita a Cojedes

 

¿De qué otra manera se puede calificar la agresión de la que fue objeto Juan Guaidó y su equipo en Cojedes? Sencillamente es la más obvia demostración de que el chavismo está asustado por las acciones de los opositores que están reuniéndose con los verdaderos afectados por la tragedia que vive el país. Es una muestra de cobardía, porque no tienen cómo rebatir ni responder a las quejas y las exigencias de la gente.

Pero es la propia ineptitud de los gobernantes que están en Miraflores, y por eso dan órdenes de que en donde pretenda reunirse Guaidó con la gente lleguen y les agredan. No tienen argumentos, y eso que nadie está en campaña todavía, así que si los opositores creen que la van a tener fácil, hay que aconsejarles que se vayan preparando porque ahora son sillazos, pedradas y golpes, algunas camisas rotas y muchos insultos, pero la violencia puede ir escalando a mayores.

¿Alguien les habrá dicho a los que están en Miraflores que este tipo de acciones les hace quedar muy mal, dentro y fuera del país? El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, expresó la preocupación de su gobierno; como también lo hizo Luis Almagro, secretario general de la OEA, quien aseguró: “La integridad física de Juan Guaidó debe ser respetada. Repudiamos cualquier forma de violencia y de persecución política ejecutada por la dictadura”.

El funcionario estadounidense pide que los responsables comparezcan ante la justicia. En los videos que circularon por las redes sociales del momento de la agresión se pueden identificar fácilmente a algunos, comenzando por la que fuera candidata a la Gobernación de Cojedes por el PSUV, Nosliw Rodríguez, ¿pero quién la va a citar a declarar por el delito que cometió?, ¿el Ministerio Público? ¿Actuarán los cuerpos de seguridad del chavismo con la misma celeridad con la que se llevaron a los muchachos que homenajeaban la vida de Neomar Lander en Caracas? Mucho menos afrontarán consecuencias los autores “intelectuales” de este hecho, que se refugian todos en el palacio de gobierno.

Son varios los opositores que están haciendo giras por todo el país, y aunque han aclarado que no tiene objetivo electoral sino que procuran rescatar en la gente el sentido de unidad y de explicarles la necesidad de activarse para poder cambiar el rumbo del país, lamentamos estar convencidos de que este tipo de agresiones se va a repetir con total impunidad de aquí a 2024. La idea es la de siempre, amedrentar y fomentar el miedo. Y ojalá sea cierto lo que dijo Guaidó al respecto: “No nos van a sacar de las calles, vamos a honrar nuestro compromiso de lograr elecciones libres. Sigo adelante, de ninguna manera vamos a retroceder. El miedo lo tiene la dictadura. El miedo lo tienen ustedes, nosotros vamos a seguir en las calles. Aquí nadie se ha rendido”.

Esa es la única manera que tienen los llamados líderes opositores de recobrar la credibilidad que han perdido en los últimos años. Tienen que demostrar que están dispuestos a jugársela con los que sufren, en las calles de los pueblos y ciudades. Criticando al gobierno chavista a través de las redes sociales no van a ganarse el respeto de la sociedad.

Pero una cosa ha quedado clara en los últimos días y es que, como dice Guaidó, tienen miedo. Es lo único que justifica agresiones como las ocurridas en el Zulia y en Cojedes. Aprendan a ser políticos.  Tienen más de dos décadas en el poder y pareciera que están perdiendo la razón. Si el Ministerio Público o los cuerpos de seguridad no actúan -ojalá nos equivoquemos- al menos debería esperarse una reprimenda de la dirigencia del PSUV a sus militantes. Deténganlos antes de que ocurra algo más grave.

 

 

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