Austria estrena un Gobierno de conservadores y verdes
Los ecologistas entran por primera vez en el Ejecutivo federal en una alianza con la derecha que también es novedosa en el escenario europeo
Austria ha estrenado este martes el primer Gobierno federal de conservadores y verdes de su historia. El líder de los conservadores (ÖVP), Sebastian Kurz, ha prestado juramento en Viena como nuevo canciller y vuelve a la jefatura del Gobierno al frente de una coalición con los ecologistas. «Hemos unido lo mejor de dos mundos», afirmó hace unos días el dirigente democristiano al alcanzar un pacto con Los Verdes tras una intensa negociación para salvar las distancias de programa entre ambas formaciones. El nuevo Ejecutivo tendrá más mujeres que hombres y supone una novedad en el escenario europeo, donde las coaliciones suelen unir a ecologistas con partidos de izquierda o centro.
Kurz, de 33 años, regresa a lo más alto tras fracasar estrepitosamente la coalición con la ultraderecha (FPÖ) en su primer Gobierno, que apenas duró año y medio y se rompió el pasado mayo cuando un vídeo grabado con cámara oculta expuso con crudeza el supuesto intento del entonces líder radical Heinz-Christian Strache de ofrecer contratos públicos a cambio de financiación electoral.
El ya nuevo canciller pasa del experimento con la extrema derecha a otro con Los Verdes, un cambio que responde a la voluntad de los votantes, según ha argumentado. Los populares austriacos ganaron con claridad las elecciones adelantadas al pasado septiembre con el 37,5% de los votos (seis puntos más que en 2017), con lo que renovaron la confianza de los electores pese al fiasco de la alianza con la ultraderecha, que perdió diez puntos y se hundió hasta el 16%. Aunque en el cuarto puesto tras socialdemócratas y ultras, Los Verdes fueron los segundos ganadores de la noche electoral al alcanzar un espectacular 14% después de quedar fuera del Parlamento austriaco dos años antes por no superar la barrera legal del 4%.
Los nuevos socios suman una mayoría de 97 de 183 escaños en el Parlamento austriaco. En el Gobierno, de 17 miembros (aparte del canciller federal, 14 ministros y dos secretarios de Estado), 12 son de los populares y cinco de Los Verdes, como socio minoritario. Los dos partidos han trabajado ya juntos a nivel regional y local, pero esta vez se estrenan como coalición en un Gobierno federal. Además, también por primera vez, lo harán con un Ejecutivo con más mujeres que hombres (seis ministras del ÖVP y tres de Los Verdes).
El nuevo vicecanciller del Gobierno será el jefe de Los Verdes, Werner Kogler, de 58 años, quien logró estabilizar y salvar el partido tras su salida de la Cámara en 2017, y que ha llevado adelante un acuerdo de Gobierno ratificado abrumadoramente por las bases del partido el pasado sábado (93,18%).
«Europa nos mira y lo que hacemos es importante a escala continental», declaró durante el congreso extraordinario Kogler al defender el acuerdo de coalición, de 326 páginas que ha exigido compromisos por ambas partes, algunos «dolorosos» para las posturas progresistas del partido. Pero las medidas incluidas para luchar contra el cambio climático, en favor de la transparencia en la financiación de los partidos y de combate de la pobreza infantil y la desigualdad social, justifican un pacto en el que Los Verdes han tenido que aceptar las reducciones de impuestos exigidas por el ÖVP y la muy restrictiva política de inmigración y de asilo que Kurz inició con los ultras y prometió mantener en el futuro. Aunque los militantes apoyaron la participación en el Gobierno, hubo críticas a las concesiones hechas a los conservadores.
Además, Kogler ha destacado que el nuevo Ejecutivo puede ser un precedente para otros países en los que se registra un fortalecimiento del movimiento ecologista, por un lado, y de tendencias conservadoras, por el otro. En esa línea, el presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, ha dicho que este acuerdo es una directriz para los conservadores porque la protección del planeta «es para los cristianos el undécimo mandamiento».
«A nivel europeo, los conservadores observarán lo que haga este Gobierno de Kurz», destaca Paul Schmidt, secretario general del think tank ÖGfE (Sociedad Austriaca para la Política Europea), con sede en Viena. «Se preguntarán si puede funcionar una coalición de este tipo con partidos verdes como nueva variante» de alianza política, afirma. La alianza austriaca también despertará interés en el marco comunitario, donde el Pacto Verde será una prioridad de la Comisión, opina Schmidt.
Austria no es el único país europeo cogobernado por un partido verde, pero en este caso lo hará con un partido de derechas que en los últimos años ha endurecido su discurso y ha adoptado posiciones de la extrema derecha del FPÖ, especialmente en la política migratoria. Finlandia, Suecia, Lituania o Luxemburgo cuentan con coaliciones de los ecologistas con socialdemócratas, formaciones de centroizquierda o liberales (en el caso luxemburgués).
La economista Inga Fechner, de ING, apunta en una nota a clientes que el Ejecutivo austriaco será un «interesante banco de pruebas para el resto de Europa, y particularmente Alemania», donde Los Verdes también están en auge y también han estado en el debate de una posible alianza a nivel federal. «Un gobierno de coalición como el austriaco podría convertirse en una opción política en más países», añade Fechner.
No obstante, ambas partes corren riesgos de cara a sus votantes tradicionales y los dos líderes austriacos han destacado que su iniciativa es un experimento «osado».
UN PROGRAMA PARA “PROTEGER EL CLIMA Y LA FRONTERA”
El acuerdo de conservadores y verdes no ha sido fácil y los negociadores han tenido que eliminar “grandes obstáculos en el camino”, en palabras del ya canciller, Sebastian Kurz. Los Verdes serán los principales gestores de un amplio plan de medidas energéticas y de transportes para combatir el cambio climático e intentar que Austria llegue a la neutralidad de emisiones para 2040; medidas de igualdad, lucha contra la pobreza infantil y control de la financiación de partidos. Los populares mantienen el control de la agenda económica y la restrictiva política migratoria, imponen la prohibición del velo islámico en las escuelas hasta los 14 años y la polémica prisión preventiva de personas consideradas una amenaza. “Es posible proteger el clima y las fronteras”, resume Kurz. En la política europea, el programa apunta a “un cambio de tono” y una Austria “proactiva” en la búsqueda de soluciones, augura el politólogo Paul Schmidt.