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Aveledo: Enemigos del Estado

Anda por ahí la vieja consigna de “enemigo del Estado” para descalificar a quien ejerce su derecho a opinar distinto a lo que quiere el poder. Resonancia orwelliana en su estirpe totalitaria, propia del fascismo y el comunismo, esos dos males que tantos y tan crueles daños han hecho a la humanidad. Eco como de ultratumba en el Palacio Federal.

“El Estado soy yo” decía el rey francés antes de la revolución y lo mismo dice o demuestra el partido después de la revolución. El Derecho Constitucional vino a poner las íes debajo de los puntos, al definir las bases estatales en sus elementos constitutivos de territorio, población y poder político. Ese es el Estado y no solo quienes lo gobiernan que tampoco están autorizados para hacer lo que les da la gana, como si el poder fuera su propiedad incluso más absoluta que la quiritaria del viejo derecho romano. ¿Para qué ir más lejos si está en nuestra Constitución?

Territorio se refiere al ámbito espacial donde el Estado ejerce su “soberanía plena” como dice el artículo 11. Entonces en Apure, Monagas, Sucre, Bolívar, en barrios de Caracas y Petare y en más de una carretera, por poner algunos ejemplos hay quienes actúan como poder soberano.

El elemento humano del Estado es su pueblo, quienes establemente desarrollan aquí su vida. Según ACNUR, la oficina humanitaria y apolítica de Naciones Unidas para los refugiados, 5.9 millones de venezolanos se han ido del país ”para huir de la violencia, la inseguridad y las amenazas, así como la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales”. Y de quienes estamos aquí, al menos ocho de cada diez, según cualquier encuesta, está descontento con la política en general y de cualquier signo, también con el desempeño del poder público a nuestro servicio.

Finalmente, el poder político que en cuanto al Estado venezolano no es cualquier cosa. Sus fines son los del artículo 3 la defensa de la persona y la promoción de su dignidad, la democracia, la construcción de una sociedad justa y de paz, la promoción de la prosperidad y el bienestar del pueblo y la garantía de nuestros derechos y deberes. Y según 136 no es absoluto ni concentrado ni personal como el de los reyes antiguos, sino distribuido en municipios, estados y la Nación y dividido por competencias que lo nacional son legislativa, ejecutiva, judicial, ciudadana y electoral.

Teniendo claro qué es el Estado venezolano, podremos saber donde están sus amigos y dónde sus enemigos.

 

 

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