EleccionesPolítica

Aveledo: ¿Por qué votaré?

¿Renunciar, nuevamente, al derecho al voto? El 27 de julio se responde a esa pregunta y hay que comprender mejor la importancia de las autoridades locales

votar

 

 

En las elecciones municipales del próximo 27 de julio votaré. Bien sé que personas que estimo no lo harán, respetable opinión que me parece equivocada y de verdad, lo lamento. También estoy consciente de que son muchos los que no quieren votar por causa de una decepción justificada o porque creen que de ese modo se rebelan, sin darse cuenta de que así favorecen la estrategia de quienes en realidad no quieren que votemos para lograr, siendo minoría social, controlar todo el poder sin necesidad de otra trampa. Pienso que es un error, agravado por ser error culpable en quienes con responsabilidad dirigente fomentan esa abstención.

No ignoro que, por restrictivo, el contexto es crecientemente adverso. Pero no renuncio a mi derecho a la participación. Por eso opino, escribo y voto. Venciendo mis personales dudas, por solidaridad con la que era una política unitaria, me abstuve en 2018 y 2020. Visto retrospectivamente, admito que me equivoqué y ahí pongo en práctica la máxima churchilliana: si me doy cuenta de que no tengo razón, cambio de opinión. Entiendo que esta postura se debilita cuando factores que con base en la realidad deberían rectificar, no lo hacen. Por lo pronto, la línea que me parece apropiada actualmente se expresa en las tarjetas de Un Nuevo Tiempo, Unión y Cambio y en otras organizaciones y ciudadanos demócratas de diverso pensamiento, con independencia de partidos. Sigo con interés las posiciones del Movimiento Por Venezuela y como muchos que conozco, echo de menos una política unitaria realista que aprenda de la experiencia. Para que los factores decididamente partidarios de un cambio pacífico, democrático, constitucional y electoral tengan la incidencia que el país necesita, es imprescindible que se comprometan sinceramente en una amplia estrategia común con una conducción común.

Amigas y amigos míos han presentado candidaturas a alcaldías y concejos municipales en esas plataformas, junto a otros actores. Pero lo que más importante no son las coincidencias políticas o afectivas. El 27 de julio se elegirán las autoridades ejecutivas y representativas-legislativas en los municipios, las trescientos treinta y cinco “unidades políticas primarias de la organización nacional” según la Constitución en su artículo 168 y según una larga tradición histórica que se remonta a los propios orígenes de esta República que los venezolanos hemos estado tenazmente empeñados en construir, a pesar de los avatares personalistas o autoritarios en estos más de doscientos años.

Voto porque el municipio me importa. Ninguna instancia de poder constitucional nos queda más cerca. No me da lo mismo quien lo gobierne. En cualquier parte del país se pueden establecer comparaciones y eso que no hay un tratamiento igual, como debería ser en una sociedad democrática. Resido en Libertador y es evidente el contraste entre la calidad de vida en este municipio y los del resto del área metropolitana de Caracas.

Importa cómo puede incidir en la vida local quien gobierne. En los servicios públicos esenciales, en la convivencia, en el ordenamiento urbano, en el mantenimiento, en la seguridad. Si con mi voto puedo influir, aunque sea mínimamente, en eso ¿por qué voy a renunciar a hacerlo?

Importa mi voto y el suyo. Porque votar es nuestro derecho. El voto vapuleado, burlado, desconocido. Si a mí, como venezolano que quiere un cambio, me duele la devaluación del voto, ¿cuál será el sentimiento de quienes han votado creyendo en las promesas incumplidas de los vencedores?

No caigo en juegos manipuladores. No es verdad que si me abstengo “deslegitimo”. No es verdad que si voto “legitimo”.

¿Qué está en juego el 27 de julio? Ciertamente, no una gran estrategia nacional, que debería haberla. Hay sí, un interés de la minoría que manda que es controlarlo todo. Y como venezolanos lo que está en juego son nuestros intereses como vecinos y nuestros derechos como ciudadanos. No son poca cosa.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba