Aveledo: Viva la Constitución viva
Defiendo la Constitución. Voté no en aquel referendo pasado por agua del trágico diciembre de 1999 y otra vez, con un no afirmativo que la ratificaba, cuando en 2007 pretendió desnaturalizársela con la reforma que fue vencida por el voto popular, ese instrumento democrático movilizador y poderoso que tanto se ha hecho por devaluar, desde dentro y desde fuera del poder.
Defiendo la Constitución no porque sea perfecta que no lo es, ni porque esté conforme con su aplicación práctica que no lo estoy, sino porque ella es uno de los elementos, por escasos muy valiosos, que abonan la esperanza de una convivencia pacífica, plural, libre y constructiva entre nosotros los venezolanos. Solo en el marco de la Constitución podremos tener seguridad para convivir todos, sin excepción en nuestra natural diversidad. Sin discriminaciones, sin exclusiones y sin divisiones artificiales.
Defiendo la Constitución activamente. No una constitución dormida en las páginas de un librito cerrado, cataléptica, sino una Constitución viva, es decir viviente, palpitante que se respete y funcione, con una institucionalidad confiable que garantice nuestros derechos humanos, prolijamente definidos en su texto y ordene a los órganos del poder público en alineación con esos propósitos.
En esa línea de defensa activa, la contribución de este ciudadano es trabajar junto al equipo de hombres y mujeres del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, en el desarrollo de los potenciales del Estado Federal Descentralizado del artículo 4 constitucional y del poder distribuido territorialmente y separado funcionalmente del 136, órganos con sus funciones propias que sin embargo “colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado”. Y ¿Cuáles son esos fines? Pues volvamos al artículo 3: “la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y el bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes…” Todo esto a través, especialmente, del fortalecimiento del poder legislativo nacional, estadal y municipal, en el cumplimiento de su triple tarea de representación, legislación y control.
En 2022, cuando es determinante mayoría que los concejales y legisladores estadales sean debutantes, nos hemos dedicado a apoyar su formación en cuanto a marco constitucional, técnica legislativa, hacienda pública y participación. A esta altura, más de seiscientos concejales y legisladores, principales o suplentes, de quince estados han participado en nuestro programa, también más de un centenar de otros funcionarios o dirigentes políticos regionales o locales. Nuestro público preferente son los elegidos en las diversas plataformas que plantean un cambio democrático, pero no es una convocatoria cerrada, porque nuestro interés es la efectiva vigencia de la Constitución.
Confieso mi satisfacción, emoción incluso, de ver el interés y compromiso en tanto joven de tantos lugares de nuestra geografía. Por cierto, recién estuvimos por tercera vez en el Zulia, región con grandes problemas por resolver pero donde se siente otro ambiente, como de recuperación de ese optimismo que está en su ADN. En Lagunillas hicimos en curso para concejales de la Costa Oriental, en Maracaibo, para la parte Occidental y de nuevo en la capital, uno exclusivo para los legisladores. De este destaco con especial alegría la asistencia de los diputados de todas las tendencias. Las afiliadas a la mayoría regional electa en la tarjeta MUD y también los del PSUV. El evento transcurrió con respeto y sincero interés, cada uno en su posición en un ambiente sano de convivencia democrática. Una muestra de constitucionalidad viviente.
Que viva la Constitución viva.