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Beatriz Pineda Sansone: Desarrollemos pensadores constructivos

La hora del cuento: Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos: Pineda Sansone, Beatriz: 9788479607357: Amazon.com: Books

“La Hora del Cuento constituye la más extraordinaria experiencia del pensar complejo”.

Álvaro Márquez-Fernández

 

La educación es un factor esencial para el desarrollo de un país. Es una herramienta poderosa que puede ayudar a mejorar la vida de las personas, así como a construir un futuro mejor para todos.

En el año 1985 di inicio a una serie de talleres creativos bajo el nombre de “La Hora del Cuento” de la Fundación Manzanita de Maracaibo. Mi objetivo al invitar a las niñas amigas de mis hijas, en edades de seis a diez años, fue desarrollar su amor por la lectura, enriquecer su vocabulario, su potencial creativo, enseñarlas a cuestionar y buscar soluciones, es decir, fomentar la curiosidad, la iniciativa y la independencia. Pero pronto comenzaron a llegar los hermanos de las niñas, sus primos. Elaboré un programa con un listado de cuentos escritos por autores de relevancia internacional indicando el sábado que lo leeríamos (“La Hora del Cuento”. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de Cuentos. Ediciones de la Torre. Madrid, 2015). Desde entonces, todos los sábados venían a mi casa alrededor de diez o doce niñas y niños con la lectura del cuento ejecutada. Sin embargo, yo los invitaba a realizar un repaso de la obra con el fin de involucrar en la conversación a los que no la habían leído. Una vez, concluido el repaso del texto, invitaba a todos a destacar los aspectos que, según ellos, eran de interés y por qué. Es decir, les daba autonomía, libertad para explorar ideas, tomar decisiones y aprender de sus errores. Esto implica un ambiente de aprendizaje donde se fomenta la curiosidad, la iniciativa y la independencia.

Luego realizábamos un debate, una obra de teatro, un dibujo que tuviera relación con la obra leída o un juego de palabras escondidas. Cuando realizábamos un debate, dividíamos el grupo en dos y cada uno nombraba un líder, quien recordaba a su equipo comportarse debidamente y aclarar cualquier duda. A cada grupo se le asignaba un nombre que tuviera relación con el texto leído. Estos niños compartían con sus compañeros ideas, es decir, trabajaban en equipo y aprendían unos de otros sobre qué preguntas hacer al equipo contrario. Los niños tenían la oportunidad de reflexionar sobre su aprendizaje, analizar sus errores y formular nuevas preguntas. Esto les permitió desarrollar un pensamiento crítico y metacognitivo que se refiere a la capacidad de conocer y comprender. Es decir, implica ser consciente de cómo pensamos, qué estrategias utilizamos para aprender y resolver problemas, y cómo podemos mejorar nuestro rendimiento.

El pensamiento crítico, por otro lado, se refiere a la capacidad de analizar y evaluar información de manera objetiva y racional. Esto implica ser capaz de identificar sesgos, evaluar la confiabilidad de las fuentes de información y formular argumentos sólidos.

El aprendizaje colaborativo de los niños fomentaba la comunicación, la cooperación y la resolución de problemas.

Además de estos pilares, también mencionaré otros aspectos importantes que pueden contribuir con el desarrollo del pensamiento crítico-creativo:

. Exposición a la diversidad: la experimentábamos con la lectura de cuentos de autores internacionales. Con lo cual exponía a los chicos a diferentes culturas, ideas y perspectivas. Dando inicio con la vida del autor de la obra.

. Fomento de la imaginación: estimular la creatividad a través de actividades como el juego, el arte, la música y el teatro.

. Desarrollo de habilidades de pensamiento crítico: enseña a los niños a analizar la información, resolver problemas y tomar decisiones. Este maravilloso ejemplo nos lo ofreció el relato titulado “La noche de las estrellas” de Douglas Gutiérrez. Pensadores constructivos, como el de la obra de Gutiérrez, son aquellos que piensan que su vida tiene un propósito y un sentido. Son optimistas, pero de un modo realista.

Ellos no divulgan sus experiencias, sean positivas o negativas.

Se enfrentan a la incertidumbre y a las complejidades de la vida diaria, en vez de recurrir a las supersticiones y a otras formas de pensamiento mágico para explicar o controlar su ambiente. Un ejemplo de ello nos lo dio “La piedra del zamuro” del venezolano Rafael Rivero Oramas.

Los pensadores constructivos están orientados a la solución de problemas, y no a juzgarse a sí mismos ni a los demás. El cuento titulado “El árbol de jugar “de Cósimo Mandrillo, invitó a los niños a subir y permanecer en el árbol para salvarlo. Los niños del relato son pensadores flexibles que saben adaptar su comportamiento a distintas situaciones de la vida y ven tanto el lado bueno como el lado malo de las cosas.

El buen pensador constructivo “acepta lo que no puede cambiar, cambia lo que sí puede y conoce las diferencias entre ambas cosas”.

El Programa “La Hora del Cuento” fue acogido por la Secretaría de Educación del Estado Zulia, quien lo colocó al servicio de las Escuelas Zulianas de Avanzada; formó parte del programa del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, así como del Centro de Arte Lía Bermúdez. Hoy forma parte, desde el 2018, del pensum de estudios de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, gracias al apoyo de la Dra. Elizabeth Miquilena Verde.

Invito a mis lectores a consultar mi ensayo titulado “La Hora del Cuento”. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos. Ediciones de la Torre, Madrid, 2015. Disponible en Ediciones de la Torre y Amazon.

 

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

Beatriz Pineda Sansone: Lo importante es la educación – América 2.1
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