Beatriz Pineda Sansone: El enigma de Julián Carax
Cada libro, cada tomo que ves aquí tiene alma, dijo a Daniel su padre. El alma de quien lo escribió y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.
La sombra del viento, novela escrita por Carlos Ruiz Zafón, nos atrapa desde su inicio con la conmovedora historia que Daniel Sempere narra bajo el mismo título. El segundo aparte nos lleva al enigma de Julián Carax, capítulo que no deseo pasar por alto dada la importancia de sus reflexiones.
Julián Carax es el autor del libro escogido por Daniel, un pequeño de diez años que es llevado por su padre a la gigantesca biblioteca secreta conocida como El cementerio de los libros olvidados. Ese lugar constituía un santuario, un misterio. Cada libro, cada tomo que ves aquí tiene alma, dijo a Daniel su padre. El alma de quien lo escribió y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Sempere, el padre de Daniel, era un guardián que unido a un gremio de libreros conformaba una cofradía cuyo objetivo era recuperar los libros que se perdían en el olvido o al cierre de una librería, asegurando, de este modo, que llegaran hasta ese lugar, llamado por ellos el Cementerio de los libros olvidados.
La costumbre, según expresó, consistía en que quien visitaba el lugar, por primera vez, debía escoger un libro, adoptarlo, garantizando que nunca desapareciera y que siempre permaneciera vivo. Esta promesa de por vida era muy importante, tanto que constituye la médula de la novela.
Daniel se deslizó en medio de aquellos pasillos repletos de estantes poblados de libros hasta que se detuvo y alcanzó uno que “se asomaba tímidamente” en cuyo lomo leyó: La sombra del viento. Julián Carax. Decidió leer las primeras líneas de su nuevo amigo y antes de darse cuenta la novela se lo había tragado. Los personajes lo arrastraron a un túnel de aventuras y misterio que lo envolvió hasta los primeros alientos del amanecer. El segundo objetivo que se propuso Daniel fue averiguar quién era Julián Carax. Deseaba obtener todas sus obras y leerlas en menos de una semana. Pero la primera sorpresa fue descubrir que su padre, librero de casta y buen conocedor de catálogos editoriales, jamás había escuchado nada sobre la obra ni sobre su autor. Inspeccionó la página con los datos de la edición y descubrió que había sido impreso en Barcelona en 1935, pero la edición original fue otra del mes de noviembre del mismo año, impresa en París. Un libro en castellano, editado, primero en Francia, fue la primera interrogante que los llevó a Gustavo Barceló, un viejo colega del padre de Daniel, dueño de una librería ampliamente reconocida entre el gremio de libreros. Barceló amaba los libros, eran su pasión más no su negocio. La memoria de este hombre era asombrosa y si alguien sabía de libros extraños era él.
¿Sabías que esta fue la última novela que escribió Carax? Daniel negó en silencio. Aquel ejemplar era el único que quedaba. El resto fue quemado, aseguró Barceló, quien introdujo a Clara, su sobrina invidente experta en Julián Carax.
Aquella tarde Clara leyó las facciones del rostro de Daniel con sus manos y en medio de su sonrojo, robó el corazón, la respiración y el sueño del pequeño. Daniel la observaba embelesado mientras ella le contaba cómo había tropezado casualmente con Julián Carax: ella compartía con su prima un tutor apodado Monsieur Roquefort, quien solía hacer excursiones culturales y una tarde de 1929 se tropezó con una novela de autor desconocido llamado Julián Carax. Adquirió el libro, porque su título La casa roja le resultó sugerente. La sorpresa fue que leyó toda la noche, ajeno al ruido del mundo hasta el amanecer. Monsieur Roquefort leyó en la contraportada que Carax era un joven de veintisiete años que había nacido a inicios del siglo en Barcelona y ahora vivía en París, escribía en francés y se desempeñaba como pianista nocturno. Interesado en el autor, llamó a la editorial de Paris para solicitar mayor información, pero la recepcionista le contestó que no tenía dirección conocida y que ya había concluido su trato con la editorial.
Otro librero aseguró, una vez, haber tenido en sus manos el ejemplar de una novela de Julián Carax llamada “El ladrón de catedrales”, pero ya había pasado mucho tiempo. Luego, en 1935, llegaron noticias de una nueva novela de Carax titulada La sombra del viento. Tras haber escrito a la editorial para obtener información, Monsieur Roquefort nunca recibió respuesta. Su insistencia no se dejó vencer y si el mundo se empeñaba en enterrar a Carax en el olvido, él se encargaría de rescatarlo. Después de once años, Roquefort decidió prestar la novela La casa roja”” a sus dos alumnas Clara y Claudette Barceló con la esperanza de que aquel extraño libro les estimulara el hábito de la lectura. Ambas contaban apenas quince años y habían demostrado sobrada indiferencia al encanto de los clásicos. Sin embargo, la novela atrapó y sedujo a Clara, le enseñó a recuperar la vida que había perdido, a vivir más intensamente. Sólo por eso aquel libro que a nadie importaba y que cambio su vida la estimuló a investigar sobre su autor Julián Carax.
Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.
Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.
Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.
En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura.