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  Beatriz Pineda Sansone – La experiencia de la renovación: Tú que eres uno y muchos hombres

En la mitología griega, Proteo es la deidad de las muchas transformaciones, lo proteico equivale a la vida que resurge y se amplía mediante la expresión de nuevas formas.

Proteo es símbolo de las metamorfosis constantes. En este poder de cambio encontramos los múltiples yoes que el tiempo forja en cada persona. Cada uno de nosotros es, continuamente, no uno, sino muchos y estas particularidades sucesivas, que emergen unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes. El continuo cambio del tiempo enseña que la realidad es transformación y creación. En su obra Motivos de Proteo, José Enrique Rodó (1941), como Nietzsche o Hume antes, destacan la esencial mutabilidad del ser.

El tiempo del que nada puede escapar, siembra el cambio continuo. No somos uno, sino muchos yoes que el devenir temporal genera. Esta transformación constante puede reducirse a una propiedad superficial de los individuos o de la realidad. Pero la mutación o el cambio permanente que el tiempo trae en sus aguas, nunca quietas, significa nueva creación. Un caudal ininterrumpido da nueva vitalidad. Lo proteico es la vida que se rehace, mejora y amplia mediante la expresión de nuevas formas. El cambio, el movimiento, no es así, únicamente, consecuencia mecánica del tiempo, es esencial o potencialmente una colina de muchas laderas hacia la cima de la vida variable, mutable y creadora.

Así expresa Rodó ese caudal de nueva vitalidad: … El dientecillo oculto que roe en lo hondo de tu alma; la gota de agua que cae a compás en sus antros oscuros; el gusano de seda que teje allí hebras sutilísimas, no se dan tregua ni reposo; y sus operaciones acordes, a cada instante, te rehacen, te destruyen, te crean. Renacimientos cuya persistencia es la vida.

El anhelo de renovación es signo de vida, de salud; impulso de adelanto, sostenido por la constancia de la pasión enérgica, que por lo mismo que triunfa y se realza al final de cada aplicación parcial, no se apacigua con ella, antes la mira como un peldaño que ha de dejar atrás en su ascensión.

Encandilado por esa habilidad de Proteo de agotar todas las apariencias del ser, Jorge Luis Borges expresa de forma hermosa:

Antes que los remeros de Odiseo
fatigarán el mar rojo como el vino
las inasibles formas adivino de aquel dios cuyo nombre fue Proteo. Pastor de los rebaños de los mares y poseedor del don de profecía,
prefería ocultar lo que sabía
y entretejer oráculos dispares.

 

Urgido por las gentes asumió
la forma de un león o de una hoguera
o del árbol que da sombra a la ribera o del agua que en el agua se perdía.

El cambio consciente y ordenado implica fuerza y constancia de personalidad necesaria para esculpirse y retocarse a sí mismo. Es preciso que las construcciones de la educación dispongan de una firme base personal, sin cuyo apoyo se edificaría sobre las olas.

Ninguna cosa pasa en vano dentro de nosotros; no hay impresión que no deje en nuestra sensibilidad la huella de su paso; no hay imagen que no estampe una leve copia de sí en el fondo inconsciente de nuestros recuerdos; no hay idea ni acto que no contribuyan a determinar, aun cuando sea en pequeña medida, el rumbo de nuestra vida, el sentido resumido de nuestros movimientos, la fisonomía de nuestra personalidad.

Hija de la necesidad es esta transformación continua que se ha de verificar bajo la mirada vigilante de la inteligencia y con el concurso activo de la voluntad.

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

 

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