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Beatriz Pineda Sansone: Yo sola sería árido desierto

 

Yo no puedo llegar a ser yo mismo, si el otro no lo es, yo no puedo estar cierto de mi si no estoy también cierto del otro. Las palabras del filósofo alemán Karl Jaspers, hoy más que nunca son necesarias para comprender la importancia del respeto, de la comunicación entre los hombres, de su mutua influencia e interacción. Este pensamiento llevó al filósofo a declarar: si yo solo soy yo, sería árido desierto. Yo no soy yo si no me comunico con un tú libre. La expresión denota el extremo valor que el otro ostenta. Requiere entonces que podamos comunicarnos.

La relación de comunicación resulta crucial para la felicidad del hombre y para su realización. Por ello hago énfasis en el aspecto relacional educativo que se puede ejercitar desde la niñez en la escuela, a través de la dinámica de lectura de cuentos. Recurso estratégico para provocar, luego de la lectura, la interacción a través del diálogo, la tolerancia ante otros puntos de vista, la influencia, la exclusión de barreras que impidan la comunicación con el prójimo, es decir, la humildad socrática de aceptar que podemos aprender del otro, que el otro tiene otras experiencias que complementan las mías. El poder de discernir –entender-, de juzgar, de comprender y de percibir crea un ambiente de respeto en el que se presta atención a la calidad de los pensamientos, de las palabras, de las actitudes e intenciones.

Pensadores como Martin Buber, Emmanuel Mounier, Karl Jaspers, Paulo Freire, y Gabriel Marcel enfatizan sobre la necesidad de la relación. Gracias a ella el hombre es humano. La inteligencia, ha expresado el venezolano Luis Alberto Machado, es la capacidad de establecer relaciones entre pensamientos y objetos con la finalidad de provocar otras ideas. Por lo tanto, mi autodesarrollo depende y requiere de la libertad y el libre desarrollo del otro. En este juego y solo en él, nace el sujeto, se conoce y trasciende. Pero se precisa un tipo de relación horizontal para que los hombres, al comunicarse, se expresen y crezcan, vale decir, se necesita una situación de igualdad y confianza que no limite la libre expresión de cada existencia, en la que nadie tema ser él mismo u obligue al otro a mostrarse de manera falsa. El extremo valor que el otro ostenta requiere que podamos comunicarnos, más allá de los prejuicios sociales verticales que operan distanciando la relación.

El respeto funda la comunicación. Sin el respeto imposible entablar una comunicación legítima. De forma que todos debemos ser como somos. Cada persona tiene una cualidad distintiva, es decir, una singularidad y es ella la esencia de nuestro ser, sin ella no seríamos lo que somos. Por lo tanto, las otras personas son irrepetibles, singulares. Esta certeza fue comprobada por el propio Jaspers como psiquiatra en sus prácticas médicas. En el juego que se establece durante la comunicación auténtica, directa y profunda, en la que el sí mismo se conoce y se re-crea, nace una creación mutua que va implicando a las personas. Todo se traduce en que mi autodesarrollo necesita de la libertad y el libre desarrollo del otro. Aun cuando la comunicación existencial está sembrada de límites y dificultades, aun así, se debe insistir en la importancia que tiene para todos los individuos.

Los sentimientos afectivos hacia la otra persona operan en sentido contrario a la inclusión del otro en el mundo, en la construcción del mundo. El instintivo anhelo de que los otros deben ser como dioses y santos impide toda comunicación. Esa forma vertical en la manera de idealización del otro, con su consecuente menoscabo, excluye toda comunicación y salud entre los hombres.

El desarrollo del ser humano nunca es aislado o innato, por el contrario, es más bien la creación de un yo en comunicación. La construcción de uno mismo parte del otro. Lo que nos concede identidad es la alteridad, es decir, la condición de ser otro; lo que procede de fuera nos construye.

A pesar de los errores, los desastres, los fracasos y las frustraciones, el hombre nunca ha dejado de aprender, de explorar y de experimentar haciendo gala de una indoblegable persistencia en la búsqueda del conocimiento y de la felicidad. Somos partes de un todo diseñado para unirnos, comprendernos y respetarnos. De esa relación depende nuestro estado de armonía y de sabiduría. En esa habilidad de establecer relaciones con el otro, y de hacer combinaciones y conexiones, poco usuales, está la esencia del hombre y de su inagotable creatividad.

 

E-mail: beitapinpaz@gmail.com

Página web: @beapinpaz.escritora

 

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades y colegios de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

 

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