Bicicletas de bambú
No sorprende a quienes admiramos el ingenio del pueblo vietnamita durante la cruenta guerra de liberación nacional, saber que Trevi Byke, una marca de bicicletas de bambú hechas en Hanoi, comienza a transitar las carreteras de Europa y los Estados Unidos.
Sí causa extrañeza que sea apenas ahora, medio siglo después que su pueblo solía transformar en estupendas ollas y sartenes el aluminio de los bombarderos derribados y en vestimentas los paracaídas enemigos, que decidiesen fabricar con una materia prima que allá florece como la verdolaga los vehículos que durante la epopeya permitieron transportar el arroz, las medicinas y las municiones de sus guerrilleros en caravanas interminables serpenteantes por la jungla.
Y es que el bambú de Vietnam es uno de los mejores del mundo, asociado en la cultura nacional a la resiliencia, la flexibilidad y a una sorprendente fortaleza, y fue el estímulo para que el industrial Nguyen Van Tuyen, que hizo fortuna desarrollando una bicicleta eléctrica, decidiera en 2018 procesarlo con la tecnología más moderna para alcanzar los mercados internacionales.
Con éxito sorprendente, porque según la revista Vietnam Pictorial, ya existen salones de exhibición en Vancouver y Berlín y la Trevi se expande a los Países Bajos vecinos, proveyendo de transporte al Heerenveen, uno de los clubes deportivos más populares, gracias a la devoción de 17 millones de habitantes que utilizan 21 millones de bicicletas.
Pham Minh Tri es otro emprendedor que regresó a Ho Chi Minh City, diplomado en industria automotriz de la Universidad de Berlín y con experiencia de diseñador industrial en Stuttgart, que aspira contribuir con el bambú a un futuro más limpio y ecológico.
Con bicicletas más seguras, porque las fibras sometidas a un método de carbonización para protegerlas de fisuras, hongos e insectos y los tubos de cáñamo ensamblados con resinas epóxicas poseen una capacidad notable para reducir las vibraciones en terrenos accidentados y minimizar el peligro para los usuarios más noveles.
Después de participar en una exhibición en Alemania en 2015, Tri fue abriéndose camino en Francia Suiza y Australia y ostenta ahora un certificado de calidad mundial que, aunado a la belleza de sus producciones, refuerza su valor en un mercado donde los clientes aceptan pagar precios más elevados por lo que constituye en suma una primorosa pieza de artesanía, ejemplo de la vitalidad de ese heroico pueblo.
Varsovia, febrero de 2022.