Biden advierte a Putin: «La OTAN jamás estuvo tan fuerte y unida»
El presidente de Estados Unidos cierra la Cumbre de Vilna con un apasionado discurso en el que denuncia la «cobarde ansia de tierra y poder» del líder ruso
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, clausuró este miércoles los actos de la Cumbre de la OTAN en Vilna con un discurso en la Universidad que, a 170 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado, tuvo un destinatario claro: Vladímir Putin.
Al mandatario ruso le espetó que la OTAN y EE.UU. «apoyarán a Ucrania el tiempo que haga falta. No vacilaremos, no vacilaremos…», lo que provocó la reacción de una multitud entregada a la causa ucraniana y a su presidente, Volodímir Zelenski. Las banderas de EE.UU. y de Lituania se encontraban por doquier y los estudiantes e invitados desbordaron incluso las ventanas del patio principal.
En este particular discurso –con toque ‘kennedyniano’– Biden recordó la lucha de Lituania y el resto de países bálticos contra el comunismo y la URSS: «En 1991 experimentaron el poder transformador de la libertad. Miraos ahora cómo estáis y el camino recorrido. Sois orgullosos miembros de la UE, y de la OTAN [aquí los aplausos se dispararon]», dijo Biden para retomar la guerra en Ucrania, país que en el fondo se mira en la esperanza báltica. Fue también una exrepública de la URSS y consiguió su acceso europeo y en la Alianza Atlántica en 2004.
El discurso estuvo trufado en su inicio de alusiones al Muro de Berlín o sobre los 14 héroes fallecidos en la toma de la torre de la televisión lituana, clave en el devenir de la revolución que trajo la independencia de nuevo tras 51 años de ocupación soviética.
Finlandia, Suecia y el 33º
Otra vez, a modo de desafío a Putin, el presidente de EE.UU. le recordó que por su guerra «la OTAN está más fuerte, enérgica y, sí, más unida que nunca jamás en su historia», y reprochó al presidente ruso, mencionándole expresamente, «su cobarde ansia de tierra y poder».
Envió otro mensaje a Putin al recordar que hay un nuevo miembro en la Alianza (Finlandia), vendrá otro probablemente en octubre (Suecia) y tuvo un momento de confusión –provocado o fortuito– mencionando un 33º, corregido rápidamente al decir 32º. Y aquí se vuelve a la cuestión ucraniana y su relación con la OTAN, que ayer obviamente volvió a centrar, casi exclusivamente, toda la atención de la segunda jornada de la Cumbre de la OTAN de Vilna.
¿El gran titular que ofrece la cumbre? Los 31 aliados han activado un mecanismo financiero y de apoyo militar auspiciado por el G-7 como garantía de seguridad para Ucrania hasta que complete su adhesión a la OTAN.
¿Cómo será ese camino de Ucrania hacia la Alianza Atlántica? Para ello se ha suprimido el farragoso Plan de Acción de Membresía –una especie de examen burocrático que imponía la OTAN a Ucrania y sus fuerzas armadas– a cambio de establecer un Consejo OTAN-Ucrania que deberá coordinar las reformas para que acaben con Ucrania como miembro 33º de la Alianza Atlántica.
Ese foro fue inaugurado en Vilna con el presidente ucraniano como gran estrella. De hecho la actividad de Zelenski en la cumbre fue frenética: reuniones bilaterales con el propio Biden y los líderes de Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Canadá, Australia o Japón, entre otros contactos. Además, ofreció dos ruedas de prensa: una en solitario, donde defendió el derecho de Ucrania a elegir su propio camino y pidió más apoyo militar a los aliados; otra junto al secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg.
Esta segunda rueda de prensa sirvió para templar los ánimos después del enfado de Zelenski el día anterior al no haberse ofrecido a Ucrania una invitación de adhesión a la OTAN con un calendario, tal y como él demandaba. En cambio, los aliados le ofrecieron «extender una invitación cuando los aliados estén de acuerdo y las condiciones lo permitan».
¿Cómo distendió el presidente ucraniano el ambiente? Reconoció ante Stoltenberg que era «comprensible que Ucrania no pueda unirse a la OTAN estando en guerra». Además, calificó de «importante» que la OTAN haya acordado la supresión del Plan de Acción de Membresía.
En este sentido, fuentes ucranianas reconocieron a ABC que la decepción del día anterior era solo «a medias» pues «hace dos semanas las expectativas eran peores, incluso se hablaba de poner en la declaración final ‘condiciones de seguridad’, no solo condiciones, lo que habría ligado la invitación de la OTAN solo al fin de la guerra, algo que no se quería, pues hubiera perpetuado el estado de hostilidades de Putin en Ucrania«.
El mismo Zelenski lo resumió así en la rueda de prensa junto a Stoltenberg: «Los resultados de la Cumbre de Vilna han sido buenos, pero si hubiera habido una invitación para la adhesión de Ucrania habría sido un éxito».
Confianza y esperanza
Stoltenberg, por su parte, ofreció confianza y esperanza a Zelenski con el nuevo órgano creado, el Consejo OTAN-Ucrania: «La OTAN apoyará a Ucrania todo el tiempo que sea necesario […]. Ucrania no ha estado antes tan cerca de la OTAN como lo está ahora […]. La decisión de Vilna marca un nuevo capítulo en la relación entre Ucrania y la OTAN, hoy nos vemos como iguales. Estamos deseando vernos como aliados», dijo como tres ideas principales.
Las mismas fuentes ucranianas consultadas por ABC reconocen que ese Consejo OTAN-Ucrania será una especie de «programa nacional» para la adhesión. En el manejo de las expectativas también consideran que era muy difícil que salieran de Vilna con la invitación oficial «a pesar de todo el empeño y trabajo realizado por los países de Europa del Este, especialmente de Polonia y los bálticos con el anfitrión de la cumbre, el lituano Gitanas Nauseda, como arquitecto de la escenografía de la cumbre que incluyó un discurso de Zelenski en un escenario que tenía un lema claro: «#UkraineNATO33».
Para los ucranianos ya hay otro lugar y fecha clave en el horizonte de su camino a la OTAN: Washington 2024. En la capital de EE.UU. se celebrará la próxima cumbre de la OTAN para celebrar el 75º aniversario del tratado que alumbró a la Alianza Atlántica: «Seguramente Biden busque tener una gran noticia para esa cumbre».
Además, para esa fecha se podrían haber resuelto algunas incógnitas relacionadas con la guerra y las reformas ucranianas, políticas y militares.