Biden mantendrá el reconocimiento del Sahara Occidental como soberanía de Marruecos
Una decisión que tomó el anterior presidente, Donald Trump, y que su sucesor no parece dispuesto a cambiar
La Administración Biden ha confirmado que mantendrá el reconocimiento del Sahara Occidental como parte de la soberanía de Marruecos, una decisión que tomó el anterior presidente, Donald Trump, y que Joe Biden no parece dispuesto a cambiar.
«Esa sigue siendo la posición de la Administración, no hay novedades», respondió el portavoz del Departamento de Estado, a una pregunta sobre si EE.UU. tiene o no intenciones de revertir el reconocimiento de la antigua colonia española como territorio soberano de Marruecos.
La declaración del portavoz se producía poco después de que Axios publicara que Brett McGurk, el principal asesor de Biden en Oriente Próximo, había hablado hace unos días con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, y le había confirmado que la Administración Biden no planea cambiar la determinación que tomó Trump. A cambio, según este medio estadounidense, McGurk pidió a Bourita que Marruecos apruebe el nombramiento de un nuevo enviado especial de Naciones Unidas al Sahara Occidental y que se impulse la normalización de relaciones diplomáticas con Israel. Cuando Trump dio el reconocimiento del Sahara Occidental como marroquí, la moneda de cambio fue el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Marruecos, dentro de otros acuerdos similares con países árabes en los que el entonces presidente había intermediado.
«No hay cambio», insistió una vez más Price cuando le preguntaron esta semana si habrá modificaciones en la política de EE.UU. en la región, en lo que supone una nueva victoria diplomática para Rabat, que goza de una relación muy fluida con Washington.
La Administración Trump no contó con el Gobierno de España a la hora de dar el reconocimiento a Marruecos, ni lo ha hecho después con la llegada del Biden al poder. Al contrario, las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Administración Biden están atascadas. En una ruptura con la tradición de los últimos presidentes, y al contrario que ha ocurrido con el resto de potencias europeas y con otros países de peso muy inferior al de España, el presidente de EE.UU. no ha llamado todavía por teléfono para una conversación formal con Sánchez, casi ocho meses después de su victoria electoral. En la reunión de la OTAN del mes pasado en Bruselas, Sánchez no pudo obtener un encuentro formal con Biden y su única interacción fue un breve paseo entre reuniones. Y, en medio de una crisis diplomática entre España y Marruecos, con la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta forzada por las autoridades marroquíes, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, mostró su apoyo firme a Rabat. Lo hacía en medio de la escalada de violencia entre israelíes y palestinos, con Marruecos como un aliado para la rebaja de tensiones, pero no hizo ni mencionar la situación grave en la frontera con España.
Pedro Sánchez acaba de anunciar un viaje para este verano a EE.UU., que será de carácter empresarial, pero que no incluirá una visita a Washington ni a La Casa Blanca.