Canciller Roberto Ampuero: Chile ante la tragedia venezolana
La evolución del proceso político venezolano, que ha convertido a un Estado democrático en una dictadura, y el manejo irresponsable de su economía, que llevó a Venezuela de la prosperidad a la ruina, han desatado una crisis humanitaria cuya magnitud y efectos obliga a la acción de todos los países de la región.
La “elección” presidencial convocada por el gobierno de Venezuela, carente de las mínimas condiciones requeridas para ser considerada un acto democrático, ha concitado el repudio generalizado de la comunidad internacional, con la excepción de una minoría que, por motivos ideológicos, solidariza con regímenes dictatoriales. La evolución del proceso político venezolano, que ha convertido a un Estado democrático en una dictadura, y el manejo irresponsable de su economía, que llevó a Venezuela de la prosperidad a la ruina, han desatado una crisis humanitaria cuya magnitud y efectos obliga a la acción de todos los países de la región.
Chile ha asumido un papel protagónico, como parte del Grupo de Lima, para buscar alivio a la situación que afecta a la población de ese país hermano. Representantes de los catorce países que integran el grupo nos reunimos la semana pasada en México para acordar las medidas que impulsaremos para abordar la situación venezolana de manera integral. Esto se traducirá en acciones que se llevarán a efecto en el breve plazo, como aquellas destinadas a aliviar la delicada situación sanitaria que afecta a la población venezolana, seguidas de una atención a los efectos producidos por la masiva emigración, que supera largamente el millón de personas desplazadas hacia otros países, de las cuales más de 160.000 han llegado a Chile. Se contemplan, asimismo, medidas de carácter diplomático que reflejen el rechazo que generan los atropellos a los derechos fundamentales de los ciudadanos por parte del régimen. Esas medidas, que trascienden lo meramente protocolar, son un nuevo llamado al régimen venezolano a tomar conciencia del callejón sin salida en que ha situado a su pueblo.
El Grupo de Lima irá más allá, adoptando medidas concretas en el terreno económico y financiero, destinadas a limitar las actividades ilegales como el lavado de dinero, el financiamiento de actividades violentistas y la asociación ilícita con el narcotráfico que han practicado o amparado integrantes del régimen venezolano.
Los fundamentos para la adopción de medidas como las que he mencionado provienen de los avances logrados en el terreno del Derecho Internacional, como es la extraterritorialidad de la jurisdicción internacional en materia de derechos humanos. Asimismo, nacen de los compromisos asumidos por los Estados parte del Sistema Interamericano, como es la Carta Democrática de la OEA.
Siendo los citados fundamentos jurídicos y políticos de la mayor importancia para respaldar la acción de la comunidad internacional ante la crisis humanitaria de Venezuela, la motivación a la acción en este caso tiene características especiales para Chile y los chilenos. Al observar con dolor el desarrollo de los acontecimientos en ese país hermano, no puedo dejar de sentir, como la mayoría de los chilenos, solidaridad por el drama humano que sufre. Como nación nos sentimos cercanos al pueblo venezolano, pues conocemos directamente la experiencia de muchos de ellos, que han llegado a Chile como refugiados.
La tragedia de Venezuela nos impacta de manera directa y nos duele en lo más profundo, porque miles de chilenos fueron acogidos en ese país en momentos en que sufrieron la falta de democracia, la persecución o la violación de sus derechos humanos. Nuestras gestiones en el marco del Grupo de Lima, por tanto, van más allá del cumplimiento de los objetivos de nuestra política exterior. Están motivadas por un mandato que nace de nuestra experiencia, derivada directamente de nuestra historia reciente. Nuestra preocupación genuina por lo que sufren los venezolanos nos involucra como nación, por lo que cada chileno piensa y siente cuando se trata de la defensa de la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos.
Mientras buscamos, junto a nuestros aliados del Grupo de Lima, todas las vías pacíficas de solución que permitan una salida política a esta crisis, pienso en el legado que nos brindan venezolanos como Simón Bolívar, Andrés Bello y Rómulo Gallegos, entre muchos otros, que dejaron su marca indeleble en nuestra lucha por la emancipación, la creación de nuestras instituciones y la creación literaria, pilares de nuestra cultura nacional. Tomamos esos ejemplos como el origen de un compromiso permanente con los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr el pleno restablecimiento de la democracia en Venezuela.