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Carta literaria a Isabel Díaz Ayuso

Madrid, jueves, 27 de mayo de 2021

Después de que se me ocurriera escribir esta carta, que me gustaría que fuera de tono llano y sincero, pensé en el libro Cartas a mujeres, de Martín Prieto (Espasa-Calpe, 1995), que antes fueron artículos de El Magazine de El Mundo. Martín Prieto tiene muy buena prosa, muy personal, en fondo y en forma. Una prosa que delata a un gran lector, con un gran vocabulario y un estilo propio y rico, un escritor de calidad, en mi opinión. Dice muy bien las cosas, cosas interesantes.

Yo veía este libro cada vez que pasaba por la librería que tengo en el pasillo de mi casa, como esperando paciente que llegara su turno. De este modo, escribir esta carta ha sido, también, excusa perfecta para desempolvar un poco el libro y traerlo al presente, a este presente huidizo que vivimos. El presente siempre lo es; ahora nos gustaría, la verdad, que fuera todavía más “huidizo”, que huyera de sí mismo y más rápido.

De hecho vivimos un tsunami general. También político, que ya venía de atrás. Todo siempre viene de atrás, hasta nosotros venimos de atrás, y es de esperar que siempre vayamos hacia adelante. No debería haber otra dirección.

«Lo cierto es que no estoy acostumbrado a escribir sobre política y sobre políticos, tampoco a políticos»

 

Pero antes de seguir adelante debo decirle que creo que usted se ha desempeñado bien en todo este panorama; y le deseo mucha suerte en el presente y en el futuro.

Antes de la pandemia yo pensaba, a tenor de los telediarios y periódicos, que siempre habíamos vivido en un terremoto, pero ahora, con lo que está ocurriendo, creo que todo aquello era poco. Muchos han comparado esto con una guerra. El cámara de televisión José Luis Márquez, que tantas vivió, me dijo en una ocasión que era una “guerra silenciosa”, y yo creo que está muy bien expresado.

Lo cierto es que no estoy acostumbrado a escribir sobre política y sobre políticos, tampoco a políticos. Para escribir esta carta he revisado algunos artículos, muy pocos, si no recuerdo mal, que he escrito sobre política, como “El pulso de España” (16-4-2018) y “Carta a los políticos españoles” (25-2-2019), publicados no hace mucho en El Día de Castilla La Mancha. Pensé que me prepararían un tanto para escribir esta carta, pero creo que no: ésta es tan nueva como la situación que vivimos, y por lo tanto es imposible prepararse para ella.

Durante la pandemia sentí una identificación muy fuerte con el género humano y con mi país, pero diría que sobre todo con mi ciudad, Madrid, en este caso ciudad y comunidad, la Comunidad de Madrid, que creo que usted ha representado con valor y autenticidad, virtudes que en cualquier ser humano me parecen maravillosas, y que creo importante tender a ellas. También considero que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, nos ha representado bien, con competencia y también autenticidad.

 

«Me gustaría recomendarle algunos libros, buenos y variados, a mi entender. Por ejemplo, algún tomo de los diarios de Andrés Trapiello»

 

La pandemia es un episodio trascendental en nuestras vidas, y creo que ya está siendo trascendente. Para muchos, para mí al menos, lo más importante que nos ha ocurrido en nuestras vidas.

A lo mejor me equivoco —creo que no— y no quiero arriesgar “juicios”, mejor opiniones, en todo caso personales y discutibles, pero para mí su actuación durante la pandemia ha sido remarcable, defendiendo Madrid no ya de sus enemigos, que quiero pensar que no los tiene, pues Madrid es una ciudad siempre abierta y generosa, sino defendiéndola en el fondo de las propias circunstancias y de la propia pandemia.

Usted no lo ha hecho por eso, pero creo que una buena, o gran actuación en un tiempo como éste puede consagrar a un político, al igual que puede consagrar a un escritor o a un periodista, por ejemplo, en realidad a cualquier persona o profesional. Pero ni usted ni yo hacemos lo que hacemos por estas razones, por supuesto. Seguramente lo hacemos porque nos sale de dentro.

Estudié literatura, mucha literatura. Me gustaría recomendarle algunos libros, buenos y variados, a mi entender. Por ejemplo, algún tomo de los diarios de Andrés Trapiello, Salón de pasos perdidos, que estoy frecuentando de nuevo recientemente, tras casi 20 años, y que me parecen magníficos. A mí me gusta mucho Las nubes por dentro, el tomo 4, por citar uno. Ya sabe que Trapiello ha publicado hace poco, con gran éxito, un libro sobre Madrid, Madrid, y que ya lleva más de 20 ediciones vendidas.

 

«Me gustaría recomendarle Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute, que siempre me ha parecido un libro excelente»

 

También le recomiendo por ejemplo El club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte, que apareció hace años, pero que no pierde su atractivo, sobre todo para los amantes de los libros. Además puede ser un gran puente a Alejandro Dumas, a Los tres mosqueteros El conde de Montecristo, que si no ha leído lo disfrutará y devorará. Por otra parte me gustaría recomendarle Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute, que siempre me ha parecido un libro excelente. Hay muchos, muchísimos más libros, pero yo con estos he disfrutado grandemente, y lo sigo haciendo.

Mis deseos son utópicos, tal vez, pero mis intenciones quieren ser buenas. No pretendo parecer ingenuo pero en ocasiones no puedo evitarlo. Ser ingenuo no es ser bueno exactamente, pero he observado que la ingenuidad suele ser señal de bondad, o de cierto tipo de bondad.

En ocasiones, como ahora, me pregunto por qué a los seres humanos no nos va mejor. Y no me refiero a los virus o a las catástrofes naturales. Me refiero a nosotros mismos, a la relación entre unos y otros, en general a todos. ¿Por qué no podemos convivir mejor? ¿Por qué no somos más felices?

¿Qué opina de esto un político? ¿Qué opina de esto usted?

Espero que ustedes los políticos nos ayuden a vivir cada vez mejor, a ser más felices los unos con los otros.

Le deseo la mayor de las suertes y le doy las gracias por su trabajo.

 

 

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