Un cementerio de barcos revela más de 2.500 años de Historia naval bajo las profundidades del mar Negro
Modelo en 3D de un barco romano que conserva el mástil intacto. BLACK SEA MAP
La UNESCO calcula que hay más de tres millones de barcos hundidos sin localizar en el mundo. Algunos de estos buques guardan en el interior de sus cascos tesoros ocultos de incalculable valor. Sin embargo, para los amantes de la Historia, los propios navíos suponen en si mismos un tesoro que ayuda a revelar un pedazo más de nuestro pasado. Ahora, después de tres años de investigación, una expedición ha revelado por completo el hallazgo de 60 pecios en las profundidades del mar Negro que abarcan 2.500 años de Historia.
El proyecto The Black Sea MAP comenzó una misión en 2015 para investigar los cambios que se produjeron en el mar Negro en la antigüedad tras la última glaciación. Durante sus inmersiones a lo largo de tres temporadas descubrieron, para su sorpresa, 60 barcos que abarcan un periodo de tiempo que va desde la antigua Grecia hasta el siglo XIX. «Los barcos encontrados datan desde la época colonizadora de la antigua Grecia hasta el final del siglo XIX. Además, hay una gran variedad de tipos de barcos», afirma a EL MUNDO el doctor Kroum Batchvarov, de la Universidad de Connecticut (EEUU) y miembro de la expedición.
Según un comunicado de prensa de Black Sea MAP, además de los restos de un barco del siglo V o IV a.C., se han encontrado naufragios de las épocas Romana, Bizantina y Otomana. «Del periodo Otomano solamente hay un puñado de pecios que han sido encontrados y estudiados. Los buques que hemos descubierto, los cuales conservan incluso las sogas, nos ayudan a reescribir nuestro conocimiento de la tecnología marítima», explica Batchvarov.
Según el experto, las naves no se hundieron en un lugar específico sino que estaban distribuidas uniformemente. «Estos navíos son el testimonio de la gran cantidad de comercio que existía en la zona, al observar el número de barcos que navegaron por estas rutas«. Los investigadores creen que el hallazgo representa una ruta de intercambio, guerras y comunicaciones que se extiende desde la prehistoria.
Lo que también resulta sorprendente para los científicos es el estado de conservación en el que se han mantenido estos pecios a lo largo de los siglos. Esta preservación se debe a la falta de oxígeno que presenta el mar Negro cuando se alcanza cierta profundidad. «Buceamos hasta un pecio mercante de la época bizantina del siglo X que permanecía a 93 metros de profundidad. La conservación de este naufragio era asombrosa por debajo de los sedimentos, la estructura de madera se veía como nueva», confiesa el profesor Jon Adams de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y líder de la expedición.
Según el comunicado, los barcos se encuentran a cientos y miles de metros de profundidad. Algunos con los mástiles aún en pie, los timones de cola en su sitio, con cargamentos de ánforas y otros accesorios del barco en la cubierta. Algunos de ellos aún conservan marcas y tallados del día en que salieron del astillero. Además, muchos de estos buques muestran características, accesorios y equipamiento que sólo se han conocido por la iconografía o la literatura, pero que nunca se habían visto hasta ahora.
Para el profesor Batchvarov este cementerio de barcos demuestra lo poco que sabíamos de historia la marina de esta zona. «Estamos literalmente llenando páginas en blanco», asegura. «Su ubicación (de los naufragios), lejos de la costa, hunde de una vez por todas la idea de que los antiguos marineros navegaban junto a la orilla«, sentencia.