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Chavistas no maduristas y Exchavistas: Los nuevos actores políticos.

 

Amigo lector:

Aquí tienes, en una sola nota, las dos partes de un trabajo publicado por Héctor Briceño en la muy recomendable página web «Polítika UCAB». 

«Chavistas no maduristas. Los nuevos actores políticos. Parte 1»

y

«Exchavistas. Los nuevos actores políticos. Parte 2»

En América 2.1 creemos que ambas notas son de urgente y necesaria lectura para comprender mejor el paisaje electoral venezolano, mucho más complejo que la mera división «gobierno-oposición». Por ejemplo, la llegada a la presidencia de Nicolás Maduro ha traído consigo un cambio significativo en las lealtades y simpatías en el llamado chavismo, como se ha reflejado en la encuesta elaborada por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). 

América 2.1

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«Chavistas no maduristas. Los nuevos actores políticos. Parte 1»

Son muchas las cosas que han sucedido desde la última elección hasta hoy, y aun más las que sucederán entre hoy y las elecciones parlamentarias. Uno de los fenómenos más importantes ha sido la progresiva despolarización de la política nacional, al igual que los polos geográficos sufren pérdidas en la capa de hielo como consecuencia del calentamiento global, liberando icebergs que navegan los mares hasta conseguir aguas más cálidas dónde derretirse y fusionarse a ellas. El período que va de abril 2013 al día de hoy ha visto la aparición de nuevas identidades políticas que navegan entre los polos que han regido la política entre 1998 y 2013. Una de ellas: los “chavistas no maduristas”, desprendimiento polar del gran glaciar/archipiélago del chavismo.

Los resultados de la encuesta realizada por el Proyecto Integridad Electoral Venezuela del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello muestra que 16,4% del electorado se declara “Chavista no madurista”, lo que quiere decir que el 52% de los que se identifican con el chavismo se declaran antimaduristas, mientras el 48% restante afirma estar Resteado con Maduro”.

Pero, más interesante aún, al indagar la intención de voto del chavismo no madurista se muestra una importante tendencia a apoyar otras alternativas políticas distintas al chavismo, ya sea dando su voto a la oposición así como a las disidencias. De esta manera 12,6% de ellos afirman que si las elecciones fuesen el próximo domingo[1] votarían por Candidatos de la Unidad, mientras que el 19,7% evaluaría las distintas opciones para votar por los “Mejores Candidatos”.

 

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Las “terceras vías” concentran una importante votación, pues 9,8% de los chavistas no maduristas aseguran que respaldarían candidatos que no sean “Ni del PSUV, ni de la MUD”. Finalmente, los chavistas no maduristas indecisos (los que respondieron “No sabe”) son 6,6%. El 51% restante representa a los chavistas no maduristas que mantendrían su apoyo al PSUV.

¿Cuántos, quiénes y dónde se encuentran?

El chavismo no madurista representa el 30,1% de los 8,2 millones de electores que apoyaron a Chávez en las presidenciales de 2012, es decir: 2,5 millones.

Está compuesto por una mayor proporción de mujeres (52,3%) y se encuentran distribuidos de forma muy equitativa entre los distintos grupos de edades.

Se ubican fundamentalmente en las pequeñas ciudades y poblados del país, y en segundo lugar en la región capital, mientras que en las ciudades secundarias son menos significativos.

De igual manera, el chavismo no madurista está mayoritariamente en los sectores más populares (D y E).

 

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Realista y optimista

El chavismo no madurista está acostumbrado a ganar. Habiendo apoyado al chavismo al menos hasta 2012 (aún cuando no compartía totalmente su ideología) no tiene dudas sobre el poder y valor del voto. Tiene firmes convicciones democráticas y cree en las elecciones como mecanismo de cambio. Aunque desconfía en el CNE, lo hace en menor proporción que los sectores políticamente desafectos y los opositores.

El chavismo no madurista es un votante sumamente pragmático, vota por las condiciones de vida: desea que se solucione la escasez, la inseguridad y la anarquía, y cree en la empresa privada como parte de la solución. Evalúa el país de forma negativa, y sin embargo es mucho más optimista respecto al futuro de sus hijos que los sectores opositores y que los desafectos políticamente.

Confía en la FANB y también en los Estudiantes. Desconfía de los diputados de oposición lo mismo que los de gobierno. Sin embargo, su sello distintivo es su relación con el Presidente Maduro: expresan un claro arrepentimiento e incluso niegan haberlo apoyado en las elecciones presidenciales de 2013.

 

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El chavista no madurista es uno de los nuevos sujetos que hacen aparición en la escena política nacional. Ellos son indicio de los tiempos que vienen.

También muestran claramente que la hipótesis que afirma que la oposición no está capitalizando el descontento en las filas del chavismo es falsa. La oposición es la principal opción capitalizando el descontento, sin embargo, no es la única. Aun más, la oposición es la única opción que capitaliza dentro de este sector por carambola, pues el resto de los actores políticos tienen discursos claros dirigidos especialmente a ellos. ¿Volteará la mirada la oposición hacia los chavistas no maduristas?

[1] La encuesta se realizó entre el 10 y el 25 de abril de 2015, a través de 1200 entrevistas en hogares. El muestreo fue de tipo semiprobabilístico, trietápico, con un margen de error de +/- 2%

 

 

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Exchavistas. Los nuevos actores políticos. Parte 2

Las elecciones presidenciales de abril de 2013 registraron la pérdida del apoyo al chavismo, en cuestión de 6 meses, de al menos 600 mil electores (equivalentes al 7,3% del voto de Chávez en 2012), tras pasar de 8.191.132 en octubre de 2012 a 7.587.579 en abril del siguiente año.  Una perdida promedio aproximada de 100 mil electores mensuales.  Sólo comparable, por cierto, con la velocidad del crecimiento de la pobreza experimentado durante ese mismo año, la cual (según el INE), creció en un promedio de 150 mil personas por mes entre diciembre de 2012 y diciembre 2013 para cerrar en 9.174.142 venezolanos en condición de pobreza.

Y al igual que la pobreza sigue creciendo durante 2014 y 2015 todas las pruebas disponibles apuntan a que el fenómeno registrado en las presidenciales 2013 también continúa profundizándose.

El estudio realizado por el Proyecto Integridad Electoral Venezuela del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, preguntó a los entrevistados por quién votó en las elecciones presidenciales del año 2012 al igual que en las de 2013.  Los resultados son sorprendentes.

En las presidenciales 2012 las respuestas obtenidas por la encuesta son: 56,5% Hugo Chávez y 43,5% Henrique Capriles, mientras que el resultado oficial del CNE fue de 55,1% a 44,3%.  La pequeña diferencia entre la cifra del CNE y la del estudio se encuentra dentro del margen de error de la encuesta de +/-2%.

Sin embargo, las respuestas obtenidas por la encuesta para la elección presidencial de 2013 son completamente opuestas a las del CNE.  Mientras éste último señala una ventaja de 1,49 puntos a favor de Nicolás Maduro (en un cerrado 50,6% a 49,1%), el estudio registra que un 43,1% de los entrevistados afirman haber votado por Nicolás Maduro, mientras 56,8% por Henrique Capriles.  Es decir, un escenario inversa y con una diferencia de 13,7% lejana al margen de error del estudio.

No se trata de un fraude… electoral

No obstante, los resultados de la encuesta no se deben ni a un error muestral de la encuesta ni mucho menos a un fraude electoral ocurrido en 2013.  El fenómeno es mucho más interesante y complejo y también lo hemos registrado en múltiples ocasiones a través de entrevistas y grupos focales, y es que hay un porcentaje importante de la población que está arrepentida de haber votado por Nicolás Maduro, hasta el punto que evade, niega e incluso miente cuando se le pregunta ¿por quién votó en las elecciones presidenciales del año 2013?  Así, lo que descubre la encuesta es que un 13,7% de los entrevistados afirman haber votado por la oposición cuando en realidad no lo hicieron.

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Cuando analizamos el 56,5% de electores que votaron por Chávez en 2012 según la forma como afirman haber votado en 2013 hay hallazgos muy interesantes.  El primero, es que tan sólo 69,8% dice haber votado luego por Maduro (con y sin arrepentimiento). Luego, un 12,3% dice no haber votado y finalmente un 17,9% afirma haber votado por Henrique Capriles. A saber: no dicen haberse abstenido ni que votaron por otros candidatos.  Tampoco se niegan a responder la pregunta, sino que afirman haber votado por la oposición.  Ello muestra muy claramente que la migración chavista continuó luego de las elecciones presidenciales de 2013 y que se ha intensificado durante el 2014 y 2015.

 

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Aun más; si analizamos los votantes que apoyaron a Chávez en 2012 según su intención de voto para las elecciones parlamentarias de este año el fenómeno se hace todavía más claro:

Sólo el 51,1% volvería a votar por el PSUV y sus aliados, mientras 18,9% votaría por los candidatos de la UNIDAD, 14,3% por los mejores candidatos, 6,1% por candidatos distintos a los del PSUV y de la UNIDAD; y por último, 9,6% aún están indecisos.

 

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Perdidos y olvidados por el chavismo, este amplio grupo suma 48,9% (o 4 millones) de los electores que votaron por Chávez en 2012, pero que no quieren volver a votar por el PSUV.  Ellos son los exchavistas: grupo que se diferencia de los chavistas no maduristas, pues ya cortaron su relación con el PSUV y con el chavismo completamente, y se ubican claramente en otros sectores políticos, incluso una mayoría en la oposición.

Estos dos actores políticos Chavistas no maduristas y los Exchavistas están reestructurando la distribución del electorado venezolano, pues tienen rasgos realmente distintos a los del resto.  Siendo ellos nuevos perfiles de la política venezolana, es esperable que veamos a los partidos políticos reorientar sus propuestas y oferta electoral para ajustarlas a las nuevas demandas, ¿no?

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