Chile y el virus del populismo

Con la democracia suspendida ‘sine die’ en Venezuela, foco emisor de un chavismo que hoy celebra elecciones regionales, marcadas por la inhabilitación de muchos candidatos democráticos, la división de la oposición y la abstención, Chile se asoma al abismo de un populismo que en las últimas décadas ha sabido y logrado esquivar para consolidarse como foco de las libertades y la estabilidad política en Iberoamérica. Con siete candidatos presidenciales, habrá que esperar a la segunda vuelta para determinar el giro que adopta un país que, a la salida de una grave crisis social que degeneró en violencia y claudicación institucional, parece inclinarse por los extremos, hasta renunciar a la centralidad en la que había basado su prosperidad. La renovación parcial y directa del Congreso y el Senado, sin embargo, va a servir para establecer un diagnóstico de las heridas que la revuelta que comenzó hace dos años dejó en una nación que tampoco es inmune al virus del populismo y la desmemoria.