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China cesa a Qin Gang, su ‘desaparecido’ ministro de Asuntos Exteriores

Su predecesor Wang Yi ocupará el cargo

El ya exministro de Exteriores de China, Qin Gang –  AFP

 

Se cumple un mes de la desaparición del ministro de Exteriores chino, y la única novedad consiste en que desde esta tarde ya no es tal cosa. Qin Gang ha sido cesado este martes durante una reunión extraordinaria del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, el organismo que gestiona los nombramientos del Consejo de Estado. Así lo han adelantado los medios oficiales, sin revelar los motivos que han sustentado la decisión ni ofrecer detalle alguno sobre su paradero, estado de salud o situación legal.

La cita fue anunciada este lunes, después del encuentro mensual del Politburó, organismo que aúna a los veinticuatro hombres más poderosos del régimen. Había indicios de que podía estar relacionada con la suerte del por entonces todavía ministro, dado que el orden del día preveía la evaluación de una enmienda al Código Penal así como «nombramientos y destituciones relevantes».

Qin realizó su última aparición pública el pasado 25 de junio, junto al viceministro de Exteriores ruso. Desde entonces el régimen ha mantenido el silencio, salvo por una mención puntual a supuestos «problemas de salud» que explicarían la cancelación repentina de todos los eventos de su agenda. La credibilidad de dicha hipótesis ha ido decayendo en favor de una hipotética purga política, extremo alimentado por los rumores.

ABC intervino este lunes en la rueda de prensa diaria del ministerio de Exteriores para preguntar por la suerte del ministro. «No tenemos información disponible», se limitó a contestar la portavoz Mao Ning. El intercambio ha sido eliminado de la transcripción oficial, como ya ocurriera con todas las consultas previas de medios internacionales relacionadas con el tema.

Enemigos íntimos

Qin será sustituido al frente del ministerio por su predecesor en el cargo y actual jefe de la diplomacia china, Wang Yi. Un informe publicado este lunes por la consultora Eurasia apuntaba que precisamente él habría sido el responsable de su defenestración. De acuerdo al documento, estos habrían mantenido diferencias notables en materia de política exterior, en particular sobre la relación con Rusia. Las desavenencias habrían provocado que Wang, bajo cuyo mandato como ministro de Exteriores China y Rusia proclamaron una «sociedad sin límites» que precedió en pocos días a la invasión de Ucrania, iniciara una investigación contra Qin.

Las pesquisas habrían revelado su relación extramatrimonial con una presentadora de Phoenix TV, de nombre Fu Xiaotian. Esta habría aireado en redes sociales de manera poco discreta su relación con el ministro, haciendo ostentación de un nivel de vida en absoluto acorde con el de una reportera corriente. La pareja, además, habría tenido un hijo, tal y como vienen apuntando habladurías que la censura no se ha molestado en acallar, otro extremo revelador.

«Las infidelidades no son normalmente descalificantes para los políticos chinos veteranos, pero la posibilidad de que Qin tuviera un hijo que por nacimiento es ciudadano estadounidense y cuya filiación era conocida por agencias de inteligencia extranjeras pondría en tela de juicio su criterio y presentaría un riesgo de seguridad», desgrana el informe. Al no haber estado blindada como las esposas de otros gerifaltes, Fu habría estado asimismo expuesta a «espionaje extranjero».

 

«Que Qin tuviera un hijo que por nacimiento es ciudadano estadounidense y cuya filiación era conocida por agencias de inteligencia extranjeras pondría en tela de juicio su criterio y presentaría un riesgo de seguridad»

 

El escueto comunicado de este martes pone fin a una carrera meteórica –también por su desastroso desenlace– de quien era considerado un protegido de Xi Jinping. El favor del líder explicaría su elevación a ministro de Exteriores en diciembre de 2022, tras apenas un año y medio como embajador en EE.UU. A sus 57 años, fresca edad para la cumbre del poder chino, Qin representaba además uno de los mandatarios mejor situados en la carrera por la sucesión. Al mismo tiempo, su vertiginoso ascenso habría despertado los recelos y la antipatía de Wang Yi y muchos otros veteranos.

Qin, sin embargo, retiene de momento su puesto como canciller. Esto, sumado al hecho de que el nombramiento de Wang ofrece un carácter temporal, podría indicar que la deshonra quizá no fuera definitiva. La historia anticipa, en todo caso, que probablemente Qin no vuelva a ser visto, convertido para siempre en un interrogante.

 

 

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