Chitty La Roche: Dignidad, república y reconstrucción
“El sentimiento de nuestra existencia depende en gran medida de la forma en que nos miran los demás: entonces tal vez la calificamos como no humana, la experiencia de quien vivió tiempos en los que el hombre era un objeto a los ojos del hombre.”
Primo Levi (Si es un hombre)
Me permito reproducir las palabras de un héroe civil alemán, fusilado por defender la libertad y la dignidad de los jóvenes estudiantes alemanes. “Me había fijado el objetivo de suscitar en los círculos estudiantiles, no mediante una organización sino mediante un solo verbo, no un acto de violencia sino una conciencia moral de los graves males que marcan actualmente nuestra vida política. El retorno a principios morales claros, al Estado basado en el derecho, a la confianza de hombre a hombre, no es ilegal sino, por el contrario, es restablecer la legalidad. Me preguntaba, en el espíritu del imperativo categórico de Kant, qué pasaría si esta máxima subjetiva de mi acción se convirtiera en ley universal. A esta pregunta sólo puede haber una respuesta: sería entonces el retorno, en nuestra vida política, del orden, de la seguridad, de la confianza en nuestro Estado.” Kurt Huber “En Die weisse Rose. Exposición sobre la resistencia de los estudiantes contra Hitler en Munich 1942-1943 La Rosa Blanca, exposición sobre los estudiantes opuestos a Hitler, Munich 1942-1943). páginas 63. Organizado por Weissen Rose Stiftung, Genterstrasse 13, 8000 München 40, sin indicación de año.”
Los venezolanos nos hemos extraviado del camino de respeto por nosotros mismos y por los demás que, combina con el ejercicio de la libertad basada en el libre discernimiento y en la responsabilidad como parámetros de la digna existencia humana.
La confrontación entre la violencia institucional y la definición del poder articulada en el dominio de las armas y no en la legitimidad, caracterizó hasta 1958 la vida institucional, evidenciando entonces que, solo tuvimos república en ese período de 1958 hasta 1998, según me explicaré.
Una república comienza por mostrarse como una construcción ética que postula la libertad y como nos enseña Philip Pettit (2012), “Define la no dominación como aquella situación en la que los ciudadanos desarrollan su vida sin estar sometidos al poder arbitrario actual o potencial de un Estado u otro individuo.”
Siguiendo la reflexión de Nicolás Emanuel Olivares, (N. E. (2023). En defensa de un control republicano reflexivo de constitucionalidad. Un análisis comparativo de las propuestas de Tom Hickey y Richard Bellamy. Revista Perspectivas de las Ciencias Económicas y Jurídicas. Vol. 13, N° 2 (julio-diciembre). Santa Rosa: FCEyJ (UNLPam); EdUNLPam; pp. 101-123. ISSN 2250-4087, e-ISSN 2445-8566. http://dx.doi.org/10.19137/perspectivas-2023-v13n2a06) acotaremos otras citas del texto “in comento,” y de seguidas, cuyas precisiones apuntalarán bien en el plano conceptual lo que significa una república y de esa manera responderá cada uno de nuestros lectores, si lo somos todavía, luego de casi un cuarto de siglo de predominio del chavismomadurismomilitarismoideologismo.
En efecto; sigue Olivares en obra citada, “En segundo lugar, Pettit (2012) presenta su propia definición de legitimidad democrática, noción directamente relacionada con la no dominación. Este estándar se refiere a la aceptabilidad general de las normas, instituciones y medidas políticas por parte de los ciudadanos. Tal aceptabilidad depende de que los ciudadanos posean genuinamente la capacidad y la posibilidad de controlar la interferencia del Estado en sus vidas, ejerciendo influencia y dirección en los principales asuntos políticos. El estándar de legitimidad democrática promovería la existencia de un control ciudadano individualizado, incondicionado y efectivo sobre el accionar estatal. 104 | Ediciones SAIJ < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación En defensa de un control republicano reflexivo de … – Nicolás E. Olivares – Págs. 101 a 123 En tercer lugar, la otra cara del principio de no dominación es para Pettit (2012) la justicia social. El criterio de justicia social podría entenderse como la capacidad de los ciudadanos para ejercer ciertas libertades básicas que se incluirían en el valor más general de la libertad como no dominación. El principio de justicia social fomenta la existencia de una infraestructura adecuada para una redistribución equitativa de esas libertades básicas. Conforme Pettit, el estándar de justicia social promovería la existencia de una forma sustantiva de igualdad de estatus entre ciudadanos. En cuarto y quinto lugar, directamente entrelazados con su concepto de legitimidad democrática, Pettit (2012) afirma que debemos diferenciar entre influencia y control democráticos. Por un lado, el criterio normativo de influencia democrática se refiere a una distribución equitativa entre los ciudadanos afectados por el dictado de una norma, medida o institución política, de la capacidad efectiva para determinar el rumbo que tomará. El subprincipio de influencia democrática presupone la existencia de una ciudadanía informada y crítica capaz de identificar posibles direcciones políticas, así como de promover la que considere más adecuada. Por otro lado, el criterio normativo del control democrático se refiere al poder ciudadano efectivo para evaluar y editar indirectamente las normas, instituciones y medidas de gobierno, dependiendo de si son consistentes con los intereses generales deliberadamente determinados, es decir, con sus legítimos intereses políticos.” (subrayado nuestro)
Me he permitido este largo traslado, en la convicción de que permitirá elucidar la cuestión que en el fondo en nuestra intención debe resaltarse para la comprensión de mi afirmación, de acuerdo con la cual solo hemos disfrutado en nuestra historia de un período republicano correspondiente con el puntofijismo, democracia consensual, admitiendo no obstante que la llamada partidocracia, por momentos, debilita un poco mi razonamiento.
En mi criterio, la revolución es denominada equivocadamente bolivariana, siendo que más bien contraría el pensamiento del Libertador; basta leer el discurso de Angostura para evidenciar lo que afirmo, la revolución devino en una contestación sistemática del ideal republicano bolivariano, expuesto repito, en ese discurso de febrero de 1819; aunque luego, ante la confrontación de los demás factores concomitante a la evolución del proyecto Gran Colombia, debiera el caraqueño endurecerse ante el giro dialéctico que las distintas oligarquías inficionaron al proceso.
La revolución del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo es por el contrario un accidente fatal, un yerro histórico, un error económico y social que nos hizo patéticamente pobres y desagregó la nación exilando a un cuarto de nuestra población.
Un cataclismo degenerativo que nos ha privado y nos priva de nuestros más elementales derechos humanos y ciudadanos. Es poder y pragmatismo, es inmoral, es odio disfrazado de reivindicación de los débiles. Es oclocracia, es kakistocracia. Es fascismo y jamás una experiencia de vida republicana.
El espectáculo del CNE muestra hasta la saciedad, además, las políticas que despojan de su esencia misma a las instituciones, adulterándolas y corrompiéndolas.
Ya había pasado con los demás poderes públicos que, al no ofrecer sus esperadas prestaciones, comprometieron el orden jurídico republicano y lo contaminaron de personalismo e ideologismo
En efecto; la practica constante desde el 11 de abril del 2002 del derecho penal del enemigo ante los disidentes y opositores vacía de dignidad al ciudadano, niega la libertad, las garantías políticas consagradas en la constitución y enerva la institucionalidad republicana.
Del retorno del Jedí Republicano y de la dignidad
“In limine” y asertivamente fundamos nuestra reflexión en un aserto capital; la república en un desarrollo ético en el que la dignidad humana y la política se modulan en un presupuesto central; la libertad que será posible en un orden que limite y controle al poder y garantice la preeminencia humanista.
En el pasado, en ese periodo entre los años 1958 y 1998, sin que pueda apreciarse, no obstante, sin fallas ni defectos, prevaleció la libertad, la justicia y el progreso. No puede decirse lo mismo del, sin embargo, más rico ciclo de ingreso y ventura de finanzas públicas que ha dilapidado el chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo.
El gobierno del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo significa el costo de oportunidad más elevado que haya pagado en Latinoamérica nación alguna. Me recuerda al Rey Midas, pero, solo que al revés. Lo que han tocado, lo han arruinado y no en lo económico únicamente, sino en los valores, en lo ético, en lo social e institucional. Basta un vistazo a PDVSA, a las Universidades, al espectro educativo, a la Fuerza Armada Nacional, al agro, a la minería, al medioambiente y peor aún, a la gente que huye a cualquier riesgo con tal de no vivirlos más, a los coterráneos que actúan como zombis y a la merced de los humillantes controles sociales como el Clap y los bonos sin repercusión en el salario
Si puede hablarse, sin provocar un estremecimiento espiritual y ciudadano de recuperación, regeneración, reconstrucción de nuestra Venezuela cataléptica, es asumiendo como filosofía y avío cultural para el viaje, la republicanización de la sociedad y del Estado; especialmente, en lo deontológico y axiológico para empezar y en lo estructural normativo e institucional de seguidas.
El ser humano y ciudadano venezolano, mísero y desesperanzado, no puede redimirse sin que haya como premisa impajaritable, superado el bache histórico del populismo, del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo. Del facissocialismo.
La tarea es pues de liberación; quitarnos el cepo que nos han puesto; solo será posible y la libertad reconquistada sustentable si regresamos a la república y no la califico de civil porque redundaría.
Nelson Chitty La Roche, nchittylaroche@hotmail.com, @nchittylaroche