Chitty La Roche: ¡No es abstención, es denuncia!
“La verdad no se encuentra en los hechos, sino en su interpretación”
Gadamer
El debate político en nuestra atribulada Venezuela conoce hoy complejidades propias, sin embargo, de una suerte de catalítica kafkiana cual realidad, caracterizada la susodicha por los supuestos falaces que rigen y las verdades que se quiere diluir.
La proclamación del vencedor de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio intento ser un falso positivo, impuesto por la fuerza y la convocatoria del miedo como aliado, pero, la conciencia del cuerpo político calladamente sabe lo que pasó.
Y aun cuando, como lo recuerda mi fratello Freddy Millán Borges, evocando a Gadamer, “la conciencia es frágil como el cristal,” no debe concluirse que no aloja la aludida en sus gavetas, sus certezas y sus dudas, eventualmente.
Ante los estudios de opinión pública que se hacen previos al 25 de mayo próximo, destaca como una respuesta a la pregunta de si participarían o no votando en los comicios, la mayoritaria negativa a hacerlo. Se habla de entre 7 y 8 de cada 10.
Tratamos algunos amigos y yo mismo de atisbar sobriamente la razón por la cual el grueso del electorado así se manifiesta y surgen distintas motivaciones como probables reacciones.
De un lado se menciona la abstención por desdén a la participación y, sobre todo, recordando que la CRBV establece que el sufragio es un derecho y no un deber. A menudo oímos decir a nuestros coterráneos que vale más ocuparse de los asuntos privados y de cada cual, que de aquellos relativos a la cosa pública y, además, a la política se le mira y no debemos olvidarlo, aquí y por doquier, con desconfianza y sospecha, por decir lo menos.
Otros expresan que no votarán porque hacerlo solo convalidaría otro proceso electoral, sin todavía contar y disponer de los resultados que ilegalmente aún omite de hacer el CNE, y de las actas y demás instrumentos fehacientes concernientes al 28 de julio pasado, habiéndoselo ordenado hacer la Sala Electoral del TSJ inclusive. Es su manera de expresar su indignación y su hartazgo. Eso no sería abstención como lenidad sino denuncia o protesta ciudadana. Me inclino a creer que por estos lados se mueve la mayoría silente de los paisanos.
Un conocido y muy distinguido jurista y académico me confiaba que ante la amenaza de que les quitarían el pasaporte a aquellos que no votaran y teniendo él, como muchos otros, su familia en el exterior, no quisiera verse expuesto a esa situación, pero que, de hacerlo, lo haría nulo. Simularía participar, pero no votaría, no lo haría eficazmente a la postre.
En el entorno en que me muevo, se escucha a otros tantos, menos, no obstante, decir que no votar es desmovilizarse y dejar el espacio al oficialismo y aunque no me suenan convincentes, es propio de la democracia respetar el criterio ajeno, sea cual sea su genuina intención.
Esa elección del 25 de mayo no legitimará a nadie entonces y ello debe ser motivo de preocupación mayor. Es comprensible fenomenológicamente, siendo que el ejercicio ciudadano auténtico ha sido criminalizado y judicializado. La soberanía ha sido desconocida y peor aún, utilizando como cómplices propiciatorios a las instituciones, en otro capítulo de la horrida novela sobre el partido psuv que se subroga al Estado.
La gente que tiene hambre, sed, hastío, frustración, desesperanza, sabe que los que los empobrecieron y empobrecen los que se mantienen en el poder a rajatablas, son los mismos que arruinaron el país y engendraron la tragedia y sabe también que no son ellos, digan lo que digan, quienes nos sacaran del deletéreo bucle, de la resaca de esa crisis, que como olas en el mar picado nos ahoga. Nos vamos quedando sin aire.
Nunca fue más perniciosa, para la patria, la impostura. Jamás en nuestra historia se hizo más patente la responsabilidad de los que nos llamamos compatriotas. Debe hacerse lo correcto, y perdonen si luzco ingenuo o pasado de moda.
Nelson Chitty La Roche, nchittylaroche@hotmail.com, @nchittylaroche