Clausewitz en Ucrania
La paz desigual de Putin y Trump supondrá la continuación de la guerra por otros medios

Karl von Clausewitz
Las cinco horas con Putin han dejado claro que en este gran juego diplomático existen dos bandos representados por los americanos y rusos, por un lado, y los europeos y ucranianos, por otro. Trump está empecinado en su propuesta de paz favorable para Rusia con la zanahoria de obtener lucrativos contratos sobre los recursos de Siberia y el Ártico para las empresas estadounidenses. Para ello, no duda en sembrar dudas sobre la calidad democrática del país invadido. Ciertamente, Volodimir Zelenski se encuentra en una situación complicada; militarmente, por la situación en el frente y políticamente, por las acusaciones de corrupción que afectan a su mano derecha, Andrii Yermak. Algunos medios le acusan, además, de ser el misterioso comprador de la casa de Bill Cosby en Nueva York por 29 millones de dólares, pero hay quienes sospechan que estas filtraciones salen de la Casa Blanca para forzar al presidente ucraniano a aceptar su mal acuerdo de paz.
Las negociaciones continuarán este fin de semana en Miami con una representación pequeña de ucranianos y europeos. El estratega prusiano Carl von Clausewitz decía que la guerra era la continuación de la política por otros medios; es decir, una herramienta más de la política para que los Estados obtengan unos resultados, una vez que la diplomacia ha fallado. En Europa existe la percepción de que la paz deficiente de Trump y Putin supondrá la continuación de la guerra de Ucrania por otros medios. No es un acuerdo que vaya a detener a Rusia, sino a rehabilitarla y encumbrarla en la escena internacional. Por eso, Putin se permite el lujo de amenazar a los europeos. La pregunta es si los europeos estamos preparados para esa guerra con Rusia. La respuesta, para nuestro lamento, es que no. La mayoría de los líderes europeos creen que no se puede garantizar la seguridad del viejo continente sin Estados Unidos. Estamos atrapados hasta que no haya una voluntad política de crear unos ejércitos a la altura del peso económico que tiene Europa. No podremos ser los adultos en la habitación (ni sentarnos en la mesa de negociaciones) hasta que no podamos defendernos por nosotros mismos.
